Conferencias, vaguedades y pocas propuestas en el foro de Kushner en Bahréin
El yerno de Trump plantea invertir en Palestina y su región 50.000 millones de dólares en 10 años, pero sin hablar siquiera de derechos políticos y estado propio.
El foro “Paz para la Prosperidad”, iniciativa de Jared Kushner, yerno y asesor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cerró hoy en Bahréin con una maratón de conferencias sin propuestas ni detalles precisos sobre el plan económico de la Casa Blanca para ayudar a Palestina.
Tras la publicación el pasado fin de semana del boceto de un plan, que prevé invertir 50.000 millones de dólares en Palestina en los próximos 10 años, Kushner pidió hoy apoyo y un cambio en la mentalidad para salir del bloqueo que vive Palestina, no sin dejar de acusar de la mala situación de los palestinos de Gaza a sus líderes.
Comparaciones con Polonia y Singapur, sugerencias para que Gaza mire a Bangladesh o China en el desarrollo de su sector textil y opiniones sobre el conflicto de un ponente que apenas pasó un día -según dijo él mismo- en Cisjordania fueron glosando los debates del taller que comenzó ayer y terminó hoy en Manama.
De las causas y momentos del conflicto, que ha causado más de 200 muertos en lo que va de año sólo en la Franja de Gaza, no dijo ni una sola palabra.
El yerno de Trump no anduvo con rodeos y responsabilizó a las autoridades de Gaza de los problemas de los palestinos, acusándolas de “vacío de liderazgo” y de tener un Gobierno “más preocupado de la destrucción de su vecino que del bienestar de sus ciudadanos”.
“El potencial (del proyecto) es muy muy robusto, así que creo que se trata de que los líderes hagan la elección correcta de cambiar su plan, porque el que han elegido durante los últimos 12 años no ha funcionado”, afirmó, resumiendo el espíritu de una iniciativa que busca supuestamente encontrar una solución para la situación de Palestina.
En su intervención, en la que jugó a ser entrevistador del exprimer ministro británico Tony Blair, Kushner celebró que ya ha habido medio millón de descargas del plan en el portal de la Casa Blanca -mucho más de lo esperado, dijo- y quiso poner a Polonia como ejemplo para Palestina.
No fue la única asociación extraña de un día en el que el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, el productor de cine Fernando Sulichin y la dueña de una compañía de taxis para mujeres en Egipto compartieron un escenario que tuvo como plato fuerte el vis a vis entre Blair y Kushner.
El olvido de la solución de dos estados
Blair fue más diplomático que Kushner y se mantuvo alineado con la solución de los dos Estados para palestinos e israelíes que respalda la amplia mayoría de la comunidad internacional y los países árabes.
“Este es un plan económico que si se implementa va a ser de gran interés para los palestinos; por supuesto, no es un sustitutivo de la política”, dijo Blair, al agregar que “no habrá una paz económica, habrá una paz con un componente económico”.
Sin duda, la intervención de responsables de Finanzas de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin fue lo más significativo en cuanto a presencia institucional en la reunión, que no tuvo ni representantes palestinos ni israelíes. “Realmente creo que (el plan) se puede hacer si la gente realmente cree que se puede hacer”, arguyó por su parte el ministro de Estado saudí, Mohamed al Sheij.
“La manera de hacer creer a la gente sobre el terreno es darles la esperanza de que (el plan) será duradero y que, finalmente, habrá prosperidad y un desarrollo sostenible”, añadió.
El secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, ofició de maestro de ceremonias para cerrar la parte sustantiva del foro mostrándose confiado en que se pueden conseguir los primeros 4.000 millones de dólares para el plan. “Sé que hay mucho dinero en esta sala”, declaró, junto a los funcionarios de Finanzas árabes.
Mnuchin destacó que para que el plan funcione son necesarias muchas cosas, como una fuerte política fiscal, un ambiente favorable a los negocios y la aplicación de la ley, pero “lo más importante es un consenso internacional”.
“No queremos que este se convierta en un plan de EEUU, sino en un plan internacional (...). El próximo paso es que se convierta en un plan económico apoyado colectivamente, y luego podremos lidiar con las otras cuestiones”, dijo.