El problema no es el porno, son los padres
Los jóvenes acceden al porno antes de los 8 años. Sin una educación sexual adecuada, los más pequeños utilizan esta vía para aprender.
No hay más que teclear “porno” en Google y emergen más de 700 millones de páginas que, entre otras muchas cosas, ofrecen al usuario “gozar con españolitas y latinas calientes” y garantizan que esas “folladas, mamadas y enculadas” le van a “encantar”. Si se pincha en la primera sugerencia, varias fotos que no dejan nada a la imaginación ofrecen varios minutos de “placer”. Algunos de los títulos de los vídeos: se encuentra a su hija en lencería y se la folla a escondidas o colegiala follada duramente por un profesor porque necesita un aprobado.
Uno de cada cuatro menores realiza estos sencillos pasos para consumir porno antes de los 13 años en España, pero según los últimos datos, algunos ya lo hacen desde los 8. En concreto,el 75,8% de los chicos consumen pornografía antes de los 16. En el caso de las chicas el porcentaje disminuye a un 35,5%.
Son algunos de los datos del informe Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales elaborado por la Universitat de Illes Baleares tras entrevistar a 2.500 jóvenes. Según el mismo, el adelanto de la edad de consumo de porno se debe el fácil acceso a la tecnología móvil y que los más pequeños nacen siendo ya nativos digitales . Lo más peligroso de esto es que el porno mainstream (el más consumido) suele ser bastante agresivo y hay una gran ausencia de afectividad y respeto que no se da en la realidad.
Pero, ¿el problema es el porno o la forma en la que se consume? Muchos especialistas coinciden en que la raíz del problema es la falta de una educación sexual adecuada y completa. Los niños se hacen preguntas y, si nadie se las responde, recurren a San Google. Pero no siempre se encuentran en el buscador las respuestas adecuadas. Es la opinión de la coeducadora Kika Fumero, que habla desde la experiencia de haber impartido varios talleres de sexo con chavales: “Culpar al porno del aumento de la violencia [machista] es tener una visión un poco perversa. El verdadero problema es que no se les da una educación afectiva sexual a los niños”.
Descubren su sexualidad muy pronto y se hacen preguntas
Fumero asegura que los niños “empiezan a tocarse” a edades muy tempranas, pero no se trata de la misma visión de masturbación que tienen los adultos. Cuando los padres no entienden esto, tienden a regañarlos. “Desde la mirada adulta los coaccionamos y no saben por qué, no son conscientes”, asegura. De esta manera, los jóvenes (cuya adolescencia cada vez es más temprana) “comienzan a curiosear” y la sexualidad acaba convirtiéndose en una parte de su día a día.
Entender la pronta edad a la que los niños empiezan a experimentar es uno de los puntos fundamentales para la educación sexual. Lo afirma también la psicóloga Lucía Martínez, del centro clínico Ágora Relacional: “El niño no empieza a vivir su sexualidad a partir de los 13, sino desde que tiene incluso menos de 4 años. Se exploran, se tocan las partes en público y privado, las muestran, empiezan a mirar los desnudos...”.
Por eso Martínez cree que es esencial tener claro “la confusión que puede haber con el lenguaje sexual de los adultos y el de los niños”. “A veces lo tratamos como si fuese una sexualidad como la nuestra y castigamos a los niños cuando les vemos tocarse tan pronto”, opina, “y eso no es sano”. En estos casos, por ejemplo, “se les puede enseñar a que eso se puede hacer y que da placer, pero que se hace en privado, para que también aprendan a controlarse en público”.
Redes sociales, internet y amigos para encontrar respuestas
¿Y dónde buscan las respuestas a todas estas preguntas si no se les dan? “En las redes sociales y en amigos un poco más mayores. De esta manera llegan al porno y se nutren de ello. Pero el problema no es el porno, es la sociedad”, sentencia Fumero.
En este sentido, la exactriz porno Amarna Miller explicaba más a fondo esta cuestión en este mismo diario: “Hablamos de un fallo educacional, no de la pornografía. El porno es ficción y cuando llevas a tu hijo a ver una peli de superhéroes al cine le explicas que no es real. ¿Por qué no hacerlo con la pornografía y decirles a los niños que eso no se puede hacer en la vida diaria?”
“Hay que explicarles que el porno no es real y que las relaciones entre dos personas no son así, sino que también hay caricias y respeto, que el hombre no debería tener poder sobre la mujer y explicar lo que es el consenso”, añade Martínez a esta explicación.
