Activistas de la organización Extinction Rebellion han protagonizado este miércoles un acto de protesta por la “emergencia climática”. Casi una decena de sus miembros se han colado en una tienda Zara situada en la Gran Vía madrileña con carteles en los que se podían leer “Estamos pegados”. Y como tal se han quedado en el escaparate, por lo que el comercio ha tenido que cerrar.
El titular tiene su aquel: “Una asociación de Talavera ofrece un burro a Greta Thunberg para viajar de Lisboa a Madrid”. Entre la broma y la seriedad, llega esta oferta a la activista para que viaje hasta la sede de la COP25. No parece muy realista si lo que quiere es llegar el viernes, a la manifestación, pero ahí queda la propuesta.
Ignacio Aguado, a la que salta. El vicepresidente de la Comunidad de Madrid ha señalado a Greta Thunberg asegurando que “contra el cambio climático no se lucha viniendo en catamarán”, sino “impulsando medidas y políticas públicas que, de manera efectiva, contribuyan a descarbonizar la economía y a ayudar a controlar las emisiones”. Otro charco.
El informe presentado esta mañana en la COP25 Global Carbon Project (GCP), no ofrece datos demasiado esperanzadores. Refleja que las emisiones mundiales de carbono seguirán aumentando en 2019. Menos que el años pasado, pero creciendo, hasta un 0,6%. No son buenas noticias.
Vehículos policiales que forman parte del dispositivo de seguridad son estacionados en una de las entradas a la Cumbre del Clima que arranca este lunes en Madrid.