El líder del grupo ultra Proud Boys fue colaborador del FBI y de la policía de EEUU
Se hizo confidente para lograr una reducción de su condena por los delitos federales que había cometido.
El líder del grupo de extrema derecha Proud Boys, Enrique Tarrio, quien fue detenido días antes de que se produjera el asalto al Capitolio en Washington, ha colaborado como informador desde 2013 con el FBI y la Policía de Miami, tras su detención ese año y con el fin de conseguir una reducción de su condena por los delitos federales que había cometido.
Según una transcripción judicial a la que ha tenido acceso la cadena NBC, Tarrio, un cubano-estadounidense de 36 años, fue, “desde el primer día, quien quiso hablar con la Policía”, según su abogado le trasladó al juez durante una audiencia judicial celebrada en 2014, dos años antes de que se fundara Proud Boys, en la que él mismo se declaró culpable de robo y tráfico ilegal de productos para tratar la diabetes.
Durante aquel proceso, la defensa de Tarrio explicó al juez que gracias a su “significativa cooperación”, el FBI y las autoridades pudieron detener a una docena de personas relacionadas con el tráfico de drogas y los juegos de azar, lo que le supuso una reducción de su condena de 30 a 16 meses de prisión.
Tarrio fue detenido el pasado 4 de enero en Washington, dos días antes de que se produjera una manifestación en apoyo de Donald Trump, que acabó derivando en el asalto al Capitolio, al ser imputado por un delito de destrucción de la propiedad, cuando robó de una iglesia y quemó, como él mismo reconoció, una pancarta con el lema Black Lives Matter.
Cuando Tarrio fue interceptado por la Policía a su llegada a Washington, los agentes encontraron en su vehículo varios cargadores modificados de armas alto calibre, por lo que también fue imputado. Si bien él no participó en las revueltas, otros cinco integrantes de su organización sí han sido detenidos por estos hechos, entre ellos Joseph Randall Biggs, otro de los cabecillas.
Proud Boys adquirió especial relevancia durante los debates presidenciales después de que Donald Trump, quien ya barruntaba sus teorías sobre fraude electoral, les agradeciera su apoyo y les recomendara que se mantuvieran “a la espera” del desarrollo de los comicios. Posteriormente les condenó públicamente y achacó sus comentarios a un lapsus.