Las consecuencias del porno
Cualquier persona que haya tenido relaciones sexuales satisfactorias y vea un vídeo de porno mainstream, se da cuenta de que los gemidos interminables, los miembros enormes y los pechos perfectos y descomunales no son la realidad. Además, ni todas las mujeres todas las mujeres disfrutan con ciertas prácticas que las denigran ni todos los hombres disfrutan denigrando. Pero cuando un joven llega hasta ahí para saciar su curiosidad, el porno puede pasar a ser su primera fuente de conocimiento sobre sexo.
“Los chicos lo usan para crear sus fantasías sexuales, mientras que ellas acceden para saber qué se espera que hagan en la cama”, dice Fumero tras varias charlas sobre esto con jóvenes de diferentes edades. “Ellos son conscientes de que no es real y me cuentan que después los chicos sienten frustración y las chicas algo de miedo”, señala.
¿En las escuelas o en casa?
Muchos de los educadores son partidarios de que se imparta este tipo de Educación en las escuelas. En España no existe actualmente ninguna obligación legislativa de incluir en el currículum escolar algo que tenga un contenido relacionado con la sexualidad. Respecto a esto, Fumero es rotunda: hace falta educar a los más pequeños en los centros educativos. Y critica también la escasa información que se da en algunos talleres: “Se les enseña a poner preservativos y las enfermedades, pero nada más. Además, sólo se habla de sexo heterosexual y no les enseñan que el sexo no se centra sólo en el coito. No los educamos bien y encima los abandonamos en el proceso”, sentencia.
La ONU ha concluido también que “la educación sexual de amplio espectro es esencial para la igualdad de género y la salud reproductiva”. Afirman que “ayuda a mejorar la salud y a la reducción de infecciones”.
Fuentes del Gobierno consultadas por El HuffPost aseguran que consideran que “la consecución de la Igualdad real entre hombres y mujeres es un eje prioritario en todas sus polítcas”. Por eso preparan un proyecto de ley que, según el Ministerio de Educación “tendrá un enfoque de igualdad de género a través de la coeducación que fomente, en todas las etapas, el aprendizaje de la igualdad y el respeto a la diversidad afectivo-sexual”.
Pero hay quien no aprueba que sean las instituciones las que den este tipo de formación. El director del Foro de la Familia, Ignacio García-Juliá, cree que “la educación sexual es una educación que se debe dar en familia” porque “nadie quiere más a los niños que sus padres, por lo que les educarán mejor”. Opina que una de las razones por las que los niños están empezando a acceder más temprano es “la dejadez de los padres”: ”¿Qué hace un niño de 8 años con un móvil o una tablet?”.
En su opinión, “el porno no es bueno para nadie, de ninguna edad” porque “los consumidores a veces reproducen el porno y de ahí derivan algunos episodios de violencia contra la mujer, como La Manada”.
Soy padre y no sé cómo hablar con mi hijo de sexo ¡SEND HELP!
A pesar de que hay distintas opiniones, lo que sí es cierto es que la educación en los colegios no es suficiente. “En casa es importantísimo que se hable de esto”, asegura Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA). Aunque también apuesta por la introducción de la sexualidad de manera “transversal” en más de una asignatura, además de hacer talleres específicos. “Lo que hay ahora lo organizan sólo algunos centros o las asociaciones de padres porque si no, los chicos buscan en internet y encuentran de todo”, afirma.
Martínez secunda esta opinión y aclara que “no se puede empezar la educación sexual cuando nos damos cuenta de que nuestros hijos ven porno o han tenido alguna conducta sexual a los 10, 11 ó 12 años”. La psicóloga opina que este tipo de educación debe darse “desde que son pequeños” y “hablándoles naturalmente de sexo, sin castigarlo”. Para los más pequeños recomienda “control parental”, pero “explicándoles por qué se lo pones”.
“Hay que hablarles de sexualidad desde un tono neutral, sin castigarlo ni convertirlo en tabú”, explica Martínez, “si se castiga ellos lo ven como algo que está mal y eso repercutirá en sus relaciones sexuales futuras”. Eso sí, advierte a los padres de que también deben ser comprensivos: “Hay que entender que, según va creciendo el niño, también necesitará su privacidad y su intimidad, aunque siga habiendo un control parental sobre las horas del ordenador o lo que puedan ver en internet”.