El PP no sabe con quién casarse, si con Biden o con Trump
Aunque los populares comparten internacional con los Republicanos, sus conexiones con los Demócratas son cada vez mayores.
Pablo Casado guarda en su móvil números que empiezan con un +1, el prefijo telefónico de Estados Unidos. El presidente del Partido Popular ha viajado varias veces a la primera potencia del planeta, que el próximo martes 3 de noviembre elige presidente. Le gusta la política internacional, habla inglés con fluidez y ha tratado con las alas moderadas de los dos partidos que dominan la escena estadounidense: el Republicano y el Demócrata.
Los políticos contagian mensajes y propagan estrategias con rapidez por medio mundo. Por eso, no es extraño que el PP, como la mayoría de partidos, tenga una secretaría de relaciones internacionales. Valentina Martínez, diputada y portavoz de la formación en la comisión de Exteriores del Congreso, asume el cargo y tiene claro que, aunque su partido comparte cosas con demócratas y republicanos, es difícil compararse.
“Los partidos en EEUU no son comparables en estructura a los de España y Europa. Primero, porque los de allí son partidos transversales, catch-all parties, y porque segmentan a los votantes, cosa que los partidos europeos no hacemos igual. Y, segundo, porque son maquinarias electorales muy centradas en las elecciones. Nosotros no somos maquinarias centradas solo en elecciones, tenemos grupos parlamentarios y formamos parte de la vida activa del país”, explica Martínez, quien señala, además, que los candidatos americanos determinan el centro de gravedad de los partidos que representan y, por tanto, cuánto se alinean los partidos extranjeros con las dos formaciones estadounidenses.
“La identificación partidaria tiene que ver con la personalidad de los candidatos. ¿El Partido Demócrata es lo mismo con Sanders que con Biden? No. Que tengamos más o menos en común con alguno de los partidos lo determina más el candidato que el propio partido. Desde siempre tenemos estupenda relación con los dos”, indice Martínez.
Los populares comparten internacional con el Partido Republicano, la IDU (las siglas en inglés de la Unión Internacional Demócrata). No así con el Partido Demócrata, pero eso, como explica la secretaria de relaciones internacionales popular no es un muro: “Con ellos hemos tenido siempre buena relación a través de la plataforma más estable que tienen entre elecciones, la MBA, de Madeleine Albright y con ellos hemos hecho muchos programas a través de FAES con el foco puesto en programas en América Latina, en Oriente Medio… Hemos tenido representantes del PP en casi todas las convenciones demócratas. Y también vienen muchos demócratas a los congresos del PP como observadores”, explica la secretaria de relaciones internacionales popular.
Los populares, sin embargo, tienen difícil mojarse. ¿Qué les gusta más, demócratas o republicanos?: “Es muy difícil contestar con quiénes estamos más cómodos en una previa electoral. No podemos apoyar de manera clara a ningún candidato. Sí ocurre que Biden ha tenido el apoyo público de personalidades de perfil ideológico no necesariamente demócrata. Hay un republicanos por Biden en ascenso. La relación de España con EEUU, y la de mi partido, tiene que ser fluida y buena porque para nosotros es importantísimo. Esperemos que salga en noviembre un resultado claro. No compartimos algunas políticas del Partido Republicano, sobre todo con Trump, quien ha tomado posturas con respecto al cambio climático que no podemos seguir. Pero sí nos importa la visión de ambos partidos en América Latina”, sintetiza Martínez.
El catedrático de estudios norteamericanos de la Universidad de Alcalá y el Instituto Franklin, José Antonio Gurpegui, no se anda con remilgos a la hora de vincular a los populares con elefante —Republicano— o burro —Demócratas—. “El Partido Demócrata es más como el PP, porque su parecido viene por el liberalismo. El Partido Republicano se ha alejado del liberalismo con Trump, pero el Demócrata sigue siendo, en lo esencial, un partido liberal en lo político y en lo económico. En eso, el PP es más parecido al Partido Demócrata. En política social, sin embargo, sí tiene algo más en común con el Partido Republicano. Socialmente, en temas como el aborto o el matrimonio homosexual, el PP está o ha estado más próximo al Partido Republicano, aunque la escisión de Vox les haya robado ese espacio. En España, el espejo ahora de los Republicanos es Vox, que sí que son mucho más parecidos, tanto en política social como en política económica con los republicanos”.
