Cómo un médico español ha llegado a ser premiado por el Gobierno de Australia por su labor en la pandemia
Lucas de Toca, un sanitario madrileño, ha recibido la Medalla del Servicio Público.
Que el nivel de conocimientos y de preparación de los sanitarios españoles es altísimo es algo que tienen más que claro en el extranjero. De nuevo, ha vuelto a quedar demostrado. Lucas de Toca, un médico madrileño que vive en Australia desde hace 10 años, ha sido condecorado en el país oceánico con la Medalla del Servicio Público por su labor durante la pandemia.
Este sanitario, director general del departamento de Sanidad en Australia, ha vivido la lucha contra el covid-19 desde dos puestos distintos: uno siendo responsable de la salud pública de una comunidad aborigen y el otro ya como director general. Su éxito en ambos ha quedado demostrado.
De Toca, que por encima de él solo tiene a un jefe de sanidad y al ministro, ha sido pieza importante en el desarrollo y engranaje de la conocida como estrategia zero covid, que tanto foco ha tenido en Europa porque consiste en erradicar el covid.
Al principio lo hizo como responsable por parte del gobierno federal en una zona aborigen. “Fue el reto que más miedo me daba. En marzo del 2020, cuando las cosas estaban empezando, la mayor preocupación era si el virus podía devastar estas poblaciones muy propensas a enfermedades con una gran capacidad de transmisión. Sabía que con otras epidemias habían sufrido mucho más que las no aborígenes y sabía que el potencial podía ser desastroso”.
Por ello, él trabajó mano a mano con las autoridades locales para satisfacer con las peticiones que le hacían. De Toca destaca la importancia de trabajar conjuntamente con los líderes de la comunidad porque son los encargados de trasladar el mensaje.
“Como con cualquier población, el mensaje llega mucho mejor por gente de su propio grupo. Había que asegurarse que los líderes de su propia comunidad tuvieran la suficiente información y contaran con mensajes claros para que se los pudieron explicar”, anota este sanitario español, que ha visto como gracias a su condecoración se le ha añadido a su nombre las siglas PSM (Public Service Medal).
Además, señala que antes de que el gobierno australiano tomara medidas, los propios líderes aborígenes se habían preocupado por el daño que podría causar. Tenían claro que podía “ser un desastre” si la transmisión comenzaba a dispararse. Por ello, recurrieron rápidamente a De Toca para buscar una solución y cerraron la zona desde un inicio.
“Vinieron al gobierno a decir que había que hacer algo. Yo, como parte del ejecutivo, hice una mesa de trabajo con ellos para utilizar las herramientas de financiación del gobierno y poner en marcha lo que querían”, detalla el sanitario español, que antes de establecerse en Australia había estudiado un máster de Salud Pública en Boston (EEUU).
El resultado no pudo ser más satisfactorio: el virus no se extendió y la población aborigen se vio mucho menos afectada que sus homólogas en otras partes del mundo como Estados Unidos o Canadá.
De Toca no se arrepiente de la estrategia zero covid que siguió el gobierno, ya que consiguió salvar vidas. “No soy el autor de la política zero covid en Australia, pero sí parte del equipo que la puso en marcha y estoy orgulloso”.
Una nueva aventura desde enero del 2021
En diciembre del 2021 De Toca ascendió a director general y fue el encargado de gestionar la atención primaria. Tuvo que coordinar los centros de salud, distribuir todos los equipos de protección oficial de fuera de los hospitales, así como elaborar una estrategia para vacunar a la población.
De nuevo, su éxito fue rotundo y Australia consiguió en pocos meses tener porcentajes de vacunación altísimos. Actualmente un 96% están vacunados completamente.
“El programa de vacunación fue una mezcla con las comunidades organizando sus propios centros y el gobierno federal gestionando y distribuyendo las dosis en los 9.000 centros de Atención Primaria y farmacia. Un 70% se pusieron ahí, en lo que yo era el responsable”, cuenta.
De Toca añade que había que hacer, debido a que los centros de salud son privados pero financiados por un servicio de salud público, un sistema atractivo y viable para que participaran los 9.000 centros privados y que fuera gratis para que la gente se pudiera vacunar.
Incluso confiesa que mantuvo una reunión personal con el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, para valorar la estrategia de vacunación.
Durante el proceso de vacunación, explica, sufrieron en sus propias carnes el éxito de la estrategia zero covid. “Casi morimos de éxito”, llega a decir. Al no tener casos durante el primer año, de hecho Australia tuvo un exceso de mortalidad negativo, las campañas antivacunas amenazaron con propagarse por estas comunidades aborígenes. Desde el gobierno las tuvieron que capear para convencerles de que debían vacunarse.
De Toca, que reconoce que cometieron errores como el resto de gobiernos por la dificultad de tomar decisiones con la incertidumbre y el desconocimiento del momento, califica de “muy apropiada” la gestión. “Hay muchas cosas que aprender para futuras pandemias, pero por lo general está bien resuelto”, resume.
Optimista con el futuro
El médico español se atreve a vaticinar el futuro. Aunque cree que la estacionalización del covid-19 sigue estando alejada, confía en que sigan dándose olas que no tengan una gran repercusión en el sistema sanitario.
“Creo que queda bastante hasta que lleguemos a ese punto de ser estacional como la gripe. Cuanto más vemos, más claro parece que la protección frente a infectarse desaparece relativamente rápido. A los pocos meses de vacunarte o pasarlo vuelves a ser susceptible de infectarte”, explica.
Por ello, no descarta que sigan dándose olas cada medio año, aunque cada vez con menos consecuencias para la salud. “Cada ola tiene más casos pero muchas menos hospitalizaciones. Es probable que puedan ser más cortas y con un pico más bajo”.
Además, finaliza aclarando que “es improbable” que pueda surgir una vacuna que sea muy virulenta y escape de la protección de las vacunas hasta el punto de tener que volver a vacunar a todo el mundo.