El Gobierno mantendrá "contactos operativos" con los talibanes pero no negociará con ellos
"Es posible tener contactos operativos, pero no políticos", dice el ministro de Exteriores.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha afirmado esta noche, tras finalizar la operación aérea de evacuación de Afganistán, que España no negociará con los talibanes, aunque será posible “tener contactos operativos”.
“Negociar con los talibanes no. Negociar no es una palabra. Es posible tener contactos operativos, pero no políticos. Negociar no, pero tener contactos para que entre ayuda humanitaria o se puedan abrir las fronteras... eso sí se puede tener”, ha afirmado Albares.
En una entrevista en Hora 25 de la Cadena SER, el ministro ha explicado que tras la evacuación aérea “viene una segunda fase”, en la que la UE tiene no solo “los medios de la ayuda humanitaria”, sino también “puede tener una interlocución de primer orden con los países del alrededor de Afganistán, que recibirán esa primera oleada de refugiados”.
Tras asegurar que estos países del entorno de Afganistán que “se quedan” van a tener “un papel importante”, ha subrayado: “No vamos a dejar a nadie atrás; no vamos a dejar a Afganistán atrás”.
Según el ministro, la operación en conjunto “no ha terminado”, aunque “no quedan españoles” ni personal que trabajó en la embajada española en Kabul.
“No puedo dar más detalles en estos momentos, pero hay vías que se están explorando, pero necesitamos mantener cautela por la seguridad de esas personas y por aquellas personas y países que nos van a ayudar en esto”, añadió.
Según Albares, “sin militares sobre el terreno será más complejo”, si bien ha observado que ya “esta misión no ha sido fácil”.
En cuanto al último vuelo de evacuación llegado esta tarde a Torrejón (Madrid), el ministro ha dicho: “Hoy ha sido un día de mucha emoción, y venía de hablar con todas estas personas. Son las que han hecho posible esta operación de evacuación. He hablado con el embajador, con los GEO... y también con un afgano, empleado de la embajada de España en Kabul que, pudiendo salir, decidió quedarse hasta el último momento para ayudar como traductor”.