“Deberías caber en tus pantalones de cuando tenías 21 años”. ¿Perdona?
“Si piensas que fomentar esta información crea una presión injusta solo para que una persona mejore su aspecto físico, no estás entendiendo este estudio".
Un profesor de Medicina experto en metabolismo ha dicho que, para mantenernos sanos, tenemos que caber siempre en los pantalones que usábamos cuando teníamos 21 años, y no todo el mundo se ha escandalizado.
El profesor Roy Taylor explica que los adultos corren el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 si su cintura ha cambiado mucho de talla desde los 21 años.
Este comentario surgió durante una conferencia en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes en la que presentaba los resultados de un pequeño estudio.
En ese estudio, los adultos que tenían un índice de masa corporal (IMC) “normal” lograron revertir algunos de los indicios de diabetes tipo 2 simplemente adelgazando.
“Estos resultados, aunque son preliminares, demuestran que la diabetes no la causa la obesidad en sí, sino pesar demasiado para lo que acostumbra tu cuerpo. Tiene más que ver con la acumulación de grasa en el hígado y el páncreas, independientemente del IMC”, expone Taylor.
“Como norma general, el tamaño de tu cintura debería mantenerse igual que cuando tenías 21 años. Si ya no puedes ponerte los pantalones de entonces, estás cargando con demasiada grasa y corres el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, aunque ni siquiera tengas sobrepeso”.
Y aunque nadie niega los resultados del estudio del doctor Taylor, muchas personas han protestado al oír esta frase sin contextualizar. Al fin y al cabo, el peso varía por muchos motivos y no todo el mundo estaba en su plenitud física a los 21 años.
El peso de las personas suele variar en diferentes etapas de la vida, corrobora el doctor Jeff Foster.
“Muchas mujeres se darán cuenta después del embarazo de que su metabolismo cambia. El problema se puede deber a problemas médicos como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo, que pueden hacer que el peso suba o baje”, expone.
Muchos hombres notan que en torno a los 35 años, sus niveles de testosterona bajan, su metabolismo se ralentiza, les empieza a salir barriga y les cuesta más perder peso.
“Las mujeres, a partir de la premenopausia, durante la menopausia y después de esta, pueden notar que sus hormonas sexuales les provocan aumento de peso a medida que su metabolismo se ralentiza”.
Factores de estilo de vida como el estrés, la motivación para hacer ejercicio y el acceso al ocio también pueden influir, añade.
Que nos obliguen a quedarnos en casa, como el año pasado, sin poder ir al gimnasio o sin siquiera caminar hasta el trabajo, indudablemente ha repercutido en el peso de mucha gente.
Muchos factores están fuera de tu control. Entonces, ¿no es un objetivo inalcanzable mantener la talla de los 21 años? El doctor Foster no lo ve así y afirma que la circunferencia de la cintura es “un muy buen indicador de riesgo para la salud”.
“Si piensas que fomentar esta información crea una presión injusta solo para que una persona mejore su aspecto físico, no estás entendiendo este estudio. Esta información no pretende presionarte para que tu aspecto se mantenga joven ni para que cambies tu imagen corporal. Al señalar este vínculo entre el aumento de cintura y la diabetes, intentamos que se comprendan mejor los motivos por los que enfermamos con el fin de ayudar a la gente a vivir más y mejor”.
Aun así, muchas personas y expertos se niegan a creer que aferrarse a una talla a través de los años sea la mejor forma de mantener y fortalecer la salud mental.
Tom Quinn, director de asuntos externos en la organización Beat sobre trastornos de la alimentación, coincide. “El peso es solo uno de los factores que afectan a la salud de una persona y no puede, por sí solo, determinar si una persona está sana o no”.
“Señalar los 21 años como la edad base para tener un peso ideal es irresponsable, sobre todo si una persona tenía un trastorno alimentario por entonces. Los cambios de forma y talla son procesos naturales en la vida de las personas”.
El doctor Foster admite que la mejor forma de vigilar la salud es ir al médico para una revisión, que normalmente incluye una toma de tensión y un análisis de sangre.
Así que sí, el tamaño de tu cintura puede afectar a tu riesgo de diabetes, pero recuerda: eres mucho más que esos pantalones ajustados que llevabas en tu juventud.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.