Científicos del CSIC diseñan nanocápsulas para atacar tumores
Las moléculas dentro de las cápsulas alteran o interrump la propagación de las células tumorales.
Un equipo multidisciplinar con investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha diseñado unas nuevas nanocápsulas (nanovesículas) que permiten encapsular una molécula (micro ARN) y transportarla hasta el punto adecuado para atacar el tumor.
Estas pequeñas moléculas de ARN permiten interferir en otras cadenas de ARN (específicamente, el ARN mensajero), lo que trastoca la maquinaria básica de las células y resulta útil, por ejemplo, para alterar o interrumpir la propagación de células tumorales.
Una estrategia para mejorar la administración de estas micro ARN en el cuerpo es encapsularlo en transportadores diminutos que permitan superar todas las barreras, sin efectos secundarios y que ofrezcan funciones complementarias.
Este ha sido el objetivo de este nuevo estudio, cuyos resultados se han dado a conocer este viernes, con motivo del Día Mundial del Cáncer, y están también publicados en la revista Small y en un número especial de Advanced Materials.
La investigadora del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona (ICMAB), Nora Ventosa, ha destacado que estas “nanovesículas, o quatsomas, consisten en una nanoestructura compuesta por dos capas lipídicas cerradas”, que ofrece estabilidad en el torrente sanguíneo para que puedan entrar en las células.
Así, las nanovesículas pueden acoplarse con el micro ARN (que actúa como fármaco) e inyectarse por vía intravenosa en el cuerpo para administrarlos en órganos con tumores, como el hígado o el pulmón, con mayor éxito y estabilidad que si el micro ARN se inyectara solo, sin las nanocápsulas.
“Una vez entregado, el micro ARN interfiere en la proliferación celular y los genes relacionados con la supervivencia en los tumores, lo que reduce la tasa de crecimiento del tumor”, ha añadido la investigadora.
Estas nanovesículas tienen unas propiedades óptimas para encapsular micro ARN: tienen un tamaño inferior a 150 nanómetros y son estables en una solución líquida durante más de 6 meses.
Además, se pueden diseñar para transportar una gran variedad de ácidos nucleicos y son estables a temperatura ambiente, lo que evita problemas asociados a los requisitos de la cadena del frío, ha destacado Ventosa.
El estudio demuestra la funcionalidad de los quatsomas en el tratamiento del neuroblastoma, uno de los tumores sólidos extracraneales más comunes entre los cánceres pediátricos.
Los resultados muestran además que los quatsomas protegen los micro ARN de la degradación y favorecen su acumulación en tejidos como el hígado o el pulmón, entre otros.
En el estudio han trabajado investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona, ICMAB-CSIC, Vall d’Hebron Institut de Rercerca (VHIR), el Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC), Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), la red CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), la empresa Nanomol Technologies SL, el Technion-Institut de Tecnología de Israel y el Instituto de Sistemas Moleculares Complejos (ICMS).