Rusia asegura en el Consejo de Seguridad de la ONU que “no quiere un baño de sangre en Donbás"
EEUU y varios países condenan el anunciado despliegue de tropas ruso, en una reunión de urgencia que acabó sin acuerdo. Washington impondrá sanciones a Moscú.
El Consejo de Seguridad de la ONU se ha reunido de urgencia la noche de este lunes para estudiar la situación en Ucrania. La decisión se ha tomado después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, reconociera la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania.
El representante de Rusia ante el Consejo de Seguridad de la ONU ha afirmado que su país “no quiere un baño de sangre en Donbás” (región del este de Ucrania) y ha asegurado que hay “un pánico infundado a la invasión de Ucrania” en los países occidentales.
Los socios europeos han anunciado que emitirán sanciones contra Rusia en respuesta al envío de tropas por parte de Moscú a las regiones de Donetsk y Lugansk. “Con nuestros socios europeos estamos preparando sanciones específicas contra aquellos que tomaron parte en esta decisión ilegal”, ha asegurado el embajador francés ante la ONU, Nicolas de Rivière.
Por su parte, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, ha dicho en el encuentro que la afirmación del presidente ruso, Vladimir Putin, de enviar a la región “fuerzas de paz” es una “tontería”.
La misión de Rusia ante la ONU informó en su cuenta de Twitter que la reunión tendría lugar a las 21:00 hora local de Nueva York, algo muy poco habitual no solo por las horas nocturnas sino por la premura de su convocatoria.
Ucrania fue la primera que solicitó la reunión urgente del Consejo de Seguridad, una petición a la que luego se sumó Francia, que cuenta con asiento permanente en el Consejo y ha mostrado hasta ahora una sólida alianza con Estados Unidos en el manejo de esta crisis. Rusia preside el Consejo este mes de febrero.
El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, ha escuchado impertérrito las declaraciones de los países miembros del Consejo, que en su mayoría han condenado el atentado contra la integridad territorial y la soberanía de Ucrania, con las notables excepciones de China e India, se que han limitado a genéricos llamamientos a la diplomacia.
Asimismo, Alemania, Francia y Estados Unidos han acordado “no ceder en su compromiso con la integridad territorial de Ucrania”, así como emplearse “con todas sus fuerzas” para evitar una nueva escalada. La decisión de Putin supone “una clara ruptura” de los Acuerdos de Minsk que “no puede quedar sin respuesta”, apuntó el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, en un comunicado.
La sesión ha terminado sin ningún acuerdo y sin que el bloque de los países aliados de Estados Unidos detallara las nuevas sanciones contra Rusia prometidas desde sus respectivas capitales y que, supuestamente, se concretarán en las próximas horas.
Rusia niega un cambio cualitativo sobre el terreno
En realidad, la sesión del Consejo, convocada con una premura inhabitual —con solo dos horas de antelación— y en horario nocturno, algo que solo sucede en vísperas de grandes conflictos, no ha servido para avanzar en el conflicto. Rusia ha negado que el reconocimiento de Donestk y Lugansk o el envío de tropas suplementarias suponga un cambio cualitativo sobre el terreno.
El embajador ruso ha lamentado que ninguno de los intervinientes se acordara de la población civil de Donbás, que cifró en cuatro millones de personas, de los que 60.000, en su mayoría mujeres y niños, han huido como refugiados hacia Rusia en los últimos días huyendo —ha afirmado— de los bombardeos del ejército ucraniano.
“Es para proteger a esa población” —ha sostenido Nebenzia— que Rusia va a enviar soldados en lo que llamó “misiones de paz”, al tiempo que ha denunciado al Gobierno ucraniano por “infiltrar a grupos subversivos en Donbás para sabotear las infraestructuras” civiles.
Pero el tono del embajador ruso no ha sido belicoso, sino que, como viene siendo habitual en los últimos debates en el Consejo de Seguridad, ha tratado de rebatir las acusaciones que le llovían desde Estados Unidos, respaldadas en bloque por Reino Unido, Francia, Noruega, Irlanda y Albania.
“Putin está poniendo a prueba el sistema internacional y viendo hasta dónde puede presionar a la ONU”, dijo la embajadora estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, y añadió que el reconocimiento de Putin de las dos repúblicas viola el derecho internacional y no es sino el preludio para una invasión, lo que fue negado por el ruso.
Nuevas sanciones a Moscú
EEUU, la UE y el resto de aliados planean imponer este martes nuevos castigos económicos contra Rusia y que supuestamente se concretarán en las próximas horas. El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ya había anunciado el lunes por la noche que “responderemos de forma coordinada junto a nuestros territorios”.
La Unión Europea (UE) ya ha anunciado que va a reaccionar con “sanciones” contra los “involucrados” en la decisión “ilegal” de Vladímir Putin, aunque por el momento están sin concretar. El anuncio lo hicieron en un comunicado conjunto el presidente del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, Charles Michel y Ursula von der Leyen, respectivamente. El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y varios ministros de Exteriores comunitarios se reúnen en París.
El gabinete de emergencia del Gobierno británico (COBR) se reunirá este martes por la mañana para abordar los últimos acontecimientos en Ucrania y acordar un “paquete significativo de sanciones” contra Rusia que sean aplicadas de inmediato.
Algunos países se desmarcan de Rusia
China, India y los Emiratos Árabes, aliados de Rusia en otros conflictos, así como Brasil, han evitado criticar a Moscú y se han limitado a genéricos llamados a las negociaciones. El embajador chino ha sido quien se ha mostrado más reacio a romper su tradicional alineamiento con Moscú al recordar que el conflicto en Ucrania era “resultado de muchos factores complejos”.
Pero otros países que en los pasados días se han mostrado equidistantes este lunes se han desmarcado de Rusia, en desacuerdo claro con el reconocimiento unilateral de esas dos repúblicas del este de Ucrania porque consideraron que es una ruptura de un pilar del orden mundial como es la soberanía y la integridad de los estados miembros de la ONU.
Así, México, Gabón, Ghana y Kenia han tenido este lunes, con matices, palabras de condena contra lo que han considerado un atentado contra las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania. Han subrayado, además, que supone una violación de los Acuerdos de Minsk de 2015 cuya primacía ha sido reclamada por Moscú como base para cualquier solución en Ucrania.
El representante de Ucrania en la ONU, Sergiy Kyslytsya, que había sido invitado a esta sesión extraordinaria, también ha tomado la palabra y, en un tono mesurado, ha reclamado el derecho de su país “a la autodefensa individual y colectiva”, y aunque ha dicho apostar por la vía diplomática, también ha proclamado: “No tenemos miedo a nada ni a nadie, ni vamos a ceder nada a nadie”.
“Las Naciones Unidas están enfermas de un virus, el virus del Kremlin.¿Sucumbirán a este virus? De ellas depende”, ha concluido.