El embajador de República Checa nos revela qué tiene de especial su cerveza
"Se ha extendido el fenómeno de los baños de cerveza. El objetivo es la armonización del organismo, la relajación y el descanso mental".
Con motivo del día de la industria cervecera, la Embajada de República Checa en España organizó unas jornadas dedicadas a la cultura cervecera del país. Grandes fabricantes como Primator, Ferdinand y Rakovník presentaron sus productos en sociedad. Aprovechamos la ocasión para preguntar a Ivan Jančárek, embajador de la República España, sobre el sector cervecero.
¿Qué tienen en común la cultura cervecera checa y la española?
Disfrutar de la cerveza en la República Checa y en España tiene muchos aspectos comunes, pero por supuesto también otros diferentes. Se da tanto históricamente como por el clima. ¿Qué tenemos en común? En primer lugar, el hecho de que nos guste la buena cerveza. Tanto los checos como los españoles consumen principalmente cerveza clara, como la Pilsen. Al mismo tiempo, sirve para saciar nuestra sed.
¿Y en qué se distinguen los hábitos de consumo en República Checa?
El checo no la toma como aperitivo antes de una comida, sino junto con ella o como bebida para conversar en un bar. La República Checa ciertamente lo hace en vasos más grandes, el volumen normal es de 0,5 litros. Los extranjeros suelen disfrutar más de una cerveza más pequeña, de 0,3 litros. Sin embargo, en la República Checa no se sirve tan fría como en España y nunca en vasos refrigerados. He observado que incluso en bares y restaurantes de España se consume en botella, mientras que en la República Checa se bebe casi exclusivamente la cerveza de barril.
¿Qué tiene de especial el estilo Pilsen que tanto gusta, no solo en España, sino en todo el mundo?
Pilsen es un tipo histórico de cerveza que se deriva desde el siglo XIX de la ciudad de Pilsen, situada en la parte occidental de la República Checa, donde en 1842 se elaboró por primera vez la cerveza por fermentación de fondo y cerveza clara, cuya producción se extendió posteriormente por todo el mundo. La cerveza clásica del tipo “Pilsen” se caracteriza por su ligereza, bajo contenido de CO2 y por su espuma espesa y cremosa. Tiene un sabor amargo, ya que se le agrega mucho lúpulo.
¿En qué se diferencia la cerveza original de Pilsen de sus competidoras?
En primer lugar, en la calidad del agua de la que está hecha. Es muy alcalina, sin minerales. Esta cerveza es relativamente amarga, pues desde hace más de cien años se utiliza el mismo tipo de lúpulo, los llamados lúpulos de Žatec. En otras cervezas solo se usa el extracto en lugar del lúpulo, lo que tiene un buen impacto en los costes, pero a veces también en la calidad.
¿En qué medida es relevante el turismo cervecero de República Checa? ¿Qué puede ofrecer al turista español?
El turismo de la cerveza va en aumento, así como el enoturismo. Pertenece a los denominados tipos de turismo vivencial y está destinado a toda la familia. El turismo y la cerveza se pueden dividir en tres categorías: producción, degustación y consumo de cerveza. La bodega de cerveza checa más antigua, “U Fleků”, está abierta en Praga, donde la elaboración ha sido continua desde 1499. Allí también se puede visitar el Museo de la Cervecería y degustar la comida clásica de pub checa. Hay 18 cervecerías pequeñas y artesanales en toda Praga, y otras están distribuidas uniformemente por todo el país, aunque más en Bohemia que en Moravia.
Recientemente se ha extendido el fenómeno de los “baños de cerveza”, que es un procedimiento de rehabilitación y tratamiento. No se trata solo de baños, envolturas y masajes, sino también de beber cerveza. El objetivo de este procedimiento es la armonización del organismo, la relajación y el descanso mental. Esto se consigue mediante hierbas trituradas, que, junto con la levadura de cerveza, son el componente principal de los spas de cerveza. La temperatura más alta del agua acelera la actividad cardíaca y, por lo tanto, favorece la circulación sanguínea. Es posible encontrar balnearios de este tipo en Olomouc, Harrachov o Cheb. La República Checa también es rica en museos de elaboración de cerveza, donde se puede aprender no solo cómo se elabora la cerveza, sino también de qué está hecha y cómo ha mejorado el proceso a lo largo de los siglos. Nuestros museos más importantes están situados en Pilsen y en Žatec.
