El relato de una superviviente de ETA: "Mi sobrina de tres años intentó abrir el paquete bomba"
La exdirectora de Antena 3 en el País Vasco narra el "shock brutal" sufrido por el ataque, por el que ahora se juzga a 'Txeroki', 'Ilargi' y Arzalluz Goñi.
La exdirectora de Antena 3 en el País Vasco María Luisa Guerrero ha relatado el "shock brutal" que le supuso que ETA enviara a su casa un paquete bomba y que su sobrina de tres años tratara de abrirlo, "pensando que era un regalito", poco antes de que fuera desactivado en un jardín cercano a su domicilio.
Por estos hechos, ocurridos en Leioa (Vizcaya) en enero de 2002, ha sido juzgado hoy el exdirigente etarra Garikoitz Aspiazu Rubina, Txeroki, quien se enfrenta a un petición del fiscal de 20 años de cárcel, similar pena a la que les recayó por este atentado a sus dos compañeros en el comando K Olaia, Idoia Mendizábal Múgica, Ilargi, y Asier Arzalluz Goñi, condenados a 18 años cada uno.
En el juicio, Txeroki, conocido en esa época por el alías de Arrano, se ha limitado a manifestar en euskera que no sabe nada de las acciones de ese comando y que no tiene "nada que decir ante este tribunal, solo ante uno vasco".
En la vista también han declarado los ertzainas que intervinieron en la investigación y que descubrieron que ETA había enviado tres paquetes con remitente de la asociación empresarial Confebask a tres periodistas y alertaron a la entonces directora de Antena 3 de que uno de ellos le había sido remitido a ella.
En ese momento, Guerrero se encontraba en Vitoria en una reunión, por lo que cuando llegaron agentes de la Ertzaintza a su domicilio, en el que se encontraban su hermana y dos sobrinas pequeñas, ella no estaba.
"Mi sobrina de tres años intentó abrirlo pensando que era un regalito, le dije que le quitaran el paquete, lo dejaran lo más alejado posible y se marcharan de la casa", ha relatado Guerrero, que ha añadido que cuando ella llegó encontró a sus padres, a su hermana y a sus dos sobrinas "en estado de shock, refugiadas con un vecinos".
"Cuando eres consciente de que alguien te quiere matar se produce una sorpresa mayúscula, un shock brutal. Soy vasca, soy periodista, y siempre defendí la libertad de expresión, la convivencia pacífica y la libertad de todas las ideologías", ha rememorado.
"Quiebro vital"
Según su relato, ya en 2000 el Consejero de Interior le informó de que era objetivo de ETA junto a su padre y desde ese año llevaba dos escoltas y respetaba unas estrictas medidas de seguridad.
"Tu vida sufre un quiebro vital", "empiezas a llevar escoltas, vives en una especie de libertad vigilada, tienes terror de poner en peligro a las personas que quieres", ha expuesto sobre su vida como amenazada, que, según ha destacado, fue "una pesadilla" hasta 2011.
A consecuencia de este atentado fallido, la madre y la hermana de Guerrero sufrieron graves síntomas de ansiedad de los que tuvieron que ser tratadas con ansiolíticos y antidepresivos durante años.
Dos ertzainas que desactivaron la bomba han confirmado que si hubiera explosionado el paquete bomba "todo el que estaba dentro del salón al cien por cien habría muerto" y que eso habría ocurrido solo con abrirlo o con un golpe fuerte.
En cuanto a la participación de Txeroki, los investigadores han expuesto que en el piso que compartía el comando en Amorebieta (Vizcaya) fueron halladas huellas suyas, unas de ellas en un recipiente con mercurio, sustancia empleada para la fabricación de artefactos explosivos.
Además, fue intervenida una maquina de escribir y de su cinta se pudieron extraer las cartas que habían escrito, en las que hablaban de la operativa del comando o quién había participado en las diferentes acciones y después comprobaron que esa información coincidía con la que aparecía en los papeles intervenidos a Ibon Fernández Iradi, Susper, en Tarbes (Francia).
El fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones provisionales al entender que la prueba practicada demuestra la participación de Txeroki porque, según declaró un colaborador de este comando -Gorka Martínez, que hoy se ha desdicho de su declaración alegando que la hizo bajo torturas-, las decisiones las tomaban entre los tres y oyó que hacía tiempo que no hacían ese tipo de atentados, mediante el envío de paquetes bomba.
La defensa por su parte ha pedido la libre absolución, argumentando que si bien la acción terrorista es cierta y fue reivindicada por ETA, no hay pruebas fehacientes de la participación de su patrocinado, que ha estado respaldado por familiares y amigos, uno de los cuales lucía una camiseta de fútbol con las iniciales en ruso de la Unión Soviética, y con los que se ha estado intercambiando señas y saludos.