Cuando las barbas de tu vecino veas pelar... Boris Johnson te dirá que no hay que preocuparse
Lo que a muchos les irrita y detestan, muchos otros lo vemos con ganas.
Este ha sido el sentimiento de muchos ciudadanos españoles en Reino Unido las últimas semanas. Día tras día veíamos que la imbecilidad de nuestro prime minister llegaba a romper límites estratosféricos, que hacían parecer nimia su posición de idiotez respecto al Brexit.
¿Brexit? Eso ya suena a los lejanos años 90, y parece que el covid-19 ha dejado al término usado para denominar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, como una palabra de un pasado lejano, cuando éramos muy jóvenes.
El líder radical Nigel Farage decía esta semana que este coronavirus hará más fácil el Brexit duro.
Imbecilidad sumada a maldad, y aplauden que la gente no se preocupara tanto del Brexit, al haber perdido a seres queridos, o haber perdido su trabajo, o quizás tras unos meses de aislamiento reevalúen sus prioridades… pero esto no evitará que un Brexit duro sea un segundo desastre para el país en menos de 12 meses, y esta vez autoinfligido.
Quizás sea el tercer desastre si añadimos la salida del país de Meghan y Harry, el Megxit.
El coronavirus no ha sido autoinfligido, no. La lenta actuación de los que mandan, sin embargo, hacen que el golpe y el impacto vaya a ser mucho mayor que en el resto de Europa, al no haber ganado tiempo y reducido el volumen de enfermos al que han abocado a un NHS que está falto de recursos incluso sin coronavirus.
Durante semanas nos hablaban de inmunidad de rebaño para explicar que si todos los ciudadanos nos infectamos, entonces como pueblo, saldríamos reforzados. Nuestra genética mejoraría, ya que recordad, que ganamos la I Guerra Mundial, la II Guerra Mundial, el Imperio y bla bla bla que nos dice The Sun y el The Mirror.
Hoy 20 de marzo ya cierran los colegios. Por fin. De una vez.
Muchos ya nos hemos auto confinado en casa antes de ser obligados, y hemos hecho que nuestros hijos se quedaran igualmente en casa antes del cierre oficial. Conejillos de Indias, pues oiga, que lo sean los hijos de Priti Patel, Nigel Farage, y los 16 no reconocidos de Boris el Rubio.
La decisión individual de mantenernos fuera de la cadena de transmisión del coronavirus, evitando salir no es popular, y las calles de Reino Unido siguen como si nada. ¿En los grupos de Facebook de españoles en Londres sigues teniendo al que pregunta “¿quién sale este sábado?”, como si no fuera con él la cosa, y dejando claro que Darwin nos marcó el camino de la selección natural y en ciertos casos lo mejor sería dejar que siguiera su curso, y Enrique Javier logre salir este sábado.
La responsabilidad en este momento es evitar los contactos, y ayudar en lo que podamos.
En Reino Unido muchas organizaciones de españoles ya estamos trabajando en una iniciativa llamada “ACCIÓN CORONAVIRUS” que tiene como objetivo asegurarnos que, si alguien lo está pasando mal pueda contactar con nosotros para solicitar ayuda y mitigar los problemas de estar confinado, aislado, sin familia cerca, y en un país que no es el tuyo, y con un idioma que a veces no se domina.
La iniciativa ha parecido de interés a muchos voluntarios que están colaborando para informar más y mejor, y rellenar el mapa de Reino Unido de puntitos de solidaridad en un momento difícil, en el que competimos principalmente, no con políticos malvados o virus extranjero muy malo (que también), sino con nuestros conciudadanos sin sentido común.
Los egoístas, cuñados que repiten “es solo una gripe”, los del palillo en la boca que bajan a comprar 35 veces al día, los que se van a hacer caminatas en la sierra y han de ser rescatados por equipos de montaña.
En Reino Unido, sin toques de queda, Boris has estado diciendo lo que se debería, podría, o quizás sería bueno hacer. Ni una decisión que haga quedar mal a su ultraliberalismo, porque este coronavirus puede ser una herramienta de la que beneficiarse en su agenda de ingeniería social.
Muchos españoles se están quedando sin trabajos, y sus salarios, en ocasiones mínimos y con contratos de 0 horas, los han dejado sin recursos ante un futuro incierto… ojalá en todos los países ahora fueran los ciudadanos los que se beneficien de medidas de emergencia con muchos ceros al final y no seguimos con la tradición de rescatar a los bancos
El Gobierno español durante la semana pasada ha explicado a los emigrantes que aún pueden volver y los aviones siguen despegando. No siendo lo ideal, quizás si sea una opción a tener en cuenta. De estar encerrado por largo tiempo, estar cerca de los tuyos, y con un sistema sanitario que es más fiable.
En Reino Unido vamos con retraso en las acciones tomadas y ahora habrá que ver si aquí se cumplen las medidas y no tenemos que ver en nuestros barrios a insolidarios paseando y poniendo en peligro a sus vecinos. La verdad es que la sociedad y muchos sectores han ido por delante del Gobierno, y así muchas industrias como los cines o teatros, decidieron esta semana, cerrar de manera unilateral.
Hoy Tim Martin, secuaz de Boris en el Brexit, dueño de la cadena de Pubs Wetherspoons, nos ha explicado, evidentemente sin ninguna con bata blanca ni licenciatura en Oxford en Biología, que en los pubs no se transmite el coronavirus… este es el nivel del debate.
Ellos contra nosotros. Los eslabones perdidos que no entienden, contra los ciudadanos responsables. Los negacionistas, contra los preocupados y comprometidos.
Esta guerra se podía haber ganado hace años si hubiéramos usado como armas más libros, empatía y conciencia cívica. Ahora solo nos queda esperar en nuestras casas a que pase tiempo y se obligue a los que propagan la enfermedad a quedarse en sus casas, o les compremos una isla muy grande en la que puedan quedarse a vivir todos juntos, y se vayan extinguiendo.