El Open Arms ya fondea aguas italianas mientras España, ahora, accede a acoger a una parte de los migrantes del buque
El buque de la ONG española Proactiva Open Arms ya está en aguas italianas. Aún no tiene permiso para atracar en un puerto, pero es la primera etapa para acabar con un drama (físico, psicológico, de valores esenciales) que dura ya 14 largos días.
Ayer, un tribunal italiano levantó la prohibición de entrada en aguas territoriales italianas impuesta al buque español para “permitir el socorro de las personas a bordo”. El tribunal argumenta que el peligro en el que se hallan las 147 personas que quedan en cubierta exige una respuesta sin demora. El barco lleva ya 13 días esperando un puerto seguro en el que desembarcar.
El barco va rumbo a Lampedusa, donde se espera que pueda desembarcar a lo largo del día, con escolta del Ministerio de Defensa italiano. Es el puerto más cercano, a unas 30 millas.
El problema llegará entonces, ya que la autorización para que los rescatados y la tripulación pisen tierra es competencia de Matteo Salvini, en su condición de ministro del Interior. El líder de la ultraderechista Liga Norte ha recurrido el permiso dado por la justicia e incluso anoche, en un acto político, preguntó de forma retórica si al juez “le paga España”.
Por ahora, varios miembros de la Guardia di Finanza, de la Guardia Costera italiana y un equipo médico oficial han subido a bordo del Open Arms con el objetivo de revisar la documentación del buque y los informes sanitarios en los que la ONG se ha apoyado para solicitar a Italia su desembarco.
La organización ha exigido su evacuación médica después de la resolución judicial que obliga al Gobierno de Italia a “prestar asistencia inmediata a las personas más necesitadas rescatadas”.
España se suma al reparto
Una vez que se logre desembarcar a los migrantes y refugiados y se vea su estado de salud -varios han tenido que ser rescatados de urgencia en estos días de espera, sobre todo bebés, por diversos problemas- será el momento en el que la Unión Europea entre en juego y decida el reparto de todas estas personas entre sus países miembro. Francia es uno de los que con más ahínco están negociando con Bruselas pero, según indica este jueves el diario El País, ahora también España accede a quedarse con un grupo aún no definido.
“El Gobierno está dispuesto a asumir una parte de los extranjeros atrapados”, un cambio de postura que “obedece a la precaria situación que se vive en cubierta del Open Arms, de bandera española”, dice la información.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha accedido a participar en el modelo de reparto coordinado por la Comisión Europea para propiciar una solución inmediata al barco. Hasta tres fuentes gubernamentales confirman a El País dicha intención, que está a punto de plasmarse en un acuerdo europeo con la participación de otros países. Aunque los detalles no están cerrados, la idea es que los potenciales demandantes de asilo se distribuyan entre al menos una decena de Estados miembros. En función de cuántos sean finalmente, España podría acoger algo más del 10%.
El Gobierno confía en poder alcanzar dicha solución y para ello ya ha trasladado a la Comisión Europea, al Gobierno italiano y a los países implicados en esta operación que España “está dispuesto a participar en un reparto equilibrado de los migrantes alojados en el barco”, añade la agencia Europa Press.
14 días de espera larga
El primer rescate de Open Arms, al que las autoridades españolas tienen prohibida la búsqueda activa de inmigrantes en el mar, se produjo el jueves 1 de agosto, cuando se rescató a 55 inmigrantes, entre ellos dos bebés mellizos y una embarazada.
El segundo se dio en plena noche, al día siguiente, al socorrer a 69 personas, entre estas dos niños y dos mujeres embarazadas y “una de nueve meses con contracciones”; y el último en la madrugada del 10 de agosto, cuando se salvó a 39 personas.
Casi una decena del total de rescatados han sido evacuados en los últimos días, en distintas ocasiones, por motivos de salud.
De forma paralela, el barco humanitario “Ocean Viking”, fletado por las ONG Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterranée, también espera en el Mediterráneo con 356 migrantes a bordo a que algún país lo autorice a entrar en puerto.