En los últimos años han aflorado multitud de cerveceras artesanales y pequeños fabricantes ¿Cómo es este fenómeno en República Checa?
Las pequeñas cervecerías han enriquecido significativamente la gama de productos cerveceros en los últimos años, especialmente desde 2015. En la actualidad hay aproximadamente 450 pequeños fabricantes y cervecerías artesanales, cuya exposición media es de 950 hl de cerveza por año, lo que equivale a unos 400.000 hl de cerveza. En total, se producirán más de 20 millones de hectolitros en la República Checa. Esto significa que las pequeñas cervecerías participan en la producción de cerveza con solo un 2%. Veremos cómo los efectos del coronavirus y las medidas restrictivas asociadas se reflejan en este fenómeno. Se supone que el número óptimo de productores artesanales es de alrededor de 500.
¿Qué nivel de sostenibilidad tiene la industria cervecera checa?
La industria cervecera checa tiene una larga tradición. Sus ventajas incluyen el hecho de que elabora el producto reconocido desde hace mucho tiempo como “cerveza checa”, en cuya producción se utilizan materias primas locales. Todas las materias primas básicas para la producción de cerveza, agua, malta y lúpulo, provienen de la República Checa y, además, sus excedentes se exportan. Gracias al hecho de que la producción de cerveza se concentra en 4-5 grandes empresas, que suponen el 80% del total, la industria es fuerte en capital e invierte constantemente en la reducción de la intensidad material y energética. Un principio importante es un sistema de producción sin residuos, en el que se reutilizan todas las materias primas.
¿Cómo ha evolucionado la participación del sector cervecero en el PIB de República Checa?
La producción de cerveza en la República Checa aumenta constantemente. En los últimos 10 años se ha incrementado un 10%, aunque el consumo de cerveza per cápita sigue disminuyendo. En 2020, alcanzó los 135 litros por persona, que fue la mayor cantidad a nivel mundial. La mayor parte de la cerveza que se produce también se consume en la República Checa. Cinco millones de hectolitros se destinan a la exportación, cuyos principales mercados son Eslovaquia, Alemania y Polonia. Fuera de la Unión Europea, son Rusia, Corea del Sur y Estados Unidos.
Aproximadamente 40.000 hectolitros tienen como destino España, que es así el duodécimo mercado más grande entre los países de la UE. El beneficio económico total, incluidos los ingresos directos, indirectos e inducidos en las industrias hostelera y afines, es de 13.400 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 5,5% del PIB. El sector cervecero crea directamente 65.000 puestos de trabajo y, junto con los correspondientes a la hostelería, suman hasta 200.000, lo que representa el 4% del total de trabajadores.
¿Cuáles son las previsiones del sector cervecero para los próximos años?
Por supuesto, las medidas tomadas para combatir la pandemia se han visto reflejadas en los resultados de la industria cervecera. El total de la elaboración de cerveza se redujo en aproximadamente un 6% y las exportaciones en un 10%. Desafortunadamente, alrededor del 10% de las pequeñas cervecerías han dejado de operar. Los hábitos de los consumidores también han cambiado. Ha aumentado el consumo de cervezas de mayor calidad y más caras. La proporción de cerveza en lata está creciendo a expensas de la cerveza en botellas de PET.
Al mismo tiempo, el fenómeno del consumo de cerveza de barril en el ámbito doméstico se está extendiendo en la República Checa. La gente compra barriles más pequeños, de hasta 15 litros, y los consume junto con amigos y conocidos en los jardines de sus casas. Está claro que el consumo de cerveza por persona seguirá disminuyendo, pero, gracias al regreso de los turistas, la elaboración de cerveza en general aumentará. La gente beberá cerveza mejor, más cara y también más variada. Las cervecerías se esforzarán por el cliente y acelerarán la innovación y la diversidad de oferta. Será una oportunidad para las cervecerías artesanales, ya que la gente demandará productos regionales para ahorrar en costos de transporte mientras apoya la economía local.