El genial corto que denuncia las condiciones laborales de los repartidores de comida a domicilio
Fue presentado en el festival Notodofilmfest.
Un repartidor de comida a domicilio conduce su bicicleta por las calles de Valencia. A su espalda carga la mochila con la que vemos a este tipo de repartidores, de empresas como Deliveroo, Glovo o Uber Eats.
Mientras viaja a su destino, reflexiona. "A tomar por culo, lo dejo", comienza el monólogo, con el que descubrimos que el repartidor viene de una mala experiencia con su último pedido.
Es el inicio de un corto titulado ¡Hola, buenas noches! presentado al festival Notodofilmfest y que denuncia las condiciones laborales de estos trabajadores.
"Has tardado mucho, ¿qué pasa, que te has perdido? Me dice el tío con sus santos huevazos y su pijama de Batman. ¿Pues cuánto quieres que tarde si llevo 12 horas subido a esta bici de mierda y ya no puedo con el rabo?", piensa para sí con cara de pocos amigos.
Y sigue. "Anda que habrás sufrido mucho sentado en tu sofá mientras yo me hacía el kilómetro que separa la pizzería de tu puta casa. Me suelta también: te iba a dar un euro de propina, pero claro, ya estará fría la comida. ¡Pero qué asco! Si no fuera porque necesito los 400 euros de mierda que cobro al mes...".
En ese momento, el repartidor hace una reflexión global: "¿En qué momento se nos ha ido tanto la puta cabeza que somos capaces de pedir un bocata a domicilio del bar de abajo?. Vale, está claro que los tiempos cambian, joder. Pero, ¿de verdad es una mejora tener un ejército de esbirros deambulando por la ciudad satisfaciendo los impulsivos deseos de esta sociedad enferma?".
El repartidor se pregunta "qué será lo siguiente". "¿Que nos limpien el culo a domicilio? ¿Pedir un cubata por Amazon? Vete tú a saber".
"Te matas a trabajar todo el día", prosigue, "¿qué tiene de malo recuperar algo del tiempo que te han robado trabajando? Al fin y al cabo te lo has ganado, ¿no? Es la medalla de consolación de la clase media, porque el nuevo lujo del mileurista es que otro trabajador que cobra aún menos que tú haga el trabajo que no te apetece hacer".
Al final de su trayecto, el repartidor reflexiona sobre cómo se ha creado "una industria del falso tiempo libre que creemos recuperar cuando hacemos la compra por Amazon, nos barre la casa un robot con nombre de género musical cubano o pedimos cualquier mierda con una aplicación de reparto".
Lo sorprendente del corto llega al final, cuando el hombre se baja de la bicicleta tras afirmar lo siguiente: "Y sí, somos esclavos de día, pero señores feudales de noche".
En ese momento se encuentra con otro repartidor en un portal. "Perdona, ¿este es el número 28?", le pregunta al protagonista, "es que llevo un tiempo llamando y no me abren".
"¿Vas a la puerta 9?", pregunta el repartidor protagonista. "Sí", contesta el otro. "Pues es para mí", y recoge el pedido que traía el otro empleado.
El corto está escrito y dirigido por Pau Rodilla y su protagonista es el actor Carlos Vera.