Alberto Chicote ha hecho un arriesgado experimento en su programa de La Sexta Te lo vas a comer: irse a Londres a probar la comida española que venden allí. El resultado es el esperado: casi le da algo.
Una de las escenas más llamativas tuvo lugar cuando el cocinero se acercó a un puesto de Camden Market con el chef español Guillermo Moya a probar unas paellas.
La cosa no comienza bien porque enseguida ve que hay botes de ketchup, mayonesa y chili para poder echar en el arroz. ”¿Esto para la paella? Al menos es opcional...”, dice.
Nada más abrir la paella, Chicote observa: “Ya están los granos como saludando, así, abiertos. Completamente pasado y hecho una plasta. ¡Joder! ¡La madre que me parió!”.
A su lado, Moya explica que uno de los problemas del plato “es que está usando mucha verdura con mucha agua, por lo que al rato de hacerse la paella el arroz sigue chupando agua”. “Es como agua cocida con color”, añade Chicote.
“No entiendo que nadie pueda conocer la paella así y le queden ganas de comerse otra en algún momento de su vida”, añade el popular cocinero, que luego se come otra y exclama: “Joder, virgen santa. Es la imagen de lo que no tiene que ser”.
Después se va al puesto donde la ha comprado y no tiene piedad. Tras conocer que el dueño no es español aunque ha pasado algunas épocas en España, suelta: “Ah, ha ido a España, es cocinero y hace estas paellas del demonio”.
“Creo que no he comido un arroz peor que este en mi vida. ¿Vosotros tenéis éxito con esto?”, pregunta. Y la empleada le dice que sí se vende. “Pues me quedo asustado. Cuando veas a tu jefe le dices: ’Oye, que igual tenemos que retocar la receta de esto y echarle algo que sepa a algo”, remata,
La verdadera pesadilla en la cocina
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Frances Rosario encontró un piercing en el burrito que su hija pidió en un McDonald's de Atlanta.
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Menos mal que Dwanita Pitman de Florida no abrió esta bolsa de ensalada cuando se encontró una rana viva el pasado 28 de octubre.
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Más o menos lo mismo le ocurrió a Sarah Moss, de Londres, salvo que su rana estaba entre espinacas y muerta.
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Nora Weiss, de Connecticut (EEUU), se llevó un gran susto en diciembre al ver a una viuda negra entre las uvas que acababa de comprar en Whole Foods.
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No sabemos si la ingesta de larvas de mariposa contribuye a una mayor energía. Desde luego, no lo parece viendo la foto de este usuario de Reddit, que se topó con tan viscosa sorpresa.
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Una joven de Michigan se encontró un dedo humano en un sandwich comprado en Arby's. Ocurrió en mayo de 2012 y no sabemos si el dedo fue de quien le preparó el sandwich.
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Ontario, Canadá. Un sandwich del Kentucky Fried Chicken ya mordido muestra un trozo de pollo demasiado crudo.
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No se asusten. Esta no fue verdad. Un hombre de Australia fue cazado tratando de lograr dinero de Campbell introduciendo una jeringuilla en uno de los botes.
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Otra vez el KFC y otro de sus sandwiches. Esta vez una familia de Kerala, al sur de la India, encontró gusanos vivos en un sandwich a principios de octubre.
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Una mujer de Oklahoma tuvo la mala suerte de cortarse la lengua al comer una galleta del McDonald's en septiembre de 2012.
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Sí, KFC de nuevo. Esta vez, con alevosía, empleados de un KFC de Texas sirvieron, en septiembre de 2012, pollo caducado a sus clientes. El pollo llevaba prescrito seis días.
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Amy Hu, una madre de California, se quedó horrorizada, al abrir una bolsa de caramelos, se encontró una cuchilla oxidada.
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En julio, William Evans, un joven inglés de diez años, puso a misma cara de la foto al ver una lagartija cocinada sobre un trozo de pan.
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Victoria Harrah, de Florida, encontró una araña de gran tamaño entre sus ravioli.
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No sabemos qué sujetaba la venda que un hombre de Nueva York se encontró en junio de 2012 en un restaurante chino.
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Mayo de 2012. Una cucaracha aplastada aparece entre las patatas del McDonald's.
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Un trabajador encontró un bolígrafo mordido entre la carne picada que estaba a punto de ser vendida.
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Una mujer de Illinois encontró en abril de 2012 una cuchilla entre los huevos que pidió en el McDonald's como desayuno.
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En marzo de 2012, una mujer encontró una larva entre las patatas fritas que acababa de comprar en Wendy's. Sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que fue ella quien puso la larva entre su comida.
In March 2012, a woman claimed s...
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Una mujer encontró unos 'nugget' de pollo muy parecidos a sus originales. Tanto, que tenían hasta plumas.
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Andrew Brodsky, de 35 años, encontró el pie de un animal sin identificar en un bote de salsa de alcachofa.
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Lajzer Grynsztajn, conductor de autobús de 50 años, casi se ahoga en enero de 2012 cuando entre sus trozos de pollo frito había un trozo de alambre.
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En un McDonald's de Filadelfia apareció un ratón entre los panes de un Big Mac.
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Sí. Eso que todos hemos temido, que nos escupan en la comida, le pasó a un sheriff, que denunció el caso hasta llegar a la Corte Suprema de EEUU en enero de 2012.
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La gracieta de comparar toda sustancia viscosa y de color blanco con el semen se hizo realidad en un mercado de Alburquerque, donde uno de sus trabajadores confesó haber rellenado yogures con su propio esperma.
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Una mujer de Luisiana se encontró la punta de un dedo en una ensalada del Applebee's.
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¿Mejor o peor que el semen? Una mujer china encontró en julio de 2011 una mosca en el yogurt. Cuando pidió compensación, le exigieron que demostrara que la mosca había muerto antes de abrir el envase a través de una autopsia.
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Un hombre de Nueva York demandó a Pizza Hut tras hallar una tirita sangrienta en su pizza.
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Una pareja se topó con la desagradable imagen de un ratón destripado en su ensalada en junio de 2011. Lo peor, que ya habían empezado a comerse la ensalada.
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Que el ketchup sirva para fingir sangre es una cosa, pero que entre las patatas fritas aparezca sangre de verdad...
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Una mujer encontró una oruga viva en su pastel.
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Póntelo, pónselo; pero no en la sopa. Un hombre de California encontró un preservativo en la sopa que le sirvieron en un restaurante.
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Un hombre de Bath (Reino Unido), se encontró esta terrible imagen entre las rebanadas de pan de molde.
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En las Olimpiadas de Pekín 2008, muchos atletas encontraron clips entre los muffins que les sirvieron.
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Una mujer se comió un perrito caliente con una bala dentro. Cuando sufrió dolores de estómago y fue al médico, las radiografías mostraron el desagradable trago.
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Una mujer de Nueva York demandó a un restaurante japonés tras probar la salsa del sushi y ver que aquello sabía más a semen que a picante. Guardó muestras en el congelador para probar sus quejas.
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Una mujer de 52 años demandó a Kraft en 2006 tras encontrarse el diente de un roedor entre sus cacahuetes.
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Oro parece, diente es. Un británico de 62 años encontró un diente de oro en una barra de chocolate de la marca Mars.
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Un hombre de Ohio demandó a Arby's al encontrar lo que él aseguró era piel humana en su sandwich de pollo.
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Angelina Cruz, de 22 años, demandó a Burger King en 2001 y pidió 9 millones de dólares tras pincharse con una jeringuilla al morder su hamburguesa.
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