Eugenio Pino y Rosalía Iglesias callan en la comisión de investigación de la Kitchen
El policía, que dice que haría "todo por España", asegura que no existió la trama y la mujer de Bárcenas recalca que es una víctima.
Cuando la política se mete en temas judicializados suele obtener silencio. Ni Eugenio Pino, el comisario jubilado y supuesto autor de la operación Kitchen ni Rosalía Iglesias, esposa del extesorero popular Luis Bárcenas, han contestado este jueves a las preguntas de los partidos en la comisión de investigación que trata de aclarar la supuesta utilización ilegal de los medios de Interior para favorecer intereses políticos del PP durante el Gobierno de Mariano Rajoy.
Ninguno ha querido perjudicar la causa que investiga el juez Manuel García-Castellón en la Audiencia Nacional con sus palabras en la Cámara Baja. Pino, quien fue el jefe de la Policía en la época de la operación Kitchen ha sido expeditivo al frenar las expectativas de los políticos: “Con el debido respeto, no voy a contestar a ninguna pregunta, ni a un saludo”.
Por mucho que los políticos de la comisión le interpelaran, Pino, con mascarilla con bandera de España y casi siempre cruzado de brazos, ha guardado silencio y soltado muletillas sin parar: “Sin comentarios”. “No voy a contestar”.
Pino fue director adjunto operativo de la Policía Nacional y es uno de los mandos investigados en una de las piezas separadas del caso Villarejo. El comisario ha pedido la palabra antes de que le hicieran ninguna pregunta para advertir de que la “actitud investigadora” de la comisión “no es jurisdiccional” y sí “de naturaleza política”. Por eso, el policía se ha mostrado altivo con algunos de los políticos que le han cuestionado, como el diputado socialista Felipe Sicilia o el portavoz de ERC, Gabriel Rufián.
Es más, el republicano ha buscado las cosquillas de Pino y éste ha terminado yéndose de la lengua pese a su negativa a no responder a “ni a un saludo”. Gracias a su diálogo, que Pino ha interrumpido en varias ocasiones para insistir en que se acogía a su derecho a no declarar, el comisario ha terminado reconociendo que “todo” por su país.
- ”¿Se considera usted un patriota?”.
- “Sin duda, sí”.
- ”¿Y haría todo por España?”
- “Todo por España”.
- ”¿Qué es hacer todo por España?”.
- “Hacer todo por España es hacer todo por España”.
Debe ser que Rufián ha animado a Pino y éste ha terminado intercambiando también unas breves palabras con Edmundo Bal (Ciudadanos) —quien se ha quedado perplejo porque el agente conocía unas palabras que le dijo a un colaborador en un juicio— y con Jon Iñarritu (EH Bildu).
“Ya he terminado mi declaración, creo que me he pasado un pelín”, ha reconocido Pino tras más de hora y media de comparecencia. “El día que me citen a la comisión de secretos, ya le contaré”, ha respondido a Iñarritu antes de matizar que la Kitchen es un invento: “No hay organización, no existió y por parte del Gobierno de entonces no nos ordenaron nada ni en la operación Cataluña ni en Kitchen”.
Para Pino, la comisión de investigación del Congreso es un altavoz que solo emite “juicios de oportunidad política”. Y su silencio ha resultado “muy lamentable” para el PSOE. Su portavoz, Felipe Sicilia, ha relacionado su negativa a colaborar con su deseo de “tapar” el presunto delito que habría cometido al participar, supuestamente, en el operativo al margen de la tutela judicial para sustraer información sensible al extesorero del PP Luis Bárcenas.
Rosalía Iglesias, una “víctima”
Rosalía Iglesias, que cumple prisión también se ha negado a declarar para no perjudicar la causa en la que está involucrada y ha recalcado que es una víctima: “No voy a declarar. Quiero que se sepa la verdad de este caso, pero está judicializado. Evidentemente soy una víctima. Mi familia ha sido muy perjudicada. Y ha sido duro”, ha zanjado.
Rosalía Iglesias está en la cárcel de mujeres de Alcalá-Meco desde el pasado mes de noviembre, cuando fue condenada a 12 años y 11 meses por la primera época de la trama Gürtel. Su testimonio ha sido clave para apuntalar la participación de algunos policías en un operativo de vigilancia en las inmediaciones del piso de los Bárcenas como en la calle General Díaz Porlier de Madrid, donde ella tenía un estudio de arte.
Tanto Iglesias como su hijo fueron retenidos en su domicilio por un falso cura cuando ya había estallado el conflicto entre Luis Bárcenas y el PP. La mujer del extesorero relató que los funcionarios policiales que le asistieron le entregaron un terminal móvil que, en el transcurso de la investigación, fue requerido como prueba por si la función real fue utilizarlo para “controlar su ubicación o incluso sus comunicaciones de forma ilícita”.
Esta jornada ha supuesto la antesala de una serie de sesiones clave para la comisión, que recibirá cada jueves a comparecientes como el chófer de la familia y supuesto confidente policial (20 de mayo); el excomisario José Villarejo (27 de mayo); el ex secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez (1 de junio) y la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro (2 de junio).
Los últimos serán el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, imputado, como su segundo, en la Audiencia; y el expresidente Mariano Rajoy, que comparecen el 10 de junio.