¿Cómo vencer "la depre" post-vacacional?
El 30% de la población sufre "la depre" post-vacacional.
¿Sientes apatía?
¿Tienes la energía por los suelos?
¿Te cuesta concentrarte?
Es muy probable que si no te gusta lo que haces durante el año, seas más propenso a sufrir el síndrome de "la depre" post-vacacional.
¡Volver a la rutina es el viaje!
María se va de vacaciones el tiempo suficiente para aburrirse y estar en modo "encefalograma plano". Hace algunos años ha descubierto que las vacaciones que mejor le sientan son las del no hacer nada. Se suele ir a algún lugar distinto al habitual, no necesariamente lejano ni exótico.
Al regresar a casa, los tres primeros días se sorprende con la fluidez con la que resuelve los asuntos cotidianos. Sin embargo, el día cuatro vuelve al trabajo y rápidamente se encuentra con un antiguo compañero: El cansancio.
¿Qué le cansa a María?
Lo que más le cansa es estar enrolada en un proyecto en el que no cree. Le compró la idea a su jefe por dos razones:
- Cree que las ideas de otros son mejores que las suyas.
- Tiene miedo a defraudar a los demás.
Hay que añadir que la empresa en la que trabaja tiene un máster en rumorología, son expertos en contaminar el ambiente y las relaciones.
¿Cómo puede María vencer el cansancio?
Una vez que identifica que el cansancio le causa "la depre" puede resolver el problema con dos soluciones:
- Cortar con los rumores.
- Creer en sus ideas y aportarlas al proyecto.
¿De qué algoritmo resultan las estadísticas de "la depre" post-vacacional?
Es alentador pensar que si un 30% la sufre, el 70% se libra.
Tal vez te pasa como a mí y no te quedas muy convencido por estadísticas tomadas a la ligera. Por mucha información que tengan las operaciones sistemáticas de cálculo, no disponen de ojos en la cara para ver cómo anda el personal durante el año.
¿Será más probable que el 70% de la población sufra "la depre" anual?
No es mi intención fomentar la especulación ahora que María se ha librado de ella. Te propongo dejar las estadísticas de lado y tanto si estás de vacaciones como si no, tanto si estás de vuelta como de ida, considera:
7 maneras de vencer la "depre" en general
- Evita los rumores, cree en ti y en lo que haces. Sigue el ejemplo de María.
- Agradece lo que tienes.
- Valora tu vida y a las personas que hay en ella.
- Haz agradable el entorno que te rodea.
- Elige unos minutos al día para lo que más te gusta.
- Conviértete en viajero de la rutina.
- Identifica el hábito que mejor te vendría transformar.
Presta especial atención a la manera número 7. Para ello, anímate a recorrer:
5 pasos que aseguran buenos hábitos para vencer "la depre":
Anota las conductas que forman el hábito que quieres cambiar
El hábito a cambiar está formado por una secuencia de situaciones de las que hasta ahora no eres consciente. ¡Vigílate! Te conviene anotarlas. Explora, mide la frecuencia y duración con la que suceden. ¿Qué conductas están relacionadas con el hábito? ¿Cuál de las conductas se da antes?
Es más fácil transformar una conducta que un hábito y si llegas a las que ocurren al principio, mejor. Por ejemplo, si, como María, necesitas crear el hábito de atreverte a decir lo que piensas, empieza por anotar las veces que te dejas embaucar por la opinión ajena.
Haz un contrato de intención para comprometerte
Sin una declaración específica de intención, puedes engañarte fácilmente. Te ayuda el compromiso contigo mismo y con alguien más que esté dispuesto a acompañarte en el camino.
Nombra las conductas a cambiar de la forma más concreta posible. Por ejemplo, María cuenta con una lista de aportaciones para creer más en ella misma: cuáles, cuándo y qué logra el proyecto con ellas. Es muy estimulante programar una serie de éxitos.
Trata de que la conducta deseada sea fácil de cumplir
Cuantos más logros consigas en los cambios de conducta, más fácil te resultará instalar un buen hábito. Deja que suceda sin estresarte demasiado por llegar a la meta. Descubre como casi sin esfuerzo, aparece el día que menos te lo esperas.
Disfruta, como María, de los pequeños logros que vas consiguiendo cada día y deja que se haga el resto.
Considera las consecuencias inmediatas
Uno de los pasos que más importancia tiene es la consecuencia que sigue de inmediato a la conducta deseada. Aprecia qué cambios positivos suceden en ti y en tu entorno con cada cambio de conducta. Haz tus anotaciones para que no pasen de largo.
Desde que María no se acuerda del máster en rumorología, las personas del trabajo comienzan a reducir significativamente el número de chismes, por lo menos ella ya no los oye.
Establece el nuevo hábito
Suma las conductas deseadas que logras con las consecuencias inmediatas de las mismas y multiplica el resultado con una motivación extra. Es decir, cada vez que te veas en el nuevo hábito, celebra el lugar al que has llegado y pon en acción algo que te cause mucho placer.
La conducta inmediatamente anterior a la motivación es la que tiende a incrementarse. Poténciala y ten por seguro que el nuevo hábito quedará instalado.
¡Bien llegad@! ¡Has vencido "la depre"!
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