El primer juicio a Villarejo, visto para sentencia: las claves de las piezas del caso Tándem
El excomisario se enfrenta a una petición fiscal de 83 años de cárcel por delitos como cohecho, descubrimiento y revelación de secretos o falsedad.
El primer juicio al excomisario José Manuel Villarejo por el extenso caso Tándem ha llegado a su fin este miércoles en la Audiencia Nacional, cuya sentencia será clave para el resto de piezas en las que está investigado por valerse de su cargo policial para lucrarse llevando a cabo investigaciones privadas.
Tras casi un año de sesiones intermitentes y con alguna que otra interrupción de por medio, el tribunal ha dejado visto para sentencia un juicio que ha sentado en el banquillo a una treintena de acusados, incluidos varios expolicías, la mujer y el hijo del excomisario, sus clientes y algunos de sus empleados en el grupo Cenyt, el entramado de sus empresas.
Villarejo se enfrenta a una petición fiscal de 83 años de cárcel por delitos como cohecho, descubrimiento y revelación de secretos o falsedad. También estaba acusado el exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Enrique García Castaño, si bien el tribunal le sacó del juicio tras sufrir un ictus en mayo.
Uno de los subordinados de este último, el exinspector Constancio Riaño, ha sido el encargado de cerrar el juicio con el turno de la última palabra, en el que ha negado haber colaborado con Villarejo y ha volcado en su superior toda la responsabilidad de haber ordenado obtener datos de bases policiales para el excomisario.
“Yo no fui un policía corrupto, señoría; en todo caso fui un policía obediente y confiado”, ha dicho emocionado ante el tribunal, y, además de cargar contra la Fiscalía, ha negado conocer a Villarejo o a Cenyt. “Nunca he puesto la mano en el cajón y nunca he recibido nada”, ha añadido.
La primera sentencia del caso Tándem
Tras decenas de jornadas de un juicio que comenzó en octubre de 2021, ahora es tarea del tribunal determinar si el controvertido excomisario se sirvió de su cargo o de sus contactos en la Policía para conseguir información sensible de terceros y lucrarse con investigaciones privadas. Estos son los hechos por los que está investigado en otras piezas aún en fase de instrucción.
Por eso, la sentencia que salga de este juicio, la primera del caso Tándem, será determinante para esas líneas de investigación en aspectos como la validez de las grabaciones que han nutrido la causa —cuya autoría Villarejo no reconoce— o las órdenes de entrada y registro de algunos detenidos, que las defensas han combatido desde el principio como una de las principales causas de nulidad.
Villarejo ha basado su línea de defensa en denunciar el origen “tóxico” de una causa que considera “preparada” para destruirle y ha responsabilizado directamente de sus problemas judiciales al exjefe del CNI Félix Sanz Roldán, a los servicios de inteligencia y al exjefe de Asuntos Internos Marcelino Martín Blas, sus “enemigos declarados”.
La futura sentencia determinará asimismo si el excomisario vuelve a la cárcel, después de haber estado más de tres años en prisión preventiva desde que fue detenido en noviembre de 2017.
¿Qué pasa con los acuerdos de conformidad?
La mayoría de los acusados de haber contratado a Villarejo en los tres encargos que se han juzgado, denominados Iron, Land y Pintor, han llegado a un acuerdo con la Fiscalía por el que han reconocido los hechos a cambio de una reducción en su petición de condena.
Acuerdos que han sido duramente cuestionados por las defensas —que creen que han sido motivados por el “terror” de los acusados a graves condenas— y que no han sido compartidos tampoco por otras acusaciones, de forma que lo que diga el tribunal al respecto también será otro de los aspectos clave de la sentencia.
Lo será, sobre todo, en relación a otros clientes que han renunciado a pactar con la Fiscalía, como María Ángeles Moreno, antigua trabajadora de un despacho de abogados —Herrero y Asociados— que recurrió a Villarejo para obtener información de un bufete de la competencia al que se habían ido numerosos compañeros.
“A mi no se me ha pedido que colabore con la Justicia, se me ha puesto delante un papel para que reconozca unos hechos que son falsos, y eso no lo podía hacer”, señaló esta acusada el martes en su turno de última palabra, derecho que renunciaron a ejercer la mayoría de acusados, incluido Villarejo.
Cenyt y el papel de los supuestos colaboradores
El tribunal también deberá pronunciarse sobre el grupo Cenyt, el entramado de empresas de Villarejo que, según él, utilizaba de cobertura para las operaciones que dice haber realizado para los diferentes Gobiernos.
Pero deberá hacerlo con cautela, ya que en la pieza principal del caso Tándem, aún en fase de instrucción, se investiga el “rol” de Villarejo y de sus supuestos colaboradores en “el desarrollo de la continuada actividad delictiva” de Cenyt y si incurrieron en un delito de organización criminal.
En este juicio, la Fiscalía ha dejado claro que no cuestiona ese supuesto rol de agente de inteligencia o colaborador del CNI que reivindica constantemente el excomisario porque —ha insistido— de lo que le acusa es de lucrarse valiéndose de su condición de policía.
Además de Villarejo, están acusados el abogado Rafael Redondo —identificado como su socio en el entramado—; el abogado David Macías o la mujer del excomisario, Gemma Alcalá. A los dos últimos la Fiscalía les rebajó notablemente las peticiones de condena: en el caso de Alcalá, de más de 80 a 5 años de prisión.