¿Cuánto van a durar?, ¿habrá un tsunami? y otras dudas generadas por los terremotos en Granada
Aunque no es lo más probable, no se descarta que se pueda sufrir uno mayor.
Granada no deja de temblar. La ciudad andaluza lleva registrando terremotos desde el pasado fin de semana de entre 4 y 5 grados en la escala Ritcher. El último, este martes a las 22:36 con unas diez réplicas y epicentro en Santa Fe, Cúllar Vega y Granada, y que se llegó a sentir en las provincias de Málaga y Jaén.
A pesar de que no se han producido grandes daños y que los expertos apuntan a que es una situación “normal” en una zona de alta actividad sísmica, los vecinos de la zona viven con la angustia de no saber cuánto va a durar esta situación y con el miedo de que se puedan producir daños mayores.
Los especialistas no tienen una respuesta clara, pero sí constancia de que esta serie de terremotos que califican como “enjambres sísmicos” se inició a principios del mes de diciembre. Concretamente, el día 2 la Red Sísmica Nacional registró un terremoto de magnitud 3,6 en Atarfe y Santa Fe, y en enero se han reactivado hasta registrar, el pasado sábado, un sismo de magnitud 4,4 al noroeste de Santa Fe.
De cara a lo que pueda suceder estas son algunas de las dudas que se plantean tras el sismo.
“Los terremotos no se pueden predecir. Lo más probable, y así lo muestran los datos que vamos recogiendo, es que se produzcan terremotos pequeñitos durante los próximos días y luego la actividad sísmica vaya bajando, pero no podemos asegurarlo porque en cualquier momento podría haber otro más gordo”, advierten desde la Red Sísmica Nacional a 20minutos.
“Lo más probable es que haya réplicas y que estas tiendan a menos cantidad y menor magnitud”, apuntan. De hecho, los expertos señalan que se pueden producir hasta 1.000 réplicas de diferente intensidad.
Este es el regustro de algunos de los terremotos producidos en seis horas en Granada. La tierra ha estado temblando sin parar.
Los expertos también dejan claro que, a pesar de que se pueda pensar que una serie de terremotos más leves pueda evitar otro sismo de mayor intensidad, no es cierto. Al menos en este caso, cuando los terremotos no están superando los 5 grados en la escala Ritcher.
“Si los terremotos fueran más grandes, probablemente sí. Uno de 4,4 no significa gran cosa”, explica la responsable del área de Prevención del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la UGR, Mercedes Feriche.
Lo que sí aclaran los investigadores es que no se prevé que la falla situada en la zona de Granada registre sismos superiores a 6 grados y es poco probable que se produzca un terremoto como los que tienen lugar en México o en Chile.
“En una zona con esta actividad sísmica lo mejor es sufrir de cuando en cuando una serie de pequeños seísmos que tener un gran periodo en el que no se rompe nada y la energía se acumule en el interior de la Tierra, porque luego saltará de golpe”, ha señalado Jesús Galindo, catedrático en Geodinámica en la Universidad de Granada (UGR) a El País.
Al igual que no se puede descartar otro terremoto de mayor magnitud, tampoco que se produzca un tsunami. Tal y como señalan desde el Instituto Geográfico Nacional, esta zona de deformación provocada por las fallas se prolonga por el sureste de la Vega de Granada hacia Padul y Dúrcal, alcanza el Mar de Alborán y se extiende hasta Alhucemas (Marruecos). Por lo que no se podría descartar que un temblor pueda provocar un tsunami en la zona.
Según un estudio realizado por la Universidad de Málaga (UMA), un tsunami generado en mitad del mar de Alborán tardaría unos doce minutos en alcanzar la costa. El primer punto que alcanzaría sería el cabo de Tres Forcas (Marruecos), seguido de Melilla y Granada —para las que tardaría unos 20 minutos— y Almería y Málaga, a la que el agua llegaría tras 40 minutos.
Estas olas no serían tan altas ni tan devastadoras como las que ocurren en Asia, pero sí llegarían más rápido a la costa. Esto se debe, según los investigadores, a que se trata de un mar más pequeño a diferencia del océano Pacífico.
Tal y como ha explicado Ana Crespo-Blanc, catedrática de Geodinámica de la Universidad de Granada, a El Ideal, se han vivido precedentes de estos tsunamis en la costa de Huelva, que vivió las consecuencias del movimiento en la falla que colinda con el sur de Portugal en 1755. “Las fallas de la zona son importantes y, de hecho, se estima que el terremoto de 1755 llegó casi a una magnitud 9 en la escala Richter, al estilo de los que hemos visto en los últimos años en Japón”, ha detallado.
La actividad sísmica en Granada no es nada nuevo. Más de 2.000 temblores se registran anualmente en la provincia andaluza debido al acercamiento entre las placas tectónicas de Europa y África. Concretamente, cada año se acercan hasta 5 milímetros.
La reciente sismicidad que afecta a esta zona del Área Metropolitana de Granada se caracteriza por terremotos de magnitudes pequeñas a moderadas que ocurren durante periodos discontinuos y recurrentes, ha informado este martes la UGR en un comunicado.
Para evitar males mayores una de las claves en caso de movimiento sísmico es la prevención y tener unos códigos claros que permitan actuar manteniendo la calma mientras la tierra tiembla y quedarse en casa si nos ha pillado en el interior. Difícil pero no imposible.
A modo preventivo, el Instituto Andaluz de Geofísica recomienda:
1. Preparar un kit de emergencia con botiquín, linterna, radio a pilas, etc. Saber cómo desconectar la luz y el gas.
2. Planear un punto de encuentro con la familia.
3. Tener un listado telefónico de contacto.
4. No colocar objetos pesados sobre muebles altos.
5. Fijar correctamente objetos que puedan caerse como muebles, armarios o cuadros.
6. Revisar la estructura de la vivienda.
Una vez que el terremoto ha pasado, la principal recomendación del Instituto Andaluz de Geofísica es mantener la calma, especialmente si el terremoto no ha sido demasiado fuerte. En el caso de que lo sea, hay que minimizar los riesgos, especialmente no saliendo a la calle en mitad del temblor.
Estas son algunas instrucciones a tener en cuenta:
1. No salir y entrar de los edificios. Si se está dentro de un edificio, quedarse dentro. Si se está fuera, quedarse fuera en un sitio abierto.
2. Colocarse bajo estructuras fuertes dentro del edificio. Bajo una mesa, una cama o junto a ellas, junto a un mostrador o entre dos filas de asientos en teatros y cines. Proteger la cabeza con las manos y mantenerse alejado de ventanas, cristaleras, vitrinas o muebles que puedan caerse.
3. No utilizar el ascensor ni huir rápidamente.
4. Apagar todos los fuegos y no utilizar ningún tipo de llama.
5. Si se está en la calle alejarse de cornisas, cables eléctricos, cristales y pretiles.
6. Ir hacia lugares abiertos alejándose de los edificios.
7. Si se va en coche, pararlo donde pueda estar dentro de él y alejado de puentes y túneles.