El propietario del Rana Plaza de Bangladés, condenado a tres años de cárcel
En el edificio derrumbado en 2013 fallecieron más de 1.100 personas, por lo que habrá otro juicio, ya abierto, por esos asesinatos.
La justicia de Bangladés condenó el martes 29 de agosto al propietario del Rana Plaza, escenario en 2013 de uno de los peores accidentes industriales de la historia, a tres años de cárcel por corrupción, según indicó el fiscal.
Este procedimiento es distinto al juicio abierto por asesinatos vinculado directamente con el derrumbe del taller de confección, en el que murieron más de 1.130 personas en las afueras de Daca.
Acusado de no haber declarado su fortuna personal a una comisión anticorrupción, Sohel Rana fue condenado a la pena máxima por ese delito. "Es la primera vez que se le condena y encarcela" desde la tragedia, declaró el fiscal Salahuddin Eskander.
Sohel Rana y otros 37 acusados por el derrumbe del Rana Plaza podrían ser condenados a la pena capital si se les reconoce culpables de asesinato. Pero todavía no se fijo la fecha de ese juicio.
Se acusa a los sospechosos de haber mentido sobre la seguridad del edificio. Miles de obreros fueron obligados a entrar en el edificio para trabajar, a pesar de que algunos de ellos habían mostrado su preocupación ante las fisuras que aparecían en la estructura. Rana, que se convirtió enseguida en el enemigo público número uno en Bangladés, fue detenido días después en la frontera con India.
El drama del 24 de abril de 2013 reveló la cara oscura de la subcontratación de empleados por grandes marcas occidentales en ese país, consecuencia de una carrera por disminuir los costes de producción en una economía globalizada.
Bangladés es el segundo país exportador de productos textiles en el mundo, por detrás de China. El sector genera 30.000 millones de dólares anuales en ese país pobre del sur de Asia, que alberga 4.500 fábricas de las que apenas unos centenares cumplen con las normas de seguridad necesarias.
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