Cinco lecciones que puedes aprender de Ástérix y Obélix para afrontar la cuarentena
Ellos resistieron contra el Imperio Romano; nosotros, contra el coronavirus.
La inconfundible presentación de los cómics de Astérix y Obélix cobra hoy más sentido que nunca. Europa se despide de Albert Uderzo, creador junto a René Goscinny de estas historias, en pleno confinamiento.
El enemigo ahora es otro, el coronavirus, pero la batalla se puede lidiar con las mismas armas que empezaron a utilizar estos irreductibles galos en 1961, cuando se publicó Astérix el Galo, el primero de los (por ahora) 38 cómics de la colección.
De la resistencia de estos aldeanos del norte de la Galia se pueden extraer cinco lecciones fundamentales para afrontar la cuarentena, que en España se prolongará hasta mínimo el 12 de abril, y ayudar en la lucha contra el avance del COVID-19.
1. La unión hace la fuerza y ayuda a resistir
“Siempre están pegándose, pero siempre van a una”, señala el experto en cómics Álvaro Pons. La única forma de vencer al enemigo —en su caso, el Imperio Romano; en el nuestro el coronavirus— es mantenerse unidos.
Juntos se sale adelante, por eso es tan importante salir cada tarde a la ventana a aplaudir. Estamos separados físicamente (y a veces también ideológicamente), pero estamos juntos en la lucha. Igual que los habitantes de la aldea gala.
2. Siempre hay una pócima mágica: la nuestra es quedarse en casa
La confianza en Panoramix era ciega entre los habitantes de la aldea gala, incluido Astérix, que se vale de la fuerza sobrenatural que le da la pócima mágica para vencer a los romanos.
Ahora la pócima (la mejor vacuna) es quedarse en casa y confiar en la Ciencia. Es la Panoramix de 2020.
3. El humor ayuda a relativizar (incluso en forma de meme)
Astérix y Obélix son humor, y con ese humor hacen frente a situaciones adversas. Nunca hay que perderlo, sólo con humor se puede hacer frente a situaciones adversas, “aunque sin perder de vista la realidad”, apunta Pons.
Incluso el día que murió Goscinny y la irreductible aldea gala se llenó de lágrimas en forma de lluvia hubo tiempo para las risas. “No somos parlamentarios. Necesitamos una bandera blanca”, decía Astérix a Obélix ante su propuesta de invadir una aldea “a tortas y avanzando”.
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4. Estar separados no significa no ser solidarios
Una aldea de irreductibles galos rodeada por cuatro campamentos romanos. Totalmente aislada. Resistiendo sola ante el avance de los romanos. Las condiciones no eran óptimas, y aún así nunca dejaron ese sentido de unión con otros países. Un túnel bajo el mar para unir la Galia con Gran Bretaña fue un plan maestro trazado en 1966 (Astérix en Bretaña).
Ahora más que nunca deberíamos prestar ayuda a esos que lo necesitan o, más bien, recibirla de aquellos que nos la pueden dar.
5. El consumo salvaje no va a ningún sitio
La crítica al capitalismo hecha en 1986 en Obélix y Compañía está hoy más de actualidad que nunca. Compramos, compramos y compramos cuando la verdad no hace falta tanto para ser feliz.
La cuestión hasta ahora estaba en el punto D (lo que pone celosos a los vecinos), pero el confinamiento nos está enseñando que basta con el punto A (lo que es útil).
