El brillante análisis de Bop Pop sobre la evolución de Ciudadanos: "Era el piso piloto de la política española"
Y en lo que se ha convertido...
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero esta que Bop Pop le ha encontrado a la evolución de Ciudadanos es brillante. Después del reciente pucherazo del partido naranja en las primarias de Castilla y León y de su voto en contra de la ampliación de los permisos de paternidad, el colaborador de Late Motiv (#0 de Movistar) ha hecho una curiosa reflexión sobre cómo era la formación de Albert Rivera en sus inicios y en lo que se ha convertido ahora.
"Era el piso piloto de la política española", arranca Bop Pop ante el entusiasmo de Andreu Buenafuente. "Espacios diáfanos, buena distribución, una decoración elegante, aséptica. Ciudadanos era muy de clase media aspiracional y el piso piloto les iba fenomenal, les visitaba un montón de gente... en las encuestas. Luego no compraban pisos en las urnas", añade.
La idea era buena, pero el poco éxito hizo que el promotor, Albert Rivera, tuviese que meter mano. "Dijo: 'Vamos a darle una vuelta a esto, vamos a cambiar la decoración'. Y fue ahí donde empezó a meter mano", apunta el colaborador, que resume en seis los cambios principales introducidos por el líder de la formación.
- "En ese rincón, una bandera de España... grande".
- "Ahí hay un agujerito democrático, cuélgame una bandera del orgullo LGTBI que esto lo tapa todo".
- "Ahí un poco de feminismo liberal, que hace como más moderno, que da como rollo dúplex, parece más amplio".
- "Muebles de segunda mano ya usados de otras promociones inmobiliarias, una del PP, otra del PSOE... que ya estuvieran usados".
- "Y en las zonas comunes, un poco de Sanidad Privada, de Educación privada, que dan como prestigio en la urba. Y un poco de gestación subrogada porque los niños ajenos siempre dan alegría".
- "Una alarma. Llamo a los de Vox, que pone la alarma de Securitas Indirect, que suena 'yo no soy racista pero...".
Si con los cambios no se venden, el promotor guarda un as bajo la manga: "Si la gente ve el piso pequeño, le decimos: 'Mire usted, tire unos tabiques y puede comunicar con el primero PP y el primero Vox y lo hace como muchísimo más amplio y le queda diáfano, como un loft, como para entrar a vivir".
Lo que era un piso piloto se ha convertido en algo que "se sigue sin vender, pero ahora es como estilo remordimiento español". "Yo creo que esta promoción inmobiliaria al final se la quedan los bancos", termina.