Dos detenidos por lanzar al río a un menor de 13 años en Granada
Desde una altura de unos seis metros.
La Policía Local de Granada ha detenido a dos jóvenes de 18 y 20 años que arrojaron anoche al río Genil desde una altura de unos seis metros a un niño de 13 años que reside en un centro de menores de la ciudad.
Antes de ser arrojado al río, el menor, que solo sufrió una ligera hipotermia, venía siendo perseguido desde una zona próxima y agredido por los ahora detenidos, ambos de nacionalidad marroquí, según ha informado este lunes la Policía Local.
El niño estaba indocumentado, no tiene familia en España y reside en un centro de menores de la ciudad, según la Policía Local, que al no hablar español no pudo constatar si el menor tenía algún tipo de relación con sus presuntos agresores, aunque no descarta la posibilidad de que la trifulca se debiera a un intento de robo.
Fue sobre las 23:10 horas de anoche cuando un agente que patrullaba por la zona fue requerido por numerosas personas que estaban sobre el denominado Puente Romano, en la acera del Darro con Puente Blanco, y que avisaron de que un menor se había precipitado al río.
Una vez en el lugar, el agente constató que había un niño dentro del agua junto a otra persona que lo estaba auxiliando, así como otras dos en la zona del embarcadero intentando ayudarles a salir.
Varios testigos informaron de que el menor había sido agredido por un grupo de jóvenes que le venían golpeando desde la zona ajardinada junto a la biblioteca pública y que, al llegar a la altura del puente, lo habían cogido entre dos de ellos y tras alzarlo en peso lo habían arrojado al río Genil.
Uno de ellos estaba en las inmediaciones, mientras que el otro huyó al percatarse de la presencia policial hasta que finalmente fue localizado por dos policías que acudieron en apoyo.
El niño fue atendido por voluntarios de Protección Civil y no presentaba ninguna lesión más allá de una ligera hipotermia.
Los presuntos agresores, identificados como A.B., de 20 años, y A.D., de 18, son de nacionalidad marroquí, mientras que la víctima, que estaba indocumentado y no hablaba español, está interno en un centro de menores y no tiene familia en España.