El ocaso de Rafael Amargo: drogas, problemas económicos y polémicas
El bailarín, arrestado por tráfico de drogas y organización criminal, acaba así su exitosa carrera.
Esta semana, Rafael Amargo iba a ser noticia. El jueves 3 de diciembre tenía previsto estrenar su última producción teatral, Yerma, en el Teatro La Latina de Madrid, después de cinco años de ausencia en los escenarios de la capital.
Y noticia ha sido, pero por otros motivos que nada tienen que ver con su faceta artística. El pasado martes, el bailarín granadino fue detenido al salir de los últimos ensayos e ir a coger un taxi. Está acusado de presunta comisión de delitos de organización criminal y tráfico de drogas. Junto a él también fueron arrestados su pareja, la bailarina Luciana Bongianino, el productor de su obra, Eduardo de los Santos, y un íntimo amigo de Amargo.
En los registros posteriores realizados en los domicilios del artista y del productor, dentro del marco de la Operación Corax, se incautaron metanfetaminas y otro tipo de sustancias estupefacientes como mefedrona, conocida como “la droga del nuevo milenio”, popper, sildenafilo y ketamina. Supuestamente, el artista sería el responsable de almacenar y distribuir la droga en los barrios de Chueca y Malasaña, donde reside.
Amargo, de momento, permanece en los calabozos de la comisaría de la Polícia Nacional de Centro, en la calle Leganitos, a la espera de pasar a disposición judicial.
El bailarín granadino, que se dio a conocer al gran público en 1999 con el montaje de su espectáculo Amargo, ha sido uno de los referentes de la escena flamenca de las últimas décadas, avalado por numerosos premios y reconocimientos. Entre ellos dos premios Max de las Artes Escénicas, la Medalla de Oro del Mérito a las Bellas Artes de España en 2016 y la Medalla de Andalucía en 2018.
Los primeros años del nuevo siglo estuvieron repletos de éxitos para el bailarín y coreógrafo, dentro y fuera de nuestras fronteras. Incluso fue nominado, en 2007, a los Lawrence Olivier Awards como Mejor Coreógrafo de Teatro por su trabajo en el musical Zorro, estrenado en Londres.
Por aquel entonces, Rafael Amargo compartía la vida con su primera mujer, Yolanda Jiménez, con la que tuvo a sus dos hijos, León y Dante. La vida le sonreía en todos los aspectos.
Pero a esa época de esplendor le sucedió una más oscura que ha terminado con su detención. En las últimas horas, las especulaciones sobre su figura se han disparado y han sido reveladas numerosas facetas grises de su vida privada, como los problemas económicos que acarreaba desde hace años, adicciones y malas compañías.
De polémica en polémica
Llevan acompañándole fielmente durante los últimos años: cada declaración hecha en cada entrevista ha convertido a Amargo en protagonista de escandalosas controversias. Estas son algunas de las más célebres:
“Políticamente incorrecto y emocionalmente promiscuo”
Así se definía Amargo en una amplia entrevista en la revista Interviú en 2014. Además, hacía historia en nuestra prensa pues fue el primer hombre en posar sin nada de ropa para la portada de esa publicación (anteriormente lo había hecho el presentador Jesús Vázquez, pero no totalmente desnudo).
“Soy bisexual, ni maricón ni gay”
Estas declaraciones en una entrevista que dio a El Mundo en agosto de 2018 dieron la vuelta a todo el país. Rafael Amargo hablaba por primera vez de su condición sexual pero sus palabras no fueron las más acertadas.
Entonces, lo quiso arreglar en el programa de Mediaset Socialité y el resultado fue peor. “A mí no me gusta que a nadie le llamen maricón porque es una palabra despectiva y creo que un maricón es un terrorista, un pederasta, un hijo de puta, un ladrón, alguien que haga algo mal”, aclaró. Y añadió: “Soy una persona muy creyente, pero muy viciosa”.
“Soy el Bin Laden del pueblo de Tenerife”
En 2007, Rafael Amargo fue el encargado de dirigir la polémica gala de la elección de la reina del Carnaval de Tenerife. Belén Esteban fue la gran protagonista de ese espectáculo, con una controvertida imitación de Madonna que fue considerada ofensiva y una falta de respeto al pueblo tinerfeño.
El bailarín nunca se arrepintió del montaje del espectáculo pero tras la polémica decidió irse a vivir a Los Ángeles.
“Yo ni fumo ni bebo, aunque tampoco soy un santo”
Hace sólo unos días Amargo concedió una entrevista a la revista Semana y en ella reconocía que no era un santo. Además, dejaba entrever los problemas de dinero que ahora han salido a la luz: “Dicen que doy a ganar mucho dinero, pero a mí no me llega nunca”.
Tras lo acontecido en las últimas horas, estas últimas declaraciones cobran todo el sentido. Rafael Amargo afronta el final de su carrera sobre los escenarios de la peor de las maneras.