Casado reitera su 'no' a Sánchez, aunque se abre a alcanzar "acuerdos presupuestarios"
Tras el cuarto encuentro entre ambos, celebrado esta tarde en el Congreso.
Algo más de una hora y nada o casi nada nuevo que contar. Ese ha sido el balance de la última reunión -hasta esta tarde- entre el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado. Se trata del cuarto intento por clarificar el horizonte de la investidura del candidato propuesto por el rey Felipe VI. Y el popular mantiene el “no”, aunque se ha abierto a “llegar a acuerdos presupuestarios” para garantizar la gobernabilidad.
“Mantenemos nuestra posición, no podemos facilitar la investidura de Pedro Sánchez”, ha indicado Pablo Casado en su comparecencia posterior a la reunión con el presidente en funciones. “Por coherencia a nuestros votantes y a los millones que no quieren que gobierne la izquierda. Y por responsabilidad, porque no sería bueno que España se quedase sin alternativa política. Nosotros lideramos la oposición”, ha justificado.
Casado ha querido quitarle responsabilidad en este proceso a su propio partido al señalar que “no se le puede pedir al PP que le solucione la papeleta a un partido con 123 escaños para que gobierne en solitario. Encima, cuando este partido pacta con los nacionalistas y Bildu cuando ha tenido oportunidad”.
El encuentro esta vez ha tenido lugar en el Congreso de los Diputados y ha comenzado unos minutos después de lo previsto, a las 17:10. De las cuatro citas mantenidas entre ambos líderes políticos desde la noche electoral del 28-A, tres de ellas, incluida la de hoy, se han anunciado oficialmente. Solo una, la del pasado 24 de junio, tuvo un pretendido carácter secreto. En cada uno de esos encuentros, Casado ha mantenido dos posturas firmes: votar ‘no’ en la investidura y acudir a las convocatorias del presidente por “lealtad institucional”, “ya que mi obligación es venir”.
“No” ni ahora ni después
“Debe ser Pedro Sánchez quien ofrezca más detalles de cómo van las negociaciones. La pelota está en su tejado. Nosotros seguimos con la mano tendida para llegar a Pactos de Estado”, ha ampliado el presidente de los populares, que ha mencionado la posibilidad de apoyar los Presupuestos Generales: “Sí podemos llegar a un acuerdo presupuestario, a un acuerdo en política territorial y le he pedido un esfuerzo para que no gobiernen en Navarra con los votos o la abstención de los herederos de Bildu. Más no podemos hacer”, ha apuntado.
Posteriormente, ha insistido en su negativa no solo el día 23 de julio, sino en cualesquiera futuras ocasiones: “No apoyaremos ni ahora ni en una segunda votación u otra futura que pudiera haber. Pero eso no va en contra de garantizar la estabilidad de la legislatura, siempre que llegue Sánchez a acuerdos con fuerzas no nacionalistas”.
A pregunta de los periodistas, el líder del PP ha negado pensar en unos nuevos comicios: “No, no contemplamos nuevas elecciones; serían un fracaso de todos, especialmente del partido que recibió el encargo del rey. No podemos devolverle la pelota a los españoles para que sigan votando”. Incluso se ha abierto a una fórmula seguida en Grecia, “reforzar con escaños a la fuerza más votada; hay una opción en la Constitución que lo permitiría. Porque qué hacemos si seguimos así varios años más”.
“No soy yo quien desea una coalición PSOE-Podemos, porque dificultaría los Pactos de Estado que he propuesto. Este es el primer proceso de consultas en el que no se está hablando de qué quiere hacer en España, no se está hablando nada más que de números y cargos. En esas condiciones nosotros no vamos a aceptar, pero quizás otras formaciones sí”.
Si con Casado han sido cuatro las intentonas de lograr un apoyo fundamental para la investidura, con Iglesias la cuenta asciende a cinco. Esta misma mañana, Sánchez se ha visto con el líder de Podemos por quinta vez y con un resultado decepcionante por las diferencias entre las posturas de PSOE y el partido “morado”. Las posturas entre los dos bloques de la izquierda se alejan hasta el punto de que diversas fuentes han catalogado este último intento como un “fracaso”.
Dos meses y medio después de las elecciones, a Pedro Sánchez siguen sin salirle las cuentas y la fecha de la sesión de investidura se acerca. El 22-23 de julio se aproxima amenazante mientras siguen las reuniones infructuosas a un lado y al otro del espectro político.