El fulgurante ascenso de MK Premium, la inmobiliaria dispuesta a todo
Este grupo familiar ha creado un imperio de propiedades en sólo 4 años gracias a prácticas al límite de la legalidad. Ahora prepara su desembarco en Madrid.
No es sencillo ni agradable llegar al domicilio de Ahmed Shiplu, situado en el número 13 de la calle Lancaster del barrio barcelonés del Raval. Tras superar la doble puerta blindada de acceso al edificio, lo primero que se percibe es la humedad y el olor fétido que desprende la montaña de basura acumulada en el patio interior del bloque. Subir por la escalera tampoco es tarea fácil: los socavones y escalones medio rotos van abriéndose paso entre numerosas puertas antiokupa y pequeñas montañas de escombros. Al llegar a su piso, dos ratones muertos en el suelo dan la bienvenida.
El 13 de la calle Lancaster parece un edificio fantasma: todos los vecinos han abandonado el inmueble a cambio de unos pocos miles de euros. Todos menos la familia de Ahmed Shiplu, un cocinero bangladeshí de 30 años que tiene contrato hasta 2019. Ahmed ha hecho oídos sordos a las ofertas económicas para irse y se mantiene impertérrito ante las coacciones para expulsarlo. Su resistencia ha desencadenado un conflicto sin precedentes entre el Ayuntamiento de Barcelona y MK Premium, una inmobiliaria especializada en vaciar edificios y volverlos a vender.
El conflicto se hizo público el 20 de marzo. Unos operarios irrumpieron en el edificio y empezaron a tirar tabiques a pesar de no tener ninguna licencia de obra. MK Premium comunicó ese mismo día al Ayuntamiento que iba a hacer las obras, según la documentación que ha remitido a El HuffPost.Ahmed, que se disponía a acompañar a su hijo de 10 años al colegio, tuvo dificultades para salir de su casa ante la montaña de escombros que tenía delante. Al poco rato se personaron en el edificio varios implicados: los técnicos del Ayuntamiento, los activistas del barrio, la Guardia Urbana y Daniel Leiva, uno de los propietarios de MK Premium. Se vivieron momentos de tensión. Tras el episodio, la edil de Ciutat Vella, Gala Pin, denunció que la empresa ejercía "violencia inmobiliaria" y les acusó de llevar a cabo prácticas de "matones de billetera". El grupo inversor respondió denunciándola por injurias y calumnias y amenazando con una demanda conjunta de todas las inmobiliarias.
UN ASCENSO FULGURANTE
Cuentan en el sector que Daniel y Sergio Leiva, los fundadores de MK Premium, eran "dos mindundis" hace poco más de cuatro años. "Ahora, sin embargo, tienen un imperio", resume un inversor. La empresa crece a un ritmo de entre un 70 y un 100% anual y calcula que este año alcanzará un volumen de negocio de 20 millones de euros. Ahora prepara su desembarco en Madrid, donde espera llegar a los 60 millones de facturación.
Daniel Leiva, la cara visible de la empresa, se inició en los negocios en 2009 con una compañía de televenta. Entre otros productos, la empresa comercializaba una plataforma vibratoria que supuestamente tonificaba la musculatura sin apenas hacer esfuerzo. Los hermanos Leiva disponían de capital familiar y buscaban la manera de rentabilizarlo, pero no daban con la tecla. Hasta que en 2012 realizaron una operación inmobiliaria junto a uno de los especuladores más veteranos de la ciudad. "Al ver la alta rentabilidad de esa inversión, fundaron MK Premium", cuentan en su entorno. En estos años los hermanos Leiva han llegado a comprar 39 bloques enteros y actualmente disponen de 9 edificios en la ciudad.
Educado en escuelas privadas de la zona alta y aficionado al surf y a los viajes, Leiva se fue abriendo paso en un sector muy competitivo en el que abundan los codazos. "Es muy joven y de carácter amable, pero cuando se trata de defender lo suyo la interlocución ya no es tan sencilla", describe una persona que lo ha tratado.
Los Leiva descubrieron que, yendo al límite, podían abrirse camino en el mundillo inmobiliario. Percibieron que la compra y vaciado de edificios, la parte más ingrata del sector, era también la más rentable. Con el tiempo han amasado una fortuna y tienen a su nombre varias sociedades, todas domiciliadas en un lujoso edificio de la Rambla de Cataluña. "Aprovechándose de la debilidad de muchos vecinos y de sus pocos conocimientos jurídicos han ido vulnerando sus derechos", resume Martí Cusó, un activista del barrio. "Siempre juegan al límite de la legalidad y en ocasiones la superan".
LOS MÁS DUROS DE LA CIUDAD
"Lo que les diferencia del resto de inmobiliarias es la conducta agresiva que tienen con los ocupantes", opina Pablo Feu, abogado asesor de la oficina de Vivienda de Ciutat Vella. "Siempre que he trabajado en casos con conductas muy agresivas contra los inquilinos estaba MK Premium detrás". Según Feu, la mediación no suele funcionar en los casos en los que interviene esta inmobiliaria. "Es prácticamente imposible negociar con ellos".
