El ataque a la educación
El sistema educativo español merece mucho más respeto que lo que nos encontramos en determinados medios.
Siempre he pensado que el españolismo ensalzaría todo aquello que es bueno para España, todo aquello sobre lo que España destaca, y que el españolismo colaboraría para mejorar el desarrollo de nuestro país y de nuestra sociedad. Para tener un españolismo honesto y sincero hay que liberarse de los sesgos políticos del contra todo y abrir la mente para entender que hay muchas medidas y reformas que son necesarias, y aunque vengan de un partido contrario a nuestras ideas, pueden ser positivas para nuestro país. Este ejercicio, sencillo en apariencia es muy difícil de hecho, porque hoy en día resulta complicado poderse abstraer de la intoxicación de la prensa madrileña de derechas que, en determinados temas cruciales para este país, domina.
Tristemente, hoy en día nos encontramos con demasiada irresponsabilidad en la emisión de titulares, cargados de una buscada controversia que poco tienen que ver con la noticia real, pero que captan más la atención y generan opinión. En una sociedad que vive tan rápido, son cada vez menos las personas que leen el texto de una noticia, el desarrollo de los artículos y son cada vez más las que se quedan con el titular. Menos aún son las personas que contrastan las noticias con otros medios, que buscan explicaciones complementarias y que investigan la veracidad de la información.
Se puede entender que para la caverna mediática esto pueda ser una técnica de comunicación habitual, pero el periodismo realista no debería aplicarlo a cuestiones tan trascendentales como son las bases de desarrollo de nuestro país, y una de ellas es la educación. Me alegraría que más medios de comunicación escribiesen sobre la mejora educativa en nuestro país, sobre los avances que se han producido en los años de la democracia, me gustaría que los medios de comunicación de la derecha hiciesen un trabajo serio y contrastado, comparando el funcionamiento de otros sistemas educativos de países de nuestro entorno, por ejemplo.
Sería de agradecer que ante un comienzo de curso con una nueva ley, pudiésemos tener información real del inicio de curso, y no tantos artículos con titulares sensacionalistas, que pocas pautas dan a las familias de los cambios educativos, sino que, por el contrario, generan incertidumbre. Sería deseable que los medios de la derecha también ejerciesen la responsabilidad de informar y no manipular, que hiciesen un análisis pausado sobre cómo se trabaja en España y que muchas de las novedades introducidas en la LOMLOE y en el currículo vienen fundamentadas por el trabajo de países con gran prestigio internacional, y por cómo y con qué contenidos se trabaja en la Unión Europea. También podrían escribir sobre la realidad de muchos niños y niñas que todavía hoy en día sufren segregación escolar y que esta ley intenta corregir. Igualmente, sería interesante dar a conocer cómo la educación española, a través de la nueva ley, intenta dar más oportunidades de aprendizaje y dar a cada niño lo que necesita, más equidad e inclusión, principios básicos de justicia social y educativa.
Tristemente, esas no son las noticias de educación que salen en algunos medios entregados a la tarea constante de atacar a este Gobierno, pero son noticias que sí preocupan a la sociedad española. Hay más de 10 millones de estudiantes universitarios y no universitarios en nuestro país, sus familias son millones de personas que de una manera u otra están afectadas por la educación de sus hijos, más de un millón de profesores en el sistema educativo y universitario de España, que dedican su vida y esfuerzo a mejorar la vida y el futuro de las nuevas generaciones y de nuestra sociedad.
Francamente, el sistema educativo español merece mucho más respeto que lo que nos encontramos en determinados medios. Es lamentable que muchas de las noticias que aparecen sobre la educación española se centran exclusivamente en una falsa pelea entre la educación pública y la educación concertada, en una vergonzosa acusación de adoctrinamiento en las aulas, atacando de paso a la profesionalidad de nuestros docentes, en un ataque a las lenguas cooficiales y su relación con el castellano, en la mayor o menor presencia de la filosofía en el currículo o la perspectiva de género en las matemáticas, o en bulos y mentiras. Se podrían poner muchos más ejemplos de contenidos de artículos que frivolizan sobre la educación de nuestros hijos e hijas, no merece la pena, son sobradamente conocidos.
La educación es esencial en el desarrollo de nuestra sociedad y de nuestro futuro. Nos afecta a todos, porque a todas las personas les preocupa la calidad educativa que van a recibir sus hijos. Las familias tienen derecho a conocer la realidad, los derechos educativos, el tipo de atención que van a recibir sus hijos, o el currículo que van a aprender en los centros.
Por ello, la educación requiere que se proporcione información veraz, investigación, seriedad y un debate sosegado que determinado españolismo instalado en un modelo educativo arcaico, elitista y excluyente quiere evitar. Prefieren el descrédito y la desconfianza en nuestra educación, promover titulares sensacionalistas pero nada realistas, manipular la información y ocultar toda la transformación educativa que se está acometiendo por el gobierno, porque el lema que les mueve es ‘miente que algo queda’.