Los candidatos 'sudan la camiseta' para atraer el voto indeciso en el esprint final de la campaña andaluza
Última oportunidad para pedir el voto y convencer al electorado de que acuda a las urnas en lugar de pasar un fin de semana en la playa. Pedro Sánchez, Inés Arrimadas o Santiago Abascal han respaldado a sus candidatos en el cierre en Sevilla.
Esprint final a una campaña muy acalorada. Y no solo por la ola de calor que atraviesa el país. Los candidatos han sudado la camisa en mítines y debates con el fin de convencer a un electorado que opte por ir a las urnas el domingo en lugar de viajar a la playa.
Después de dos semanas, la sensación es que no ha habido grandes cambios con los vaticinios de las encuestas y la palabra “pacto” ha sido una de las más escuchadas: una clara victoria del PP, que se podría quedar cerca de la mayoría absoluta, pero que necesitaría de Vox en la investidura o que podría optar por reeditar su pacto con Ciudadanos.
Por ello, la movilización va a ser clave en los resultados del domingo y por eso los candidatos han aprovechado hasta el ultimo momento para pedir que nadie se quede en casa. para hablar de pactos, uno de los protagonistas de la campaña.
Sevilla ha sido el epicentro para la mayoría de candidatos que han querido celebrar al menos un acto de cierre en la capital andaluza.
Moreno, sin confiarse
Juanma Moreno, que busca la reelección, al principio de la campaña tenía como objetivo acercarse a los 50 escaños, pero en los últimos días ha subido un peldaño sus aspiraciones aunque aún le falta para alcanzar la mayoría que le permita gobernar en solitario.
Aunque Feijóo le dio la llave, el dirigente popular no ha querido vincularse con Vox y huye de hacer sumas parlamentarias con el argumento de que él sale a ganar por la mayor distancia posible.
En sus manos está si el Partido Popular repite la formula de Castilla y León que ya ha empezado a dar dolores de cabeza en Génova 13.
“Hoy hay más progreso, más empleo y lo estamos haciendo cumpliendo la palabra dada de los últimos tres años”, ha alentado desde Sevilla Moreno sacando pecho de su gestión.
Desde la orilla del Guadalquivir, el candidato se ha mostrado contento con la campaña que ha realizado y ha pedido que el domingo los andaluces vayan “a desayunar unos churritos, voten y luego vayan a la playa”. La única opción viable de gobierno y voto seguro es el PP”.
Antes de que cayera el sol, Moreno se ha despedido casi “corriendo” para llegar a tiempo al acto de cierre en Málaga porque a partir de medianoche inicia la jornada de reflexión.
En varias ocasiones lo ha repetido, su peor enemigo es el exceso de confianza de sus votantes que provoquen una abstención clave en el proceso electoral.
Espadas llama al voto progresista
El PSOE busca seguir siendo la fuerza más votada en la comunidad y para ello será clave la movilización y el voto útil. Sin embargo, Juan Espadas afronta por primera vez en la historia de su partido unas elecciones desde la oposición y que tiene la frontera del fracaso en los 33 escaños que obtuvo Susana Díaz.
El exalcalde de Sevilla ha contado con todo el apoyo del partido con la participación de varios ministros y de Pedro Sánchez implicado en varios actos incluso en el cierre de campaña que, desde Sevilla, quiere apelar a la historia y repetir las victorias socialistas.
En su intervención, Sánchez ha argumentado que “sólo hay una papeleta que puede frenar a las derechas, que es la del PSOE con Espadas a la cabeza”, y ha llamado a “que nadie se quede en casa” el domingo y acuda “a votar”.
En algún momento, se ha planteado una posible abstención para marcar un cordón sanitario a Vox y permitir que el PP gobierne en solitarios. Sin embargo, el PSOE ya ha dejado claro que el partido no facilitará la investidura de Juanma Moreno de ninguna manera.
Marín, aferrado al pasado
Era su baza: dar a conocer el trabajo que ha hecho durante su vicepresidencia. Y así lo ha hecho. El candidato de Ciudadanos, Juan Marín, actual vicepresidente de la Junta, se ha aferrado durante la campaña a reivindicar la gestión que ha hecho su partido en el gobierno de coalición con el PP, aunque esta gestión parece que la está monopolizando el PP.