De las conversaciones con media docena de inquilinos, vecinos, inversores inmobiliarios y cargos técnicos del Ayuntamiento se desprende una manera de actuar que consta de distintas fases. El primer paso siempre consiste en ofrecer 1.000 euros a los vecinos para que se vayan. En todos los casos consultados se repite esta cantidad, independientemente del tiempo de contrato que le quede al inquilino. Fue lo que le ofrecieron a Ahmed al principio y por esa cantidad se marcharon la mayoría de sus vecinos de la calle Lancaster.
También ofrecieron el mismo dinero el pasado septiembre a los residentes de La Clota, un edificio en el barrio de Horta. Si los 1.000 euros no funcionan aumentan la oferta paulatinamente hasta llegar a su límite: a Ahmed le llegaron a ofrecer 5.000 euros para abandonar su domicilio después de haber rechazado tres ofertas anteriores.
Según aseguran los vecinos consultados, cuando el dinero no basta, MK Premium despliega otro tipo de estrategias: llamadas a todas horas para presionar, visitas imprevistas al domicilio por parte de "arquitectos", amenazas, obras sin permiso que dificultan el día a día de los inquilinos... "Nos estás jodiendo el negocio, te vas a arrepentir", asegura Ahmed que le dijo por teléfono Toni García, director comercial de la inmobiliaria. Días después de esa llamada sucedió el incidente descrito al principio del reportaje.
Después llega la vía judicial. Es la que menos gusta a la inmobiliaria porque es la más lenta, pero también tienen estudiados los pasos a seguir para garantizarse el éxito: modifican el destino donde se debe abonar el alquiler para que se den situaciones de impago o bien denuncian a los vecinos por uso impropio del inmueble. Al ser escaleras en muy mal estado, muchas viviendas no tienen cédula de habitabilidad.
A pesar de ser conscientes de esto desde el momento en que compran el edificio, solo denuncian a los inquilinos por uso fraudulento cuando no acceden a marcharse del edificio. "Tienen siempre las de ganar porque son inquilinos que no pueden pagarse un abogado", señala Pablo Feu, el asesor de la oficina de Vivienda. "Saben que es gente con pocos recursos e incluso con dificultades con el idioma". En otras ocasiones han llegado a vender a inversores extranjeros edificios con contratos vigentes a pesar de haberles asegurado que estaba vacío, como ocurrió en 2014 con un edificio situado en la calle Riera Alta, 24.
Cuenta un cargo del Ayuntamiento que hace unos años Daniel Leiva les pidió la lista de edificios que tenían una orden de conservación por parte del Consistorio. "Estos edificios requieren de una inversión fuerte y muchos de sus propietarios no la pueden llevar a cabo", resume esa persona. El Ayuntamiento se negó a remitirles la lista pero MK Premium siempre se enteraba de esos edificios y los compraba todos. "Son como buitres", añade esta persona, que solicita el anonimato. "Si hay una situación complicada, un edificio en muy mal estado o un bloque con vecinos problemáticos, ahí aparece MK Premium".
Desde el Ayuntamiento reconocen en privado la dificultad que tienen para pararle los pies a esta empresa. Prefieren, no obstante, abandonar el juego de declaraciones públicas e intentar que la inmobiliaria no adquiera más edificios con una situación parecida a la de calle Lancaster. El equipo de Ada Colau no ha querido hacer ninguna declaración oficial para este reportaje. Tampoco MK Premium ha querido dar su versión de los hechos en una primera publicación de este texto, pese a que este medio realizó reiteradas llamadas durante dos semanas. En algunas entrevistas, Leiva se defiende asegurando que su empresa no hace nada ilegal: "No obligamos a nadie a irse, solo les ofrecemos dinero si lo quieren".
Ahmed no tiene tan claro que no lo estén intentando echar de su maltrecho piso de 40 metros cuadrados, por el que paga unos 300 euros al mes. MK Premium le denunció por impago del alquiler, pero Ahmed afirma que estuvo ingresando su alquiler al anterior propietario y, posteriormente, consignando la cantidad en un juzgado ante la devolución de los recibos.
El edificio donde vive parece que se vaya a desplomar, su mujer no habla español y ha compaginado todos estos meses de presiones y escombros con su embarazo. Finalmente esta semana nació su segundo hijo. Después de todo lo que ha aguantado hasta la fecha lo tiene claro: se quedará hasta 2019. Lo único que le preocupa es la salud de su hijo de 10 años. "Lleva ya 7 meses viviendo en una escalera fantasma y esto le está afectando", se lamenta Ahmed. "Este niño necesita crecer en un sitio en buen estado y que tenga vecinos".