El 'Papa Negro' de los dircom
Hablamos de verdaderos 'influencers' y el número uno, el indiscutible, es Luis Abril Pérez.
Abrimos este espacio consagrado al firmamento de los influencers de altos vuelos que pululan por los lobbies de los hoteles del madrileño barrio de Salamanca con el número uno. No estamos hablando de esos chavales que consiguen unos cuantos miles de seguidores en redes sociales y que intercambian menciones elogiosas por dinero. Hablamos de los verdaderos influencers, de quienes marcan desde la sombra el rumbo de las grandes corporaciones. Y el número uno, el indiscutible, en esos menesteres es Luis Abril Pérez. “Consultor estratégico” de profesión, como se define a sí mismo, este burgalés de 73 años es uno de esos personajes que habitan en las sombras, uno de esos seres destinados a influir que, por si acaso, salen a comprar el pan con dos piezas de ajedrez en el bolsillo.
Conocido también como ‘el Papa Negro’ de los dircom, Luis Abril estudió con los jesuitas en Burgos y posteriormente se licenció en Derecho y Economía en Deusto. Comenzó su carrera en 1978 en el Banco de Vizcaya y en 1994 desembarcó en Banesto de la mano de Alfredo Sáenz, tras la intervención de la entidad. Según la web Ataque al poder, como premio por facilitar la adquisición de la entidad intervenida por el Banco Santander, Luis Abril se adjudicó 306.329acciones del banco cántabro; 156.329 a su nombre y al de su esposa, Teresa Mazuelas, y 150.000 a nombre de su empresa instrumental, Lorimar.
Ya en el Santander, Luis Abril comenzó a escalar puestos hasta convertirse en el todopoderoso director general de Comunicación del banco. Aficionado desde sus inicios profesionales al doble juego, Luis Abril intentó, tras la fusión con el BCH, rescatar sus viejas alianzas con Neguri y posicionarse a favor de Ángel Corcóstegui. Emilio Botín detectó la maniobra y lo cesó fulminantemente en 2001, en cuanto descubrió sus manejos. A petición de su buen amigo
común Rodrigo Rato, César Alierta lo rescató para Telefónica pocas semanas después, y allí, en Gran Vía, volvió a subir como la espuma gracias a las intrigas y las filtraciones periodísticas. En la compañía líder de telecomunicaciones, Luis Abril llegó a ser secretario general de la Presidencia y miembro del comité ejecutivo.
Durante sus años en Telefónica, Luis Abril contó con numerosos recursos para financiar sus propias aficiones, como el arte contemporáneo, o para favorecer el acceso de su esposa al patronato del Teatro Real. Taurino furibundo y tomasista declarado, consiguió suavizar, a cargo del accionista de Telefónica, el enfrentamiento de El Mundo y su entonces director, Pedro J. Ramírez, con César Alierta por el caso Tabacalera. ¿El peaje? Telefónica tuvo que financiar la distribución por El Mundo de la enciclopedia Cossio y, a cambio, Luis Abril se
convirtió en el presidente del jurado del premio taurino de ‘El Cultural’ de El Mundo. Durante su estancia en Telefónica nunca faltó publicidad institucional de la teleco en Hispanidad.com, un confidencial que pide el voto para Santiago Abascal y fomenta la homofobia y la misoginia. Cuando Luis Abril fue invitado a abandonar Telefónica en 2012, José Eulogio López escribió: “Luis Abril Pérez, el dircom español más relevante de todos, maestro de toda una generación, abandona Telefónica”. No era para menos.
Luis Abril coloca a sus peones, esos que lleva en el bolsillo, en los equipos directivos de Comunicación y Marca de las múltiples empresas donde ejerce de consultor estratégico. Todo atado y bien atado. Y así, gracias a sus carísimos asesoramientos, Luis Abril ha podido instalar su lujoso despacho a pocos metros de la embajada de Francia en Madrid, cerca de la puerta de Alcalá.
Meses después de su salida de Telefónica, Luis Abril continuó asesorando a la compañía y cosechó, como el Cid, nuevas victorias tras su desaparición: una de sus primeras recomendaciones estratégicas fue el fichaje de Rodrigo Rato, en pleno escándalo Bankia, para sus consejos asesores de Telefónica LATAM y Telefónica Europe.
En fin, siempre pensamos que ya lo hemos visto todo. Pero no. En solo unos meses hemos visto una pandemia, Madrid con más nieve que Rovaniemi y un volcán en erupción. Pronto veremos brillar rayos-C en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhäuser, pero seguiremos asistiendo a grandes portentos giratorios.