El episodio del primer ministro británico perdiendo los papeles, hablado de Peppa Pig y haciendo ruido de coches no es una anécdota, sino un síntoma de sus bandazos.
Con su despeinado pelo rubio, el primer ministro británico es para unos un político simpático y para otros un bufón, pero estas dotes que lo hicieron popular y que él supo aprovechar para llegar al poder en julio de 2019, son cada vez más cuestionadas.
En vez de hacer reír, su comportamiento, con balbuceo en sus intervenciones parlamentarias o al responder a preguntas de la prensa, no hace más que irritar a las filas conservadoras.
La última polémica la protagonizó el lunes al intervenir ante la patronal de empresarios Confederación de la Industria Británica (CBI, por sus siglas en inglés), a los que les habló del mundo Peppa Pig, “una cerda que tiene forma de secador de pelo”, dijo, para realzar la creatividad de la fuerza laboral del país.
Johnson se refirió al parque de atracciones de la cerdita Peppa Pig -basado en la popular serie de televisión de dibujos animados-, ubicado en el condado de Hampshire, en el sur de Inglaterra, que había visitado con su familia el fin de semana.
Pero mientras hablaba de este personaje, el primer ministro tuvo un momento incómodo al perder el orden de los folios que contenían su discurso. Se le vio intercalar los papeles, sin saber qué decir, con silencios prolongados y el rostro afligido.
El líder tory, que tiene un niño de menos de dos años con su tercera esposa, Carrie -embarazada del segundo hijo en común-, también recurrió, como si fuera pequeño, al sonido de un automóvil para hacer referencia a la vitalidad del sector británico del motor. En vez de provocar carcajadas, ello dejó ver a un político desordenado, poco serio y rocambolesco.
Los periódicos británicos, con su tradicional sentido del humor, han inundado hoy sus páginas con titulares y dibujos que hacen referencia a los personajes del colorido mundo de Peppa Pig.
Una fuente de Downing Street, cuya identidad no se revela, dijo hoy a la BBC que hay “mucha preocupación” en la residencia del Ejecutivo porque “no está funcionando” y las cosas van a “peor”.
El discurso ante la CBI “fue terrible” y “es un indicio de la forma caótica” en que se gestiona el Gobierno, añadió la fuente.
El exministro conservador de Sanidad Jeremy Hunt admitió a los medios que el discurso “no fue un gran momento” y reconoció que hay críticas contra Johnson pero sin llegar a las que recibió la anterior “premier” Theresa May de sus propias filas tories.
Hunt, que en su día aspiró al liderazgo de la formación, reconoció, además, que este no ha sido “un buen mes” para el Gobierno, a raíz del escándalo por los trabajos adicionales de algunos diputados conservadores como lobistas y cabilderos, en clara violación de las reglas parlamentarias por conflicto de intereses.
Escándalo entre los diputados
Esta polémica estalló al revelarse recientemente que el diputado “tory” Owen Paterson, que trabaja como asesor del laboratorio Randox, violó las reglas sobre “estándares parlamentarios” al saberse que había cabildeado a ministerios en favor de esa empresa.
Al margen de esta revelación, el escándalo se profundizó cuando, para evitar la sanción del diputado, Johnson decidió proponer un cambio de las reglas sobre esos estándares.
El alcance de las críticas por esta decisión, incluso de las mismas filas conservadoras, forzó al Ejecutivo a dar marcha atrás, mientras el primer ministro pedía perdón.
A esto se suma el revés sufrido anoche por el Gobierno al conseguir a duras penas aprobar un proyecto de ley sobre asistencia social.
El proyecto, en el que el Gobierno introdujo polémicos cambios de última hora, busca limitar a 86.000 libras (102.000 euros) los fondos que los británicos de edad avanzada podrán recibir para cubrir los gastos para su cuidado.
Aunque finalmente aprobado, el proyecto salió adelante por 272 votos a favor y 246 en contra en la Cámara de los Comunes, después de que 19 diputados conservadores se opusieran y muchos se abstuvieran.
Las cosas de Boris Johnson
Efectivamente, dentro de un caza de las fuerzas aéreas británicas (RAF)
Podría ser una foto más, pero se trata de una visita al centro de control donde se estaba construyendo una central nuclear
Quizás no era la mejor forma de posar durante su visita a la India.
En su visita a la India aprovechó para saludar a una deidad
Si hace falta pinta él las líneas del campo de juego, como en esta visita al césped del Bury FC
A los mandos de un brazo robótico, echando una mano durante una visita a un centro de FP de Burnley
Johnson, haciendo algo extraño con las manos durante una conexión en directo con el presidente ucraniana, Volodímir Zelenski
Johnson disfrutando de los cuadros del Museo de Prado antes de la cena de líderes por la Cumbre de la OTAN en Madrid
Están todos contados, Boris. Y conocemos el catálogo del British Museum
'¿El parecido es razonable?'. Fuera bromas, es un retrato de la reina de Inglaterra.
Y sí, el retrato lo hizo él.
No estamos seguros de si está preguntando si lo tienen en un tamaño más grande, pero este es un momento de su visita a una fábrica militar en Belfast
¡No, por favor! Decidnos que eso está descargado.
Ojalá supiésemos qué le ha dicho este niño de una escuela de Kent a Boris Johnson
Johnson, en la misma visita a la escuela de Kent, pero tras 'pasar de curso'
Una auténtica rareza en su carrera política, en esta imagen está dimitiendo
Johnson en una fotografía tomada el 13 de noviembre de 2020, durante la pandemia, en lo que aseguró que era una "reunión de trabajo"
Johnson, ayudando a un estudiante de fontanería de un centro de Blackpool con las medidas de un tubo
Johnson, en el mismo centro educativo, pero esta vez poniendo su granito de arena para terminar un muro
A punto de embarcar hacia Kiev para visitar al presidente ucraniano, justo después de que saliese publicado el informe del 'partygate'
Vale, en esta no sale Johnson, pero esta es la cara del gato Larry (la mascota de Downing Street) el mismo día en que Boris dimitió
Johnson, a punto de cortar un pepino recogido de una granja de Cornwall por él mismo. Y bajo la atenta mirada de preocupación de su acompañante.
Johnson, visiblemente satisfecho por la producción británica de brécol.
Johnson, durante una visita a una escuela de Kigali (Ruanda) y, al parecer, es el único que no sabe la respuesta a la pregunta.
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
Johnson, ¿dejándole paso? al canciller federal alemán Olaf Scholz en un paseo durante la última reunión del G7
Johnson, nada agobiado por la presencia de periodistas antes de aterrizar en Madrid para asistir a la Cumbre de la OTAN 2022
No solo se le ve practicando deportes, también (hace que) trabaja, como en esta imagen.
Un poco de "running" con bermudas de playa. Peligrosa mezcla.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.
No sabemos si es fan de Pink Floyd, pero aquí hizo un guiño a su "Another brick in the wall".
Otro momento deportivo; ahora toca cricket.
Y con la vuvuzela, que tan popular se ha hecho en los últimos mundiales de fútbol.
Si tenía que mojarse por un tema, lo hacía. Literalmente.
Otro momento rugbístico en una sesión de "entrenamiento" grupal.
Un gesto de extraña explicación en plena comparecencia.
Su look con ese flequillo despeinado a veces le ha jugado malas pasadas.
Indefinible.
¿Un remake de "Los gemelos golpean dos veces"?
Si es lo que parece, el voleibol paralímpico no se le da muy allá.
Rugby, voleibol, atletismo... y un poco de tenis, como en este partido benéfico en Queen's.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
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Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.