En el PP no quieren casarse con el partido de Donald Trump. “Desde luego, vincularse con los republicanos… no. Las personalidades de los candidatos están marcando mucho el contenido de su acción política. Lo que pasa es que quiero tener buena relación, fluida, con la Administración americana. Que decidan los americanos en las elecciones, claro, pero evidentemente hay muchos temas que no compartimos con el Partido Republicano, como la postura que han tenido con la cuestión del Brexit, donde también estamos más cerca de los Demócratas”, recalca Martínez, quien sentencia: “El Partido Demócrata, en EEUU, no es clarísimo que sea la izquierda”.
La clave, para Gurpegui, es la economía: “Es necesario distinguir entre política social y económica porque son posicionamientos distintivos. El PP no es un partido populista, pero Vox sí recurre a los elementos trumpistas; va más por el España primero. Además, Vox es más racista que el PP. Y, ojo, que también hay que matizar al Partido Demócrata. No olvidemos que Obama fue quien más inmigrantes expulsó, y eso que él es negro. Más ejemplos: el Partido Demócrata está a favor de la centralización del poder y el Partido Republicano está a favor de dar más poder a los Estados y menos al Gobierno federal. En la descentralización, es el PSOE quien está más cerca del Partido Republicano. Dependiendo del punto que tomes… ves una cosa u otra”.
Una relación con altibajos
La historia de las relaciones entre el PP y los principales partidos estadounidenses es la historia de las relaciones transatlánticas. Lo sabe bien el secretario general del Partido Popular Europeo y de la Unión Demócrata Cristiana, Antonio López-Istúriz, diputado popular en Bruselas: “El PP español tiene relación con las alas más internacionalistas y moderadas de ambos partidos. Y estas aperturas se realizan desde el año 2004, cuando el PPE empezó una política de acercamiento a ambos partidos en beneficio de la relación transatlántica, independientemente de quién sea el presidente”, explica.
Entre 2004 y 2020 han pasado tres presidentes por la Casa Blanca —George W. Bush, Barack Obama y Donald Trump— y cada uno de ellos ha tenido altibajos en la forma de mirar hacia Europa: “La etapa de Bush fue inicialmente de contacto negativo tras la Guerra de Irak, cuando hubo un distanciamiento que recuperó en su segundo mandato introduciendo una agenda muy europea. Luego vino Obama. Y, en la primera parte, tuvo una inclinación más hacia el Pacífico. No se empeñó en el tema europeo. Mantuvo una buena relación, pero no profundizó. Él tenía sus apuestas con el ITTP (tratado de libre comercio) del Pacífico y esto hizo que nuestro tratado comercial sufriera por ese abandono de la primera Administración Obama. La segunda época de Obama, digamos, recuperó una relación, pero no hubo un gran avance. Y luego vino Trump y no tengo que ahondar más... Sus comentarios, sus declaraciones casi de odio hacia la UE, de desprecio… en fin…”, enumera López-Istúriz, de padre español y madre estadounidense.
Los contactos del PP con Estados Unidos entraron en efervescencia en 2005. Hasta entonces, los populares tenían alguna relación con el Partido Demócrata, pero no iba más allá de lo informal, según fuentes del partido. Los populares formaban parte del mismo club que los Republicanos: la Unión Internacional Demócrata, creada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan. La entrada del PP en ella la propició el expresidente del Gobierno José María Aznar, quien también metió al PP en la internacional cristianodemócrata que dirige López-Istúriz.
La apertura que hizo el Partido Popular Europeo a los brazos internacionalistas de los dos partidos, el demócrata de Albright y el republicano del fallecido John McCain, facilitó grandes contactos al PP español al otro lado del Atlántico. Esos lazos no se han roto ni siquiera en la época Trump. Ya en 2016, cuando Trump ganó, Casado, entonces vicesecretario de comunicación del partido, dio la enhorabuena a Trump en nombre del PP y quitó hierro a las polémicas del hoy mandatario estadounidense: “Los discursos que se hacen en campaña suelen ser distintos que los discursos o las políticas que se emprenden desde las instituciones”, dijo.
Hay partidos del PPE que no comparten en absoluto la filosofía y el estilo del actual mandatario estadounidense, pero mantienen buenas relaciones con ese ala internacionalista republicana que encabeza, por ejemplo, Marco Rubio, senador por Florida. Las elecciones de noviembre determinarán el espejo americano en el que se refleja el PP.