El duelo entre Italia y Europa amenaza la economía
La deuda italiana sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea, junto a España y Grecia.
Tras la victoria en las elecciones, Matteo Salvini, eufórico y motivado por la victoria de La Liga, ha desafiado, nuevamente, a Bruselas por las exigencias presupuestarias y el tratado de estabilidad de la Unión Europea. Para el líder de la fuerza populista italiana, las exigencias de Bruselas van en contra de las necesidades del país, algo que, con él en el Gobierno, ha tachado de medidas obsoletas.
Todo esto comenzaba hace dos semanas, cuando el propio Salvini, entonces ministro italiano, amenazó a Bruselas con incumplir el objetivo de déficit pactado, disparando la deuda italiana por encima del 140% o 150%, en caso de que fuese necesario para el país y sus ciudadanos. Para Salvini, Italia debe primar sobre las exigencias europeas.
En el mismo momento que el líder italiano defendía el incremento de la deuda italiana, la prima de riesgo, que muestra el diferencial del bono a 10 años italiano con su homogéneo alemán, se disparaba hasta los 290 puntos básicos. Un fuerte impacto para la prima de riesgo italiana y que hizo saltar las alarmas en sede europea, pues hasta ahora, los niveles de deuda que soporta Italia son bastante elevados.
La deuda italiana sigue siendo una de las más altas de la Unión Europea, junto a España y Grecia. Según los últimos registros, esta ya supera, levemente, el 132% de su Producto Interior Bruto, mientras que el objetivo de déficit impuesto por Bruselas era de una reducción del 0,6%. Para Salvini, esa reducción de déficit significaría un deterioro en la economía del país, por lo que se ve legitimado, tras su victoria, para incrementar el déficit, pese a las sanciones económicas.
La deuda es una herramienta muy peligrosa cuando hablamos de política económica. El objetivo de estimular la economía en base a incrementos en la deuda es conocido por todos por unos resultados, en un gran porcentaje de los casos, desastrosos y, en muchos de ellos, irreversible para el país. Debemos recordar que la deuda, en la política económica, es un arma de doble filo, por lo que igual que puede disparar el crecimiento económico, de igual forma, podría provocar el desastre económico del país, como ocurrió en Grecia.
Últimamente estamos viendo a muchos economistas y líderes políticos hablar de forma deliberada sobre el endeudamiento de los países. Muchos de ellos afirman que el sobreendeudamiento podría estar justificado en muchos países, pues podría verse compensado con el crecimiento económico que el mismo país experimentaría a consecuencia de ello. Sin embargo, este endeudamiento debe afrontarse, por lo que el proceso de desapalancamiento que debería realizar el país, a futuro, podría provocar efectos devastadores.
Los niveles de deuda que presentan países como Italia son demasiado excesivos. A su vez, estamos viendo como los elevados niveles de deuda, al representar un mayor grado de dificultad par afrontar las obligaciones del país, mermando su capacidad de pago, deriva en serios problemas de refinanciación de la deuda, así como en un mayor sobrecoste por el pago de intereses en la financiación. El bono italiano ya supera el 2,7%, triplicando, para hacernos una idea, la rentabilidad ofrecida por el homogéneo español.
Este sobrecoste en el pago de intereses, como digo, dificulta la capacidad de pago del país, que ya de por sí era alta debido a los altísimos niveles de deuda que soporta. Por esta razón la prima de riesgo volvía a dispararse, nuevamente, por encima de los 290 puntos básicos, impulsando el riesgo del país para hacer frente a sus obligaciones. Lo que ha llevado a los inversores a tomar posiciones en otros bonos como el español, que, con lo ocurrido, ya roza mínimos.
Las actuaciones y declaraciones de Salvini son una muestra más de la irresponsabilidad de algunos líderes políticos a la hora de actuar. Lo vemos con Donald Trump, lo hemos visto con Theresa May y ahora lo vemos con Matteo Salvini. La necesidad de estos líderes por publicar y sembrar el pánico y la incertidumbre acaba costándole muy caro al país, pudiendo haberse hecho de una forma en la que lo sucedido se habría evitado.
La inestabilidad de los mercados, ante lo ocurrido, sigue acechando a la economía italiana. Recordemos que, ante el desafío del año pasado entre Italia y Bruselas por la deuda, la prima de riesgo italiana se situó por encima de los 300 puntos básicos, siendo superada en Europa, únicamente, por Grecia –un país en quiebra y rescatado-. La bolsa de Milán, ante lo acontecido en sede europea, destacaba con fuertes descensos frente al resto de bolsas europeas, destacando en las caídas el sector bancario.
Las tensiones por lo ocurrido y la posible sanción, con 3.000 millones de euros, de Bruselas, agitan todo lo relativo a la economía nacional en el país italiano. La inestabilidad económica ya se muestra en el país y Bruselas se muestra expectante ante las actuaciones de Salvini, con el fin de actuar de una forma u otra. Mientras tanto, el líder de la ultraderecha italiano ya ha dicho que va a utilizar todas sus energías para acabar con unas normas que, para el, son “injustas”.
En definitiva, como comentaba, la deuda no es una herramienta con la que jugar sin mostrar cautela alguna. La arbitrariedad en las decisiones respecto al incremento de la deuda podría desembocar en una incapacidad real de pago por parte del país y un endeudamiento incapaz de afrontar en el largo plazo, como ocurre en Japón, por ejemplo. La inestabilidad económica es un lastre para el crecimiento económico, por lo que este tipo de declaraciones, en un escenario como el actual, solo agravan la situación.