No era solo el Donbás: cómo Rusia ha enseñado sus verdaderos planes con Ucrania (y Moldavia)
La anunciada conquista de Mariúpol ha acelerado los acontecimientos, con el avance cada vez más extendido de las tropas rusas en el Donbás.
Diario de guerra, día 58. Putin, y Rusia con él, se quitan la careta: lo de “liberar” el Donbás era una parte, nada más, de su estrategia de conquista. Un alto mando militar ha confesado, nadie sabe si por error de cálculo o por convicción plena, que el plan total para por conquistar el este, el sur y formar un corredor que conecte el Donbás con Crimea y llegue a la región moldava prorrusa de Transnistria.
Su versión se ha conocido un día después de que Moscú sacase pecho por la conquista de la deseada Mariúpol y entre cruces de acusaciones con Kiev por el nuevo fracaso humanitario para evacuar a la población civil.
¿Qué han desvelado hoy?
El comandante ruso Rustam Minnekayev ha puesto voz al objetivo de Putin. Después de anunciar la toma de Mariúpol (aunque no de la acería Azovstal por orden de Putin) y avanzando en el Donbás, hoy ha asegurado que los planes pasan por unir Crimea y el Donbás y, a través de este corredor permitiría acercarse a la región moldava de Transnistria.
¿Por qué importa tanto esa zona?
La región separatista del este de Moldavia (frontera con Ucrania) es de orientación prorrusa y sobre ella, Moscú ejerce gran influencia. De hecho, el Kremlin mantiene allí cerca de 1.700 soldados y un grupo operativo que controla el arsenal que se formó cuando Moldavia aún era parte de la URSS.
No es la primera vez que suena este nombre en los casi dos meses de guerra. A comienzos de abril, Kiev afirmó que un aeródromo de esa región estaba siendo preparado para recibir aviones y ser utilizado por Moscú para transportar tropas hacia Ucrania, versión negada por las autoridades moldavas.
En estos 58 días, Zelenski ha repetido que Putin no solo iría contra Ucrania, sino que detrás aprovecharía para atacar Moldavia y otros países.
¿Qué se sabe de la fosa común descubierta en las inmediaciones de Mariúpol?
El rastro de desolación que se temía se va descubriendo. En las últimas horas, las autoridades han hallado una nueva fosa común de proporciones monstruosas a unos 20 kilómetros de la ciudad portuaria, que lleva casi dos meses asediada y de la que ayer los rusos confirmaron su conquista.
Las imágenes satelitales publicadas por Maxar Technologies descubrieron más de 200 fosas comunes en la ciudad, que podrían contener entre 3.000 y 9.000 muertos, matizó el ayuntamiento local.
También este viernes, la ONU ha confirmado la matanza de, al menos, 50 civiles en Bucha tras una investigación sobre el terreno hace días. Naciones Unida habla de “ejecuciones sumarias”, lo que significaría que Rusia ha cometido crímenes de guerra en esta villa cercana a la capital.
La batalla sigue, bomba a bomba, especialmente en el este. Moscú presume de controlar el 80% de Donetsk y Lugansk, mientras Kiev asume que al menos 42 municipios han caído en manos rusas.
¿De qué han hablado Charles Michel y Putin?
En una conversación de hora y media el presidente del Consejo Europeo y el ruso han hablado de casi todo, según las dos partes. Y de casi nada han acercado posturas. Mientras Michel ha pedido la instalación de corredores humanitarios con urgencia en Mariúpol y otras ciudades asediadas, máxime por la Pascua ortodoxa, Putin se ha negado.
También ha rechazado aceptar un encuentro con Zelenski o reducir sus objetivos militares. Lo que sí ha acertado a pedir es que la UE condene los “crímenes de guerra” que achaca a Ucrania.
¿Nuevas oportunidades a la diplomacia?
Por enésima ocasión se abren nuevas vías. Fuentes rusas confirman que este viernes se han mantenido “largas conversaciones” con la delegación ucraniana, sin que se hayan adelantado acuerdos o detalles de esta sesión.
Por otro lado, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha confirmado que visitará a Putin en Moscú el martes, cuando se verá también con el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Hace semanas, en un discurso llamativo, Guterres se dirigió directamente a Rusia para decirle que “no va a ganar esta guerra” porque es “imposible de ganar”.
¿Qué le pasa, o qué parece que le pase, a Putin?
Sus gestos llaman mucho la atención de analistas. Las últimas imágenes oficiales, en las que se le ve agarrando su mesa con la mano derecha, temblorosa e insegura, con el cuerpo contraído y realizando movimientos leves, como espasmódicos, de su pie han dado paso a todo tipo de planteamientos.
No hay (no se esperaba, tampoco) información de Moscú sobre la salud de su líder supremo, pero ese silencio tampoco ayuda a que se aclare la cuestión de qué le pasa a Putin.
¿Otra vez gresca en la coalición por la guerra?
Sí. No es la primera y nada parece indicar que será la última. Esta mañana la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, afeaba en público que España enviase más armamento para Ucrania, puesto que, a su juicio, lo que hace falta es “más médicas, más profesores, más diplomáticos y menos armas”.
De inmediato le contestó, también públicamente, la titular de Defensa. Con ironía, Margarita Robles apuntaba que “ojalá la señora Belarra pueda convencer a Putin de que pare este masacre en Ucrania”. “Esas consideraciones en abstracto sobre la paz me parecen muy bien, que se lo digan a Putin”, ha rematado nuevamente irónica.
Entre medias, la parte ‘morada’ se vuelve a dividir. Mientras Irene Montero o el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, apoyan la postura de Belarra, la vicepresidenta Yolanda Díaz defiende la posición de Pedro Sánchez.