Día uno de 'Zancadas contra el machismo'
Tenía 7 u 8 años cuando me hice corredor. Salía del cole en cuanto tocaba el timbre y echaba a correr el par de kilómetros de distancia entre el Colegio y mi casa. El corazón trepaba hasta la boca y peleaba por salir. Necesitaba saber que mi madre seguía respirando para hacerlo yo también. Así un día y otro y otro y muchísimos hasta que correr era la llave que menguaba el tiempo del miedo y la ansiedad, hasta que mis ojos veían lo que más que nada en el mundo necesitaban ver cada día.
40 años después necesito dar ZANCADAS CONTRA EL MACHISMO por mi madre, por mis hermanos, por mi hija y por todas las mujeres y por todos los niños y niñas que han sido o son víctimas de un cáncer que arrasa vidas y quiebra infancias.