Mañueco cambia el rumbo obligado por las encuestas, olvida (casi) a Sánchez y obvia a Vox al hablar de pactos
El líder popular tira de autocomplacencia en el último debate de Castilla y León frente a un propositivo Tudanca y a un Igea más metido en el cuerpo a cuerpo.
Las cosas han cambiado, cantaba Bob Dylan en una de sus piezas más célebres, y lo sabían bien los tres candidatos. A poco más de tres días para las elecciones de Castilla y León, el último debate televisado ha dado la vuelta a lo vivido hace una semana. No solo en lo visual, esta vez sí con Francisco Igea en el plató tras superar el covid.
Con las encuestas a la baja y con el miedo disparado en el Partido Popular, a Fernández Mañueco le ha tocado cambiar su estrategia. Del ‘ayusismo’ más recalcitrante con una constante ofensa a Pedro Sánchez ha pasado a un tono más calmado y en un constante autoelogio por lo logrado. Mucho personalismo, —“quien se la juega soy yo, no Pablo Casado”— y retahíla de medallas: los mejores datos sanitarios, los mejores gestores de servicios sociales... Hasta su debate ha sido “el mejor de su vida”. Visto que el ‘plan a’ no funciona hay que variar el rumbo.
“Satisfacción”, ha sido una de las palabras más utilizadas (más que ‘Sánchez’, incluso) por el actual presidente de la Junta y a la que han respondido con datos y reproches tanto el candidato socialista, Luis Tudanca, como su exvicepresidente Igea. Cs y PP han ‘peleado’ por los logros en Sanidad o Servicios Sociales, en un calco, esto sí, de lo visto el lunes pasado.
Pactos: Mañueco huye de la palabra ‘Vox’
El debate organizado por CyLTV desvela pocas incógnitas; tampoco se esperaban grandes sorpresas a poco más 72 horas de las urnas. Como el factor Vox en una posible alianza para mantener al PP en el Gobierno. Mañueco ni siquiera se ha atrevido a ‘mentar a la bicha’ y se ha limitado a defender un pacto “con la ciudadanía”. Ni palabra sobre la ultraderecha. Por ese flanco, tanto Tudanca como Igea le han atacado por su “seguro” pacto con los de Abascal, su futuro “socio”, ha llegado a decir el de Ciudadanos, aunque no ha habido una interpelación directa en forma de pregunta: ¿Va a pactar con Vox?
De hecho, ha habido pocas interacciones directas en formato cara a cara. El tono ha sido diferente al del primer debate, con menos acusaciones personales (salvo algún pique Igea-Mañueco). Quién sí ha sobresalido más desde el primer momento ha sido Tudanca. El candidato socialista se ha mostrado más centrado y propositivo, el que más en el debate, así como activo en las pocas menciones directas que ha habido.
Igea, al que le ha costado entrar por ciertos problemas de voz, ha querido marcar su territorio en Sanidad tirando de su consejera Verónica Casado, y ha jugado con el tono irónico que domina, y el cuerpo a cuerpo con su antiguo jefe. De él ya quedó claro que no se fía y hoy ha recordado que no dará sus votos “ni a los extremos ni al señor Mañueco”, aunque se ha abierto a pactos para evitar la repetición electoral. Incluso, recurriendo a uno de ‘estado a lo Merkel’, abierto a que sea con las tres formaciones... pero sí, sin Mañueco.
El papel de las formaciones de la ‘España Vaciada’ que entrarán con toda seguridad en las Cortes ha quedado también reducido a la mínima expresión. Las cartas postelectorales siguen boca abajo.
Sale Sánchez a escena
Se ha hablado bastante más de Castilla y León y bastante menos de Ayuso y Sánchez, otra de las diferencias con respecto a nueve días atrás. Solamente ha aparecido de forma recurrente el presidente del Gobierno en el bloque de Economía, donde Mañueco ha tirado de populismo para criticar los precios de la gasolina o la luz. “Si no podemos hacer nada aquí para bajarlos, no lo tratemos en este debate”, le ha espetado con sinceridad Francisco Igea.
Tudanca ha sacado pecho ‘socialista’ al hablar de la recuperación económica nacional que también ha llegado, “aunque más lentamente”, a Castilla y León. Los representantes socialista y ‘naranja’ han mostrado cierta cercanía en los bloques sociales y económicos, una posición que ha llamado la atención de Mañueco.
La despoblación, prevista para el área de Infraestructuras, ha quedado casi olvidada en favor de una pelea del viejo bipartidismo PP-PSOE, en clave nacional y regional. Un ‘y tú más’ del que han salido muchas promesas, muchísimas, y pocas concreciones. Y si de olvidos va la cosa, la cultura ni ha aparecido.
“Lo que hay es lo que hay”, ha rematado Igea. Y lo que hay es una gran incógnita en Castilla y León, entre el miedo creciente en el PP, que ha visto cómo la tendencia sigue bajando a medida que se acercan las urnas. “El cambio nunca ha estado más cerca”, ha acabado Tudanca.
Ahora le toca hablar a la ciudadanía.