El drama para Ciudadanos sería quedar fuera del Parlamento andaluz, como vaticinan algunas encuestas, después de los 21 escaños que obtuvo en 2018, solo a cinco de los populares. El sueño de Marín sería poder reeditar el gobierno con el PP para evitar lo que el llama “líos” después de las elecciones.
Sin embargo, las encuestas no son muy alentadoras y han hecho incluso que Marín llegara a decir que si solo consigue un escaño, como le ocurrió al partido en Castilla y León, se va deja la política. “Hay que tener dignidad”, ha insistido.
En el acto de cierre, la líder de la formación naranja, Inés Arrimadas ha arropado al candidato también en Sevilla destacando su principal baza para retener el voto de 2018 y lograr dar la vuelta a las encuestas porque “los gobiernos en solitario no son sanos”.
Por Andalucía, piloto del Sumar de Yolanda Díaz
A la izquierda del PSOE, la coalición Por Andalucía de Inma Nieto y Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez, se han esforzado por dejar atrás en la campaña la traumática escisión que sufrió el grupo parlamentario en esta pasada legislatura y de ofrecer sus propuestas a una misma franja del electorado.
Nieto ha llegado a las últimas horas de campaña acompañada por Irene Montero y Alberto Garzón. Desde Málaga, la candidata ha asegurado estar satisfecha por haber hablado de los “verdaderos problemas de los andaluces” y porque ha notado un aumento de la movilización que espera que se traduzca en votos progresistas el domingo.
Las encuestas no les son muy favorables, y entre los dos no llegarían a los 17 diputados que consiguieron en 2018 cuando iban juntos.
El resultado de Por Andalucía, donde está Podemos y Más País, aunque no sea extrapolable a nivel nacional servirá como un banco de pruebas para el proyecto Sumar que lanzará Susana Díaz.
Por su parte, Nieto ya ha avisado que no se van a abstener para dejar vía libre a Moreno.
Olona tiende la mano, pero con exigencias
Macarena Olona ha protagonizado una campaña atípica, apostando por el folclore y centrada casi exclusivamente en los mítines junto al presidente nacional del partido, Santiago Abascal, y en las redes sociales, sin comparecer ante los periodistas y solo con entrevistas en algunos medios.
Lo que se vino a llamar “efecto Olona” o “Macarenazo” se refleja en las encuestas en un cierto estancamiento, aunque con toda probabilidad superará los 12 diputados de la anterior legislatura y se convertirá en la tercera fuerza política.
Junto a Abascal, también desde Sevilla, Olona le ha recordado a Moreno que Vox no acepta el chantaje de una repetición electoral y ha insistido en que solo ellos garantizan el cambio real.
En la última semana de la campaña, desde el debate televisivo del lunes, Vox ha dado un paso más y diariamente habla de la “mano tendida” al PP para pactar después de las elecciones. Eso sí, advierte de que no dará ni un voto a favor ni una abstención en la investidura de Juanma Moreno si no entra en el gobierno.
Rodríguez, el rugir andaluz
La candidata de Adelante, Teresa Rodríguez, ha cerrado en el parque de Los Perdigones de Sevilla capital, donde ha llamado a votar a la coalición andalucista de izquierdas, para combatir a las “derechas bravas y a las mansas”, señalando especialmente a la candidata de Vox, Macarena Olona, a la que ha acusado de tener “unas ideas de mierda” porque los dirigentes de dicha formación “no son malos políticos, sino malas personas”.
Desde la marca refundada por Anticapitalistas, Primavera Andaluza, Izquierda Andalucista y Defender Andalucía, Rodríguez ha alertado de que hay quienes "ven con miedo" esta cita electoral a cuenta del papel de Vox, pero según ha razonado, "el primer paso para vencer a la extrema derecha es no tenerle miedo".
Exponiendo que en Adelante ya conocen "bien" a Vox y su proyecto político, ha llamado a "no tenerle miedo", lo que le ha llevado a avisar de que los dirigentes políticos de Vox son "racistas, xenófobos, fariseos e hipócritas", precisando que no es que se trate de "malos políticos", sino de "malas personas".