Las cuatro claves que explican la nueva ley del deporte
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Las cuatro claves que explican la nueva ley del deporte

El Gobierno ha aprobado el anteproyecto, con importantes novedades en materia de igualdad y de funcionamiento de clubes y federaciones.

Pedro Sánchez homenajea a los olímpicos y paralímpicos españolesAnadolu Agency via Getty Images

Pista libre para la nueva Ley del Deporte. El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes el anteproyecto del nuevo marco jurídico que protegerá, si no se frena su tramitación parlamentaria, la figura del deportista y plantea medidas en igualdad tanto en relación a la igualdad entre sexos como entre el deporte adaptado y el convencional.

Se trata de un texto planteado por el Ministerio de Cultura y Deporte e impulsado por el Consejo Superior de Deportes, que busca actualizar la actual legislación de 1990.

Pedro Sánchez adelantó la intención de su Ejecutivo de darle un cariz legal a la protección a la figura del deportista. Lo hizo en un homenaje a los olímpicos y paralímpicos españoles de Tokio 2020 en septiembre. “Dar al deporte una dimensión humana es responsabilidad de todos y el Gobierno estará siempre comprometido con esto”, explicó entonces.

Meses después, ese objetivo toma forma. La nueva ley —siempre que reciba el visto bueno del Congreso— es una actualización “necesaria” en palabras del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, que tratará de adaptar el marco jurídico de y hacer que “siga creciendo la práctica deportiva, como gran objetivo”, ha añadido. Además, busca un blindaje legal, social y en igualdad de oportunidades a los atletas.

El deporte es un derecho y los deportistas deben ser protegidos

La consideración del deporte como actividad esencial y como derecho es una de las grandes variaciones del anteproyecto. En él se marca que los poderes públicos deben tutelar este derecho, asegurando unas condiciones mínimas de seguridad en las instalaciones deportivas.

Que el deporte sea un derecho también implica una protección a la figura del deportista. Así, se define qué es un deportista profesional –dado de alta en el

correspondiente régimen y que percibe ingresos por su práctica deportiva

habitual- y no profesional –el que realiza su actividad dentro de una entidad,

pero sin categoría profesional-, y la de deportista de alto nivel y de alto

rendimiento (el primero calificado por el CSD y el segundo, por las Comunidades

Autónomas).

Como derechos, destacan los aspectos relativos a la representación y

participación, la cobertura de salud, un sistema de permisos y licencias en el

ámbito escolar y laboral y el acceso a estudios y convenios con empresas y

centros educativos para garantizar una carrera deportiva estable. También hay deberes, orientados al juego limpio, la lucha contra el fraude y la necesidad de proyectar una imagen positiva.

Fin a la obligación de los equipos de ser SAD

En cuestiones colectivas, se elimina la obligación de ser una sociedad anónima deportiva (SAD) para participar en competiciones profesionales, optando por un modelo libre.

En relación a esto, también desaparece el aval bancario exigido hasta ahora del 15% para quienes no fuesen una SAD; ahora serán los clubes quienes definan esa cuota.

Igualdad de oportunidades y protección a las deportistas embarazadas

Otro de los ejes del texto es su carácter igualitario, por lo que se incluyen medidas para que las entidades públicas y privadas equilibren la presencia de mujeres en los órganos directivos. Federaciones y ligas profesionales tendrán que realizar un informe anual sobre igualdad en su ámbito y deberán contar con un protocolo de actuación y prevención contra el abuso, acoso y discriminación sexual o por razón de sexo.

En relación a las deportistas, la Ley entra de lleno al blindaje de sus derechos al quedar embarazadas, como la cuestión de la conciliación y la reincorporación tras la maternidad o la pérdida del voto en asambleas durante su ausencia. Igualmente, se articulan protocolos para proteger al colectivo LGTBI en las dinámicas deportivas y fomentar su presencia.

El texto también promueve la igualdad en la visibilidad de los eventos deportivos

masculinos y femeninos en los medios, velando además para que la

representación mediática de las mujeres esté libre de cosificación sexual y de

estereotipos sexistas.

El deporte adaptado, bajo la misma federación que el convencional

El documento propuesto por Miquel Iceta al Consejo de Ministros busca avanzar en la integración y desarrollo del deporte inclusivo. La principal medida en este campo es que la ley busca la integración de los deportistas en una misma federación, haciendo obligatorio que las diferentes modalidades deportivas

pasen a englobarse bajo una única federación cuando así lo haya hecho la

respectiva federación internacional.

Para estos casos, establece una representación ponderada en los órganos de gobierno de las federaciones integradas. De esta forma, la nueva Ley trata de hacer crecer el deporte inclusivo, garantizar la participación de deportistas con discapacidad en competiciones internacionales, consagrar la igualdad de este colectivo e ir de la mano del movimiento deportivo internacional.