Cómo la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de depresión
"Existe una fuerte conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos".
La dieta mediterránea puede ayudar a reducir el riesgo de depresión, según un reciente estudio. Pero, por desgracia, esta dieta no incluye muchas pizzas ni hamburguesas. Más bien al contrario, ya que la comida rápida aumentaría el riesgo.
"Hay evidencias que demuestran la relación entre la calidad de la dieta y la salud mental. Esta relación va más allá del efecto de la dieta sobre el tamaño del cuerpo u otros aspectos de la salud que a su vez pueden afectar al estado de ánimo", explica la autora principal del estudio, la doctora Camille Lassale, de la University College de Londres (UCL).
Una revisión de estudios con 32.908 adultos de Francia, Australia, España, Estados Unidos y Reino Unido descubrió que las personas que seguían una dieta mediterránea tradicional tenían un 33% menos de riesgo de desarrollar depresión que las que comían alimentos procesados.
"Hemos combinado los resultados de una gran cantidad de estudios y hay un patrón claro de que seguir una dieta antinflamatoria saludable y rica en vegetales puede ayudar a prevenir la depresión", asegura Lassale.
Por otro lado, las personas con dietas altas en grasas saturadas, azúcar y alimentos procesados mostraron un mayor riesgo de sufrir una salud mental deficiente que las que comían dietas ricas en vegetales.
¿En qué consiste la dieta mediterránea?
Es una dieta rica en fruta, verduras, frutos secos y pescado. Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), las personas que siguen una dieta mediterránea suelen incluir aceite de oliva en su dieta, una ingesta moderada de aves de corral y un consumo bajo de productos lácteos como el yogur y el queso.
Esto coincide con las recomendaciones de comer al menos cinco raciones de fruta y verdura al día y dos raciones de pescado por semana (una de las cuales debe ser de pescado graso). También se aconseja comer menos carne roja y procesada, así como elegir opciones de lácteos con menos grasa y menos azúcar.
¿Cuál es la moraleja?
Los autores aseguran que evitar la comida basura y priorizar los alimentos ricos en fibra vegetal, vitaminas, minerales y polifenoles, como frutas, verduras, legumbres, pescado, aceite de oliva y frutos secos, puede reducir el riesgo de sufrir trastornos depresivos.
"Una dieta inflamatoria puede causar hinchazón sistémica, lo que puede aumentar directamente el riesgo de depresión", explica la doctora.
"También hay nuevas pruebas que demuestran que la relación entre el intestino y el cerebro juega un papel clave en la salud mental y que esta relación está controlada por las bacterias gastrointestinales, que pueden cambiar según la dieta", señala.
La coautora Tasnime Akbaraly añade: "Al mostrar que el cumplimiento de las pautas alimentarias saludables se asocia a un menor riesgo de trastornos depresivos, contribuimos a aumentar el volumen de evidencias sobre la importancia de la dieta diaria en nuestra salud mental y cerebral".
Akbaraly indica que los hallazgos respaldan la necesidad de que los médicos brinden consejos alimentarios a la gente. "Es importante para el paciente, pero también en el ámbito de la salud pública, especialmente en el contexto actual en el que se acepta que la mala alimentación es la principal causa de muerte temprana en países con un nivel económico medio o alto y que los trastornos mentales son la principal causa de discapacidad", apunta.
Stephen Buckley, jefe de información de la organización para la salud mental Mind, comenta a la edición británica del HuffPost: "Está ampliamente aceptado que existe una fuerte conexión entre lo que comemos y cómo nos sentimos, y así sucede con los niveles de azúcar en sangre, que afectan a nuestro estado de ánimo y energía. Esta investigación vincula las dietas ricas en frutas, verduras, frutos secos y pescado con unos síntomas más leves de depresión, mientras que otros estudios han sugerido previamente que los niveles bajos de ciertas vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales pueden influir negativamente en nuestra salud mental".
Buckley también recomienda comer alimentos ricos en proteínas, mantener un horario regular de comidas y reducir el consumo de productos que alteran el estado de ánimo, como el azúcar, la cafeína y el alcohol. Añade también que realizar actividad física de forma regular es igual de importante.
"Si sufres depresión o ansiedad, puede ser difícil concentrarte en tu salud o puedes llegar a recurrir a estrategias inútiles, como las drogas o el alcohol. Si es el caso, deberías buscar otras formas de tratamiento, como la medicina o la terapia. Si te preocupa tu salud mental, habla con tu médico o con un amigo de confianza", concluye.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Reino Unido.