Cómo la derecha descarga su responsabilidad de oposición en los jueces

Cómo la derecha descarga su responsabilidad de oposición en los jueces

Los magistrados consultados coinciden en una cosa, y es que los jueces intervienen en política porque la clase política hace una dejación de funciones escandalosa.

NurPhoto via Getty Images

¿Quién ejerce la oposición? ¿Los partidos de derechas o los jueces? La pregunta surge sola cuando compruebas cómo los políticos le pasan la pelota a los tribunales como estrategia recurrente. Ciudadanos y Vox han presentado recurso en el Supremo contra los indultos del procés, Casado ha anunciado que lo hará a título personal. Y el Constitucional está a punto de fallar sobre el recurso que presentó Vox contra el Estado de Alarma. Solo dos ejemplos, entre decenas de casos de cómo la derecha trata de trasladar el trabajo de oposición a los tribunales. Una estrategia antigua.

En el ambiente de extrema crispación política de cada día, asuntos que deberían solucionarse por la vía de la negociación y el diálogo acaban en manos de jueces cuyas resoluciones corren el riesgo de interpretarse como un apoyo al partido que presenta la causa o el recurso. El peligro de acabar identificando a jueces con partidos es perjudicial para la democracia y absolutamente dañino para la imagen de una justicia imparcial, que debería prevalecer ante el resucitado frentismo.

Se está convirtiendo a los jueces en lo que la mayoría no quiere ser

“Está todo tan deteriorado desde el punto de vista institucional que se está convirtiendo a los jueces en lo que la mayoría no quiere ser. Los políticos tienen mucha culpa, porque están utilizando a la Justicia para sus propios intereses. Y si sale lo que quieres les aplaudes y si no, les echas la culpa a los jueces. Hay un malestar interno terrible”, explica una jueza a caballo entre ambos mundos.

“La dejación de los políticos en manos de los jueces tiene consecuencias nefastas. Eso es exactamente lo que pasó con Cataluña. Rajoy dejó que el asunto se pudriera, pensando que los otros (los independentistas) se iban a quedar quietos y no la iban a liar. Y la liaron. Cuando dejas de hacer política, y se la entregas a los jueces, es normal que estos tomen el asunto. Cada vez que el PSOE habla de reformar el CGPJ, casi es una broma, porque cuesta muchísimo encontrar jueces que no sean conservadores. Es el resultado de una estrategia que no es nada improvisada”, tal y como explica un ex ministro de Justicia.

Es cierto que, como funcionarios que somos, tenemos un espíritu conservador

La Justicia es una cosa muy aburrida, que exige mucha dedicación y por esencia, el poder judicial, las leyes, son conservadoras. Es lento y cambiarlo y organizarlo bien requiere largo plazo -algo que los políticos nunca tienen como tampoco largas miras-. “En España hay alrededor de 5.000 jueces, de los que 2.500 no están en ninguna asociación. Yo tengo compañeros que unas veces votan a unos y otras, a otros. Aunque es cierto que, como funcionarios que somos, tenemos un espíritu conservador”, dice un juez que se considera progresista e insiste en que hay muchos tópicos que no se corresponden con la realidad, pues la mayoría detesta que le caigan encima temas que los políticos podrían resolver sin trasladarse a la judicatura.

“Puede que la judicialización de la política comenzara con Felipe y los GAL; pero el primer síntoma fue cuando decidieron cargarse a González. Vamos, que los magistrados son carcas, pero los políticos ayudan intensamente. Al PSOE nunca le ha interesado mucho la Justicia, por eso, porque es una reforma pesada y a muy largo plazo. Si quieres que algo cambie, tienes que cambiar el sistema de elección de los jueces y solo ha habido algún ministro de Justicia que lo ha intentado y fracasó. Es que en el corto plazo, reformar la Justicia no es rentable políticamente”.

De poco sirve, como se ha puesto en evidencia, intentar “colonizar” la Justicia desde la izquierda, nombrando a los tuyos. El problema parte de mucho más abajo. Si quieren de verdad un Poder Judicial independiente y acabar con el Gobierno de los jueces, formar jueces independientes de todas las clases y estratos sociales, se necesitan miras altas, extrema paciencia y estudiar bien, desde la base, cuáles son los resortes y las tácticas para que los jueces elegidos sean plurales.

La Justicia es por esencia conservadora, eso es una obviedad, pero es que según algunos de los jueces consultados, el sistema de selección de los jueces aumenta ese conservadurismo. Se necesita una media de cinco años para prepararte para ser juez. Tienes que tener dinero para pagar a los jueces y fiscales que te preparan a ti —en muchas ocasiones en dinero negro—. “¿Qué familias pueden permitirse tener una hija o un hijo en casa cinco años —si es buenísimo estudiando—, sin ningún otro ingreso y gastando dinero en su preparación”, se pregunta un juez progresista. Otros, sin embargo, señalan que “nunca verás a hijos de ricos opositando para jueces, estos entran directamente en los grandes despachos, porque no tienen necesidad de dejarse los cuernos para obtener un buen futuro laboral. Son más bien de clase media”.

En el cuerpo de la Justicia, el catolicismo conservador es una presencia constante desde los inicios de la Transición

Pero lo que es cierto es que es harto complicado encontrar jueces que procedan de familias con rentas bajas, al menos son de clase media o media alta. Los hay, pero en minoría. Hubo becas que implantó el PSOE y se cargó el Gobierno del PP, pero en sitios como Cataluña dieron resultado. Además, en el cuerpo de la Justicia, el catolicismo conservador es una presencia constante desde los inicios de la Transición. “Cuando vieron que fracasaban los militares, organizaciones como el Opus Dei y más tarde los Legionarios de Cristo, entraron a colonizar la Justicia, conscientes de donde se iban a jugar ahora las batallas políticas y del poder”, afirma un destacado juez progresista, que ha desempeñado funciones clave en los distintos estamentos de la judicatura en los últimos cuarenta años.

Y pese a todo, los magistrados consultados coinciden en una cosa, y es que los jueces intervienen en política porque la clase política —y en eso la derecha va muy por delante— hace una dejación de funciones escandalosa, politizando todo porque el partido o el político que lidera ese partido no tiene argumentos ni valor para debatir los asuntos en el terreno de la política pura y dura; del debate, del diálogo.

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Ana Ramírez Cañil es periodista. Nació en Madrid, pero es de Rascafría. Ha trabajado en Cinco Días, en la revista Mercado, en la primera La Gaceta de los Negocios. Entre 1984 y 1985 vivió en Nueva York. Redactora jefe del semanario El Siglo, directora de «Informe Semanal», delegada de El Periódico de Catalunya en Madrid, subdirectora de soitu.es. En 2010 crea con Pilar Portero la web de política y economía tu2is.es. Es Premio Espasa de Ensayo por La mujer del Maquis y autora de Si a los tres años no he vuelto (Ed. Espasa). Sigue a Ana Cañil en Twitter en http://twitter.com/anarcanil Pilar Portero es periodista, ha trabajado, por orden cronológico, en Radio3, en la revista de información general El Siglo, en el Negocios de El País, en el Magazine de El Mundo, en la Sección de Madrid de El Mundo, en elmundo.es, desde el año 2000. Es una de las fundadoras de soitu.es, en donde trabajó desde 2007 hasta el cierre. En 2010 crea con Ana R.Cañil la web especializada en política y economía tu2is.es. Sigue a Pilar Portero en Twitter en http://twitter.com/pilarportero