'El Fonógrafo de Cajal', un ensayo inesperado
Los asombrosos logros de Cajal en el registro artificial de sonido todavía nos parecen impresionantes.
Sorprende cómo la muerte vuelve más elocuente la obra y el testimonio de nuestros intelectuales perdidos. Aquello que difícilmente se les perdonaba en vida: creatividad superior, anticipación, trabajo duro, honesto, crítica lúcida de nuestra sociedad… se aplaca y amortigua bastante cuando han muerto. Parece como que la mediocridad no tolera el plato frío ni el alimento pasado, aunque sea ajeno.
Decir algo nuevo de un referente de la lucha por la cultura hispana como Ramón y Cajal, padre de la neurociencia, es muy difícil. Conseguir hacerlo y expresarlo dentro de la compleja dinámica, por no decir turbulencia, de la revolución científica en que estaba inmerso Occidente en el final del siglo XIX y comienzos del XX es un trabajo de indudable interés. El reciente libro del ensayista y profesor David Fernández Durán, El fonógrafo de Cajal (mayo 2020, Ed. Amazon), una motivadora sorpresa para los que nos interesa la historia de la “ciencia española”, nos aproxima al relevante papel que jugó Ramón y Cajal en la reordenación fundamental que supuso la revolución científica para nuestros modos de pensar. Persiguiendo, desde una aparente operación detectivesca, la huella de una serie de inventos olvidados y desconocidos de nuestro pensador, el profesor Fernández Durán nos revela a un Cajal que se anticipa a Edison. Los asombrosos logros de Cajal en el registro artificial de sonido todavía nos parecen impresionantes. Hijo de su tiempo y de las circunstancias de su país, Cajal no puso energía en la exploración económica de sus extraordinarios y postergados inventos.
He podido saber que, asimismo, el autor desciende de la familia de nuestro pensador (no es de los que se juntaron los apellidos) y nos brinda una aproximación a unos pocos episodios biográficos que resultan ser verdaderamente bienvenidos para redescubrir, en el detalle, la compleja personalidad de don Santiago.
Cajal observó que aspectos químicos y físicos del registro de una honda lumínica (él era un experto en fotografía) podían emplearse para lograr el registro más detallado y sensible de una honda sonora, así como de cualquier tipo de información, logrado hasta entonces. Algunos de los principios anticipados y aplicados por Cajal han sido fundamentales en la historia de la reproducción fonográfica e incluso digital.
La correcta ubicación científica de Cajal, enlazada a un conocimiento muy directo de la vida del sabio y de los fundamentos causales por los que se producen cambios intelectuales radicales en las sociedades, dota de un enorme dinamismo al texto del profesor Fernández Durán.
Hay algo nuevo y transversal en este ensayo, al menos para los que nos preocupa cómo el cambio científico ha incidido en muchas características del presente.