El cierre del gobierno en EEUU se prolonga como mínimo hasta la semana que viene
Trump insiste: lo mantendrá "lo que sea necesario" hasta conseguir los fondos para construir el muro con México.
Las negociaciones entre demócratas y republicanos para poner fin a la parálisis presupuestaria en Estados Unidos se han estancado este jueves sin llegar a un acuerdo, con lo que el cierre del gobierno se prolongará como mínimo hasta la próxima semana.
Los miembros del Congreso habían regresado a Washington este jueves, pero había pocas esperanzas de poner fin al cierre parcial del gobierno debido a la negativa del presidente estadounidense Donald Trump de dar el brazo a torcer en su demanda de financiar la construcción de un muro en la frontera con México.
Después de pocos minutos en el hemiciclo casi vacío, el Senado ha decidido por unanimidad dar por terminada la sesión hasta el lunes 31 a las 16.00 horas (peninsulares) y de retomar la revisión de la ley de presupuesto el miércoles 2 de enero a partir de las 22.00 horas (peninsulares).
En los parques de Washington la basura se acumulaba en el sexto día de cierre parcial del gobierno federal y con el panorama actual esta parálisis se extendería como mínimo durante 12 días.
Trump, aparentemente sin dormir tras un agotador viaje a Irak para su primera visita a las tropas estadounidenses en zona de conflicto desde que llegó al poder, ha indicado en su cuenta de Twitter en la mañana que no estaba de humor para discusiones.
El mandatario exige que la ley de presupuesto asigne 5.000 millones de dólares para financiar el muro fronterizo con el que busca impedir la inmigración ilegal en la frontera con México, una propuesta central durante su campaña electoral.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ha acusado a los demócratas de "elegir de forma abierta mantener el gobierno cerrado para proteger a inmigrantes ilegales por encima del pueblo estadounidense".
Los opositores y algunos republicanos acusan al presidente de inflar el problema de la inmigración con fines políticos y dicen que un muro no es la mejor forma de garantizar la seguridad en la frontera.
En represalia, Trump se niega a firmar un paquete de gastos más amplio, lo que obliga a sectores del gobierno federal a detener sus actividades por falta de fondos y unos 800.000 empleados federales están en licencia sin goce de sueldo.
"¿Se han dado cuenta finalmente los demócratas de que necesitamos desesperadamente seguridad en la frontera y un muro en la frontera sur?", ha escrito Trump en Twitter.
Dick Durbin, un veterano senador demócrata, ha respondido con su propio tuit: "No se vislumbra el final del cierre parcial del gobierno del presidente". "Está tomando como rehén a nuestro gobierno por su escandalosa exigencia de un muro fronterizo de 5.000 millones, que sería tan despilfarrador como ineficaz".
Los cierres parciales del gobierno son un arma usual en las negociaciones presupuestarias en Washington.
Pero la tensión ha aumentado durante el gobierno de Trump y se espera que la división se incremente aún más a partir de enero, cuando los demócratas tomen el control de la Cámara de Representantes tras su victoria en las elecciones de medio mandato de noviembre.
El conflicto ha atizado las preocupaciones sobre la perspectiva de la economía de Estados Unidos para 2019, tras el crecimiento registrado en 2018, con los mercados oscilando ante nerviosismo, marcando jornadas de grandes pérdidas seguidas de sesiones con muchas ganancias.
Trump ya había adelantado que aprobó un contrato para la construcción de un muro de unos 185 kilómetros de extensión en Texas, sin dar detalles.
Grandes secciones de la frontera de más de 3.200 km con México ya están divididas por cercas u otras barreras, pero los inmigrantes, muchos huyendo de la violencia y de la pobreza en sus países, siguen cruzando.
Los planes de Trump
Los críticos de Trump dicen que está pisoteando los derechos de asilo legalmente protegidos y argumentan que los recursos deben canalizarse hacia alternativas de alta tecnología en vez de un muro.
La gestión del flujo ilegal en la frontera se ha complicado ante la llegada de familias y niños pequeños, cuando hace unos años eran mayoritariamente hombres los que ingresaban clandestinamente.
En diciembre, dos niños guatemaltecos murieron por enfermedades aún no esclarecidas mientras estaban bajo custodia de las autoridades estadounidenses y la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, dijo que se requerían "medidas de protección extraordinarias" para manejar el flujo.
El Comisario de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, Kevin McAleenan, advirtió el miércoles que la agencia no pudo hacer frente a los miles de migrantes que llegaban, ya que la mayoría de las instalaciones se construyeron hace décadas pensadas para hombres que llegaban solos.
"Necesitamos la ayuda del Congreso. Necesitamos un presupuesto para la atención médica y la salud mental para los niños alojados en nuestras instalaciones", ha dicho a la cadena CBS News.