El Covid, su gestión y su vacuna domina el debate vicepresidencial entre Pence y Harris

El Covid, su gestión y su vacuna domina el debate vicepresidencial entre Pence y Harris

En un encuentro mucho más educado y cuajado de argumentos, el republicano logra salir con bien de los ataques de la demócrata

Las barreras de plexiglás que han separado este miércoles al vicepresidente de EEUU, Mike Pence, de su rival demócrata, Kamala Harris, fueron una metáfora de sus diferencias políticas, que estallaron al abordar la pandemia de la Covid-19 en un claro reflejo de la polarización que vive el país a menos de un mes de las presidenciales.

Pence (61 años) y Harris (55) protagonizaron un debate clásico, con acusaciones mutuas y evitando responder preguntas incómodas, pero alejado del caos del cara a cara de la semana pasada entre sus jefes de filas, el presidente Donald Trump y el candidato demócrata Joe Biden, que dejó un mal sabor de boca generalizado.

Pese a los buenos modos, la demócrata y el republicano chocaron en la mayoría de asuntos, pero sobre todo en la pandemia, que ha dejado ya más de 210.000 muertos en EEUU y una devastación económica sin precedentes. “El pueblo estadounidense ha sido testigo del mayor fracaso de cualquier administración presidencial de nuestra historia”, empezó Harris, dura. Sin embargo, y pese a toda la carga con la que podía atacar a su oponente, Pence, veterano cuajado cuatro años en Washington, acabó neutralizando mucha de su furia.

La vacuna de la discordia

Trump está utilizando la pronta aprobación de una futura vacuna como arma electoral y Harris tuvo esta noche la oportunidad de abordarla al ser preguntada si se la pondría, dado que según encuestas el 50 % de estadounidenses no tiene intención de hacerlo.

“Si el doctor (Anthony) Fauci (el principal epidemiólogo de la Casa Blanca), si los médicos nos dicen que debemos ponérnosla, seré la primera en la fila para ponérmela, absolutamente. Si Donald Trump nos dice que debemos ponérnosla, no lo haré”, dijo la senadora por California.

Esta respuesta de Harris enfureció a Pence, que durante meses ha liderado el grupo de trabajo de la Casa Blanca contra la Covid-19: “Solo les pido (a los demócratas) que dejen de politiquear con la vida de la gente. La realidad es que tendremos una vacuna, creemos, antes de fin de año y tendrá la capacidad de salvar innumerables vidas de estadounidenses”.

Quiero que el pueblo estadounidense sepa que, desde el primer día, el presidente Trump ha puesto en primer lugar la salud de Estados Unidos
Mike Pence

Pence reconoció que “nuestra nación ha pasado por momentos muy desafiantes este año”, pero agregó: “Quiero que el pueblo estadounidense sepa que, desde el primer día, el presidente Trump ha puesto en primer lugar la salud de Estados Unidos”. Prometió que para finales de año habrá millones de dosis de un tratamiento que aún no se ha anunciado.

La moderadora, Susan Page, periodista del diario USA Today, descolocó a Pence al cuestionarlo sobre el acto de hace 11 días en la Rosaleda de la Casa Blanca, que parece ser el foco de los contagios en la mansión presidencial: ”¿Cómo espera que los ciudadanos sigan las recomendaciones si ustedes en la Casa Blanca no lo hacen?”. “Confiamos -respondió el vicepresidente- en que los estadounidenses tomarán las mejores decisiones para su salud. Respetamos la libertad”. Harris recogió entonces el guante que le lanzó Pence y acusó al Gobierno de Trump de esconder información a los estadounidenses desde el momento en enero en el que tuvieron constancia de la peligrosidad de la pandemia. “Francamente este gobierno ha perdido el derecho a la reelección debido a esto”, acusó.

 
Respetas al pueblo estadounidense cuando le dices la verdad. Respetas al pueblo estadounidense cuando tienes el coraje, de un líder, de hablar de esas cosas que quizás no quieres que la gente escuche, pero que necesitan escuchar para poder protegerse
Kamala Harris

“Respetas al pueblo estadounidense cuando le dices la verdad. Respetas al pueblo estadounidense cuando tienes el coraje, de un líder, de hablar de esas cosas que quizás no quieres que la gente escuche, pero que necesitan escuchar para poder protegerse”, afirmó. Y sentenció: “El pueblo estadounidense ha sido testigo del mayor fracaso de cualquier Administración presidencial en la historia de nuestro país”.

Cuando faltan menos de cuatro semanas para las elecciones, los republicanos estaban esperanzados de que el debate pudiera darle a la fórmula Trump-Pence una oportunidad final para ayudar a reajustar una contienda que podría estar escapándoseles de las manos. Rezagado en las encuestas, el presidente, con Pence a su lado, pasa apuros para estabilizar a una nación en medio de múltiples crisis y con más de una decena de altos funcionarios en la Casa Blanca, el Pentágono y en su campaña infectados por el virus que él alegó que desaparecería.

El mansplaining de Pence

Pasada la polémica página de la pandemia, ambos recurrieron al libreto para responder o esquivar las preguntas y lo que más emocionó a la audiencia, al menos en Twitter, fue la mosca que se posó sobre la cabellera canosa de Pence por varios segundos.

Sin embargo, Harris, una afroamericana de origen indio que fue fiscal general de California, cortó en seco al republicano cuando este trató de darle una lección sobre racismo y justicia. “No voy a sentarme aquí a ser sermoneada por el vicepresidente”, espetó Harris después de que Pence afirmara que los demócratas “insultan” a los policías estadounidenses cuando afirman que existe racismo sistémico en el país.

Además, en lo que pareció ser una estrategia preparada por parte de Harris, la demócrata aprovechó la primera interrupción de Pence para reclamar su derecho a la palabra: “Estoy hablando”. “Si no le importa -añadió-, déjeme terminar. Así podremos tener una conversación”.

¿El último debate?

Hubo caldeadas discusiones sobre el medio ambiente, la Corte Suprema y el racismo, pero en general el debate fue mucho más respetuoso que el de Trump y Biden ocho días antes. Pence interrumpió en algunas ocasiones, pero nunca como lo hizo al nivel de su jefe, Trump.

El encuentro en el horario de mayor audiencia en Salt Lake City elevó a dos candidatos con aspiraciones presidenciales propias a los que se les podría pedir que asuman la presidencia incluso antes de finalizar el próximo mandato. Interrogantes de salud penden sobre Trump, de 74 años, que convalece de Covid-19, y Biden, de 77 años, que sería el mandatario de mayor edad en la historia del país. Los candidatos debatieron en un auditorio de la Universidad de Utah en el que los asistentes que se rehusaran a utilizar mascarilla debían dejar el lugar, un contexto extraordinario para el único debate vicepresidencial de 2020.

El de este miércoles pudo ser el último debate de la campaña, ya que los dos cara a cara que quedan entre Trump y Biden programados para el 15 y el 22 de octubre están como mínimo en duda por el contagio con coronavirus del presidente.

Trump ha anticipado ya su intención de participar en el debate de la semana que viene en Miami, pero Biden ha dicho que solo lo hará en caso de que el mandatario haya superado la enfermedad en lo que ya promete ser la pugna electoral de los próximos días en Estados Unidos.