El Gobierno no autorizará manifestaciones de más de 500 personas por el 8-M en Madrid
El delegado en Madrid acata las recomendaciones de la Consejería de Sanidad y da luz verde controlada a las primeras concentraciones.
La Delegación del Gobierno en Madrid prohibirá todas las manifestaciones del 8-M con una previsión superior a 500 asistentes, un criterio proveniente de la Consejería de Sanidad regional. Por ello, “rotundamente no habrá” una gran protesta feminista en la capital, como la ocurrida el año pasado o en años precedentes, y que fueron incluso referencia mundial en la lucha por los derechos de las mujeres.
En una entrevista en Onda Madrid, el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, ha señalado que han recibido ya “alguna” petición de manifestación para el 8 de marzo, todas ellas de organizaciones feministas, y que “de momento” no ha llegado ninguna solicitud de partidos políticos ni de “personas relevantes concretas”.
“Las que hemos recibido hasta ahora no se han prohibido porque mantienen los parámetros exigibles ahora mismo en esta situación de pandemia” de coronavirus respecto a las medidas “que se comprometen a adoptar”, como la distancia social, “y también, lo más importante, son manifestaciones de menos de 500 personas”, ha explicado.
La Consejería de Sanidad, según ha recordado el delegado, desaconseja concentraciones de más de 500 personas. “Nosotros estamos siguiendo a rajatabla esa recomendación” porque “tenemos que cumplir las normas” y porque “tenemos que ayudar a preservar la salud de los madrileños”, ha añadido.
“Lo que vamos a hacer para aquellas organizaciones que pretendan llevar a más (de 500) personas el día 8 de marzo, vamos a hablar con ellas, a pedirles que reflexionen, que busquen otras vías para manifestarse”, ha comentado el delegado del Gobierno, que pretende “buscar entre todos fórmulas alternativas para que esa justa reivindicación el día 8 de marzo no implique un atentado, entre comillas, contra la salud”.
Al respecto, ha asegurado que no habrá una concentración multitudinaria como la del 8-M de 2020, de la que “no se arrepiente” haber autorizado porque “no había ningún motivo objetivo” para prohibirla y haberlo hecho hubiera sido “prevaricar”.
“Estoy satisfecho de haber hecho lo que se hizo en aquel momento”, ha dicho Franco, que reconoce que se pudo ocasionar “algún contagio extra”.