El pesquero 'Loreto' pone de nuevo a prueba el criterio del Gobierno en la acogida de inmigrantes
El barco de Santa Pola rescató a 12 personas frente a las costas de Libia y ahora no tiene un puerto seguro en el que dejarlas.
12 de junio de 2018. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recién llegado a La Moncloa, recibió el aplauso del mundo por ofrecer el puerto de Valencia para acoger a los 629 migrantes a bordo del buque Aquarius rescatados por Médicos Sin Fronteras y Sos Mediterranée y que estaban en mitad del mar. Ahora, casi seis meses después de aquello, otro barco, el pesquero Nuestra Madre Loreto, pone de nuevo frente al espejo a la administración central y su comportamiento en cuanto a la acogida de inmigrantes.
Los pescadores rescataron a 12 personas frente a las costas de Libia y todavía esperan que se les conceda un puerto seguro. Y el tiempo pasa y la situación se hace desesperada.
El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, ha asegurado este miércoles que "entiende" y "respeta" los ofrecimientos del Ejecutivo valenciano para acoger el pesquero español, pero ha insistido en que el barco vaya Libia porque "estamos hablando de náufragos" y las leyes marítimas internacionales señalan "como puerto seguro el de la zona de afectación del país".
El segundo patrón del pesquero, con base en Santa Pola (Alicante), ha dicho claramente a la Agencia EFE: "El Gobierno de España no quiere saber nada de nosotros".
En declaraciones telefónicas, Vicente Sempere ha manifestado que desconocen que haya avances en las negociaciones para que el pesquero pueda llegar a tierra cuanto antes, y ha añadido que "nadie" se ha interesado por ellos. "Si hubiera sido un tesoro, seguro que vendrían volando o en submarino", ha añadido Sempere, quien en el momento de la conversación telefónica sustituye al patrón, Pascual Durá, que en ese momento descansaba.
La embarcación con los 12 inmigrantes a bordo y 13 miembros de tripulación se halla a 95 millas de Libia y a 120 de Malta, y el fuerte temporal que azota la zona "parece que va calmando". Aún así, ha reconocido que los inmigrantes continúan con mareos ya que "no están acostumbrados" al movimiento del barco ni tampoco "al calor" por el hecho de estar encerrados, ya que todos ellos duermen "amontonados" por los pasillos al no haber espacio suficiente en "un barco pequeño".
Ha indicado que, "como máximo", cuentan con combustible y comida para los próximos cinco o seis días, aunque prevé que "alargando nos llegará para una semana".
El recate ocurrió sobre las 20.00 horas del pasado jueves cuando una patrullera libia localizó dos pateras que se encontraban próximas al pesquero y tres de los inmigrantes subieron a bordo de la embarcación por sus propios medios y el resto se tiró al mar.
La patrullera se llevó a la costa a las personas que continuaban en las pateras y dejó en el agua a los que se habían tirado, quienes fueron rescatados por el Nuestra Madre Loreto.