Concierto a la luz de la antorcha en Ucrania o cómo invitar a ahorrar energía
Una sala de la ciudad de Lugansk demuestra cómo reducir el consumo energético mientras el país intenta evitar apagones.
La Sala del Órgano de Leópolis muestra cómo ahorrar consumo eléctrico a los habitantes de esa ciudad del oeste de Ucrania, con conciertos en la oscuridad tras los ataques rusos contra la infraestructura energética y mientras el país intenta evitar apagones.
La semana pasada, la Orquesta Filarmónica de Lugansk estaba a punto de comenzar su concierto en esa sala cuando las luces se apagaron de repente.
Cuatro subestaciones eléctricas habían sido atacadas poco antes con misiles rusos, en medio de una alarma antiaérea que se prolongó por seis horas.
Los servicios de emergencia y los equipos de averías se apresuraron a restablecer el suministro eléctrico, pero varias zonas de la ciudad quedaron temporalmente sumidas en la oscuridad.
Con un centenar de personas esperando a oscuras el concierto, los responsables tuvieron que tomar una decisión rápida. Decidieron seguir adelante. En cuestión de unos pocos minutos se colocaron antorchas en los atriles de los músicos, lo que permitió mantener el concierto.
Desde entonces se ha restablecido el suministro eléctrico recurriendo a lo que el gobernador de la región, Maksym Kozytski, denominó “vías de transmisión temporales”.
Aunque el consumo se redujo un 10 % en la provincia de Leópolis en esa semana, Kozytski instó a los ciudadanos a seguir ahorrando en el consumo, especialmente durante las horas punta de la mañana y la noche.
La sala de conciertos ha aprovechado la ocasión para reproducir la experiencia de escuchar uno de los mayores órganos de Ucrania, en la oscuridad de la iglesia de Santa María Magdalena, para transmitir a sus conciudadanos un ejemplo de cómo disminuir el consumo de electricidad.
La primera interpretación “sin luz” de un concierto de Johann Sebastian Bach, programado para el viernes pasado, atrajo a un público nuevo. La oscuridad casi total contribuyó a crear una atmósfera meditativa.
“Muchos me dicen que la música les ayuda a relajarse y a olvidarse de la guerra al menos por un rato”, comentó Serhii Pavliv, un joven intérprete de 21 años. El público se lo agradeció con aplausos al término de cada pieza. “La gente ha seguido asistiendo incluso en plena guerra”, explicó Pavliv. La sala de conciertos reanudó su actividad ya en marzo, tras una breve pausa al comienzo de la invasión rusa.
Con 34 conciertos programados para octubre, la institución cultural se mantiene desafiante, alberga a la orquesta evacuada de Lugansk y organiza conciertos de “musicoterapia” para los niños cuyos hogares quedaron destruidos durante el asedio ruso de la ciudad de Mariupol.
“La música clásica ayuda a la gente a recuperar la paz interior; los asistentes se emocionan mucho”, explicó Taras Demko, codirector de la Sala. También subrayó que el personal se estaba preparando para los apagones y esperaba que la situación persista en el invierno.
Los ataques rusos con drones y misiles contra la infraestructura energética continuaron hoy en Kiev. Las autoridades ucranianas han vuelto a instar a los ucranianos a ahorrar consumo en sus electrodomésticos y en las horas punta.
“Esto ayudará a restablecer y mantener la estabilidad del sistema energético, que los rusos intentan destruir con tanto ahínco”, escribió hoy en su página de Facebook el ministro ucraniano de Energía, Germán Galushchenko.
El descenso de un 10% en el consumo no es suficiente, advirtió el presidente, Volodímir Zelenski, en su habitual mensaje de la noche del domingo. Los ucranianos están tratando de seguir estos llamamientos, pero algunos negocios tardaron en apagar la publicidad exterior.
“Estoy decepcionada con los cafés y comercios que siguen iluminados por la noche”, comentó Olena Mykula, ciudadana de Leópolis, quien afirma que intentaba mantener al mínimo el consumo de sus electrodomésticos.
Los edificios emblemáticos de la ciudad, que solían estar iluminados antes de la invasión, están ahora sumidos en la oscuridad durante la noche. La iluminación de las calles se mantiene encendida por razones de seguridad, ya que sigue vigente el toque de queda para facilitar la detección de espías o infiltrados rusos.