El día a día de un 'gestor value'
La labor de un gestor value de fondos de inversión -que sigue los principios del value investing- es algo muy desconocido para el gran público. Saber cómo es su día a día, sin duda, puede ayudar a eliminar ese halo de misterio que rodea a esta profesión del sector financiero. Su labor es clara a la vez que compleja: decidir qué activos comprar o vender dentro de un fondo de inversión.
El día a día de un gestor value suele ser muy dinámico y no hay dos días iguales. La jornada laboral empieza temprano, a las nueve de la mañana o antes, y suele alargarse hasta pasadas las ocho de la tarde. Algunos días, se pasan toda la jornada en la oficina, mientras que hay otros en los que tienen reuniones fuera o asisten a conferencias o eventos de compañías. Es muy habitual que un gestor esté en un país extranjero visitando compañías en sus propias sedes, viendo las fábricas, hablando con sus empleados, etc. Todo lo que sea necesario para recabar la mayor información posible. Si tuviéramos que poner un símil, el trabajo de un gestor es parecido al de un periodista de investigación, pero que está centrado en saberlo todo de una compañía.
A primera hora, los gestores repasan los principales titulares de la prensa financiera. Al tener que supervisar la evolución de decenas de compañías, todos los días hay noticias relevantes de las que hay que estar al tanto. Los días de presentación de resultados de las empresas son momentos de mucha intensidad. Es necesario entender la evolución de los negocios, revisar si nuestra tesis de inversión sobre la compañía en cuestión se va cumpliendo y si es necesario revisar la valoración que hemos hecho de los negocios y nuestras estimaciones sobre su futuro.
Una vez a la semana, tiene lugar la reunión de inversión, en la que todos los miembros del equipo de inversión se sientan a hablar de las ideas de inversión sobre las que están trabajando. En el caso de Amiral Gestion, los equipos de París y Singapur se conectan por videoconferencia. En un mundo tan globalizado, lo que sucede en Asia afecta al resto del mundo, y viceversa. Si un gestor ha encontrado una idea nueva que quiere comprar, la expone al resto de sus compañeros y éstos tratan de encontrar los puntos débiles, los posibles riesgos de la inversión, etc.
Dentro del proceso de inversión, es muy importante sentarse con las compañías, hablar con sus directivos y analizar en detalle los modelos de negocio. Los gestores se reúnen con mucha frecuencia con ellas y en apenas una o dos horas logran aprender mucho sobre cómo evolucionan los negocios y cómo está siendo el comportamiento relativo frente a sus competidores. Es mejor ir con otros compañeros para luego contrastar diferentes impresiones y puntos de vista.
La hora de la comida es la excusa perfecta para charlar con otros compañeros y ver qué están estudiando y cómo ven el mercado y las oportunidades. También hay tiempo para hablar de otras cuestiones, como la actualidad política, el último libro que han leído e incluso el último partido del PSG. A veces un gestor tiene que reunirse con inversores para explicarles qué decisiones están tomando en la gestión de los fondos.
Las últimas horas del día se suelen aprovechar para leer documentación extensa, como las cuentas anuales, alguna publicación sectorial especializada, o hablar por teléfono con otros gestores de otras compañías. Toda esta labor detectivesca y de análisis tiene como resultado final algo muy sencillo: en qué empresa invertimos, qué riesgos tiene dicha inversión, qué potencial le vemos a ese precio y cuánto invertimos en esa idea. La convicción para tomar estas decisiones de vital importancia, viene de todo el trabajo previo hecho durante muchos días como este.