El ministro de Sanidad prevé revisar la ley del tabaco para hacerla más restrictiva
Trabaja en un paquete de medidas para luchar contra el tabaquismo y revisar su fiscalidad.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha explicado en una entrevista con la Agencia EFE que su departamento está trabajando en una revisión de la ley del tabaco, que pretende hacer más restrictiva.
Illa ha explicado que Sanidad trabaja en un paquete de medidas para luchar contra el tabaquismo, como revisar la fiscalidad del tabaco.
“No queremos relajar nuestra lucha contra el tabaquismo”, ha subrayado el ministro, que ha explicado que hay dos líneas de trabajo que comprenden las nuevas formas de fumar, como el vapeo, y “una reflexión” sobre los espacios libres de humo para aumentar la protección de los no fumadores.
Preguntado por la posibilidad de que la legislación contemple prohibir fumar en los coches en los que viajen menores, el ministro ha dicho que hay varias medidas en estudio pero prefiere “pensarlas y discutirlas bien”.
A su juicio, las nuevas formas de consumo de tabaco exigen regulación porque la evidencia científica ha demostrado que no son inocuas.
El tabaco, el producto con más impuestos de España
La fiscalidad del tabaco en España prácticamente duplica la de las bebidas alcohólicas y, aunque se encuentra en línea con los países del entorno, se acerca ya a las cifras de carga fiscal más altas de la Unión Europa.
La carga fiscal del tabaco (los impuestos especiales más el IVA) supone en España el 80% del precio final del tabaco, frente al 42% de las bebidas alcohólicas o el 51% de los gravámenes que de media se aplican a los carburantes.
El tabaco es ya el producto con más impuestos en España, según datos de la principal empresa del sector en el país, Altadis (antigua Tabacalera, privatizada en 1998), y los impuestos especiales que recaen sobre él están regulados por un sofisticado sistema basado en tres componentes: uno “ad valorem”; uno “específico” y otro “mínimo”.
El primero es un porcentaje fijo que se aplica en el precio final del producto; el segundo y el tercero son cantidades fijas que se aplican por cada unidad de producto (por cada cigarro o por cada gramo en el caso de la picadura), según los datos recabados en la principal empresa tabacalera.
La carga fiscal sobre el tabaco se sitúa en el 78,8% en España, similar a la de países como Portugal (78,1% del precio final del producto), Francia (80,8%) o Italia (76,7%), pero está muy alejada de la más baja (Luxemburgo, con un 62,3 por ciento) y la más alta (Grecia, con el 87,5%) entre los países europeos.
La recaudación fiscal derivada del tabaco se ha mantenido estable durante los últimos años y ronda los 9.000 millones de euros anuales, según datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, dependiente del Ministerio de Hacienda.
En el año 2018 la facturación total del tabaco en España alcanzó los 11.753 millones de euros, de los que casi el 80 por ciento correspondieron a los impuestos que gravaron las casi 54.000 toneladas de este producto que se vendieron en España en todas sus variantes (cigarros o puros, cigarrillos y tabaco de liar).
La OMS ha recordado en varias ocasiones a España que tiene una proporción elevada de impuestos, pero que, al ser esos impuestos proporcionales al precio final del producto, éste es bajo en comparación con otros países con similar carga fiscal, como Alemania o Dinamarca, y el precio final no resulta disuasorio.
Unas 60.000 personas mueren cada año en España por causas directamente atribuibles al tabaco, y desde el pasado 1 de enero el sistema sanitario público financia varios tratamientos de los que se pueden beneficiar numerosos fumadores que quieran dejar el habito.
Las leyes contra el tabaco en España se han endurecido progresivamente durante los últimos años; en 2006 entró en vigor la ley que prohibió fumar en centros de trabajo y locales de ocio; y la norma fue reformada en 2011 para prohibir fumar en todos los espacios públicos cerrados y en el recinto interior y exterior de hospitales y parques infantiles.