El cadáver de McAfee sigue en Barcelona siete meses después de su suicidio
El cuerpo del creador del célebre antivirus no puede ser entregado a sus familiares hasta que lo decida el juez.
El cadáver de John McAfee, creador del célebre antivirus informático que se suicidó a finales de junio del año pasado en su celda de la cárcel de Can Brians, sigue en el depósito de cadáveres en Barcelona, a la espera de que el juez que investiga su muerte acuerde la repatriación de sus restos.
Según han informado fuentes jurídicas, el cuerpo de McAfee no puede ser entregado a sus familiares hasta que lo decida el juez de Martorell (Barcelona) que investiga si el creador del antivirus se quitó la vida en prisión, una hipótesis que fue cuestionada por su familia.
Los restos mortales McAffee fueron trasladados tras su fallecimiento al depósito de cadáveres del Instituto de Medicina Legal, en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, y permanecen desde entonces en una de las neveras del recinto, según una información que ha adelantado el portal digital MarketWatch.
El hallazgo del cuerpo en junio
McAfee, que tenía 75 años, fue hallado muerto en junio de 2021 en su celda en la cárcel de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), el mismo día que la Audiencia Nacional comunicó su decisión de extraditarlo a Estados Unidos por presunta evasión de impuestos.
Un juzgado de Martorell abrió una investigación para determinar las causas de la muerte y la familia del programador, que dudaba de que este se hubiera quitado la vida, pidió que se practicara una segunda autopsia al cadáver, que días más tarde confirmó la hipótesis del suicidio.
Una deuda de cuatro millones
McAfee había sido detenido en octubre de 2020 en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, cuando se disponía a coger un vuelo a Estambul y desde entonces se hallaba en prisión preventiva.
Durante la vista de extradición, el empresario, cuya deuda tributaria Estados Unidos se eleva a más de cuatro millones de dólares, aseguró haber pagado “millones de dólares en impuestos” y dijo ser víctima de una persecución política por haber denunciado corrupción en la agencia tributaria.