El histórico etarra Troitiño: "A ETA no le doy ni los buenos días"
Está siendo juzgado nuevamente por un delito de integración en organización terrorista, por el que le piden 11 años de cárcel.
El etarra Antonio Troitiño Arranz ha declarado hoy que desde que fue puesto en libertad en 2011 no recibió órdenes ni ayuda de ETA, a la que no daba "ni los buenos días", y que decidió huir a Londres a la espera de que se derogase la doctrina Parot y tras el anuncio del alto el fuego por parte de ETA.
La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha juzgado hoy al histórico etarra, que se enfrenta a una petición de once años de prisión por parte de la Fiscalía por un delito de integración en organización terrorista, tras ser excarcelado por error en abril de 2011 por parte de la Sección Tercera de lo Penal y huir a Reino Unido. Cinco días después, la Audiencia Nacional ordenó su detención, siguiendo el criterio de la Fiscalía, pero Troitiño no fue localizado y finalmente huyó al Reino Unido, país al que se solicitó su extradición, culminada finalmente en mayo de 2017.
La Fiscalía ha mantenido hoy su petición de 11 años de cárcel al considerar probado el delito, mientras que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) solicita 12 por la agravante de reincidencia, ya que antes había sido condenado por pertenecer a la banda. Su defensa ha pedido la absolución al no considerar probado el delito.
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Antxon Troitiño, que ahora tiene 61 años y ha declarado tranquilo ante la Sala, solo ha contestando a preguntas de su abogado, negando haber contactado con la banda terrorista en estos años, haberle pedido ayuda o haberla recibido.
"Yo jamás me he puesto en contacto (con ETA) desde que he salido, y a día de hoy tampoco", ha explicado el histórico etarra, que ha asegurado que cuando huyó a Londres no pensó en reintegrarse en ETA porque era mayor y "no estaba para trotes". Ha añadido que a ETA no le daba "ni los buenos días".
Según su relato, cuando supo que revocaban su libertad estaba en la casa de su hija en Hendaya y no se entregó "porque nadie fue a buscarle" y, además, "no veía normal entrar en la cárcel porque ya había cumplido", ya que si no le hubieran aplicado la doctrina Parot hubiera estado libre en 2008.
El viaje a Londres
Siete meses después, a finales de 2011, decidió irse a Londres, a la espera de que se revocara esta doctrina y también porque ETA había anunciado el cese de la actividad armada en octubre y habría "menos crispación". Además quiso dejar espacio en casa de su hija, que se echó novio y a la que no quería molestar. Tomó la decisión solo, aunque tras hablar con su familia, y para obtener piso y trabajo su hermana recurrió a familiares de Iñaki Lerin, acusado de colaboración con ETA y residente en Londres.
La documentación falsa para viajar al Reino Unido la consiguió por un amigo que murió hace año y medio, Martín Zabaleta, quien contactó con unas personas que le cobraron unos 500 o 600 euros. Así llegó a Londres, donde repartía periódicos y vivió en un piso con varias personas más, entre ellas Iñaki Lerín, quien fue arrestado junto a Troitiño.
Precisamente Lerín ha declarado hoy como testigo que había huido a Londres en 2007, cuando supo que podrían acusarle de colaboración con ETA, y allí vivía con su pareja y sus hijos sin recibir ni ayuda ni directrices de esta banda.
En 2011 sus allegados le pidieron que ayudase a un amigo de su hermano, que resultó ser Troitiño, al que no conocía previamente. La hermana del procesado, María Troitiño, ha corroborado esta versión y también la ofrecida por su hermano.
En el juicio han declarado un policía y dos peritos que han corroborado los informes que hicieron en su día en los que se aseguraba que Troitiño no podía haber llegado a Londres por sus medios, sino ayudado por ETA, en concreto por el colectivo de refugiados, que fue el que le facilitó hasta seis carnés falsos de gran calidad.
Un expediente sanguinario
Antonio Troitiño Arranz fue condenado a más de 2.200 años de prisión por más de veinte asesinatos en los años 80 y quedó en libertad en abril de 2011 después de 24 años de reclusión, a pesar de que su salida de la cárcel no estaba prevista hasta el 17 de enero de 2017 en aplicación de la doctrina Parot.
La sección tercera de la Sala de lo Penal accedió a realizar una nueva liquidación de condena basándose en la interpretación de una sentencia del Tribunal Constitucional, que computa como prisión preventiva de una de las causas el tiempo que el preso permanece en la cárcel mientras cumple condena por un delito distinto.