Carta al Senado de Argentina: Derechos Humanos y aborto
Estimados/as Senadores/as de la Nación Argentina:
Los derechos de las mujeres, desgraciadamente, tienen que ser defendidos y asegurados con mayor ahínco y determinación, a pesar de estar en la época histórica de mayores avances en materia de igualdad. Las decisiones de las mujeres están sometidas a una necesidad mayor de justificación, de explicación, y es precisamente con esto con lo que debemos terminar, con los intentos paternalistas de proteger o con los intentos manifiestamente machistas de someter.
El Senado de Argentina votará el próximo 8 de agosto sobre la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo antes de las 14 semanas de gestación (IVE) (que ya salió aprobada en la Cámara de Diputados el pasado mes de junio). Y una vez más, los cuestionamientos machistas están encima de la mesa, sin descanso. Los contrarios a la IVE llevaron como ponente incluso a un médico, Abel Albino, que proclamó con voz afectada que el preservativo tampoco servía de nada porque el VIH atravesaba incluso la porcelana (sic). Y es que los conservadores siempre tienden a tener en su haber de expertos a sujetos con una marcada fijación por la predicación moral y la estupidez científica, como cuando el Partido Popular en España trajo a otro experto, en el contexto de la aprobación del matrimonio igualitario, que afirmó, con la misma voz afectada, que él tenía una cura para la homosexualidad. Sí, la bestia de la sinrazón también penetra en la ciencia.
A cuenta de la tramitación de la ley en Argentina se están produciendo en buena parte de Latinoamérica manifestaciones a favor de leyes de plazos, y no de supuestos, en esta materia. Pero el machismo, repito, nunca descansa, y en Chile grupos neonazis se dedican a apuñalar mujeres que defienden el aborto. Queda mucho por pelear y mucho por hacer en materia de igualdad de género y derechos de la mujer.
Naciones Unidas tiene claro lo que los estados deben hacer en materia de IVE: legislar, implementar leyes de plazos, y respetar la autonomía de las mujeres. El Comité Asesor de la ONU para la Eliminación de la Discriminación en contra de la mujer fue más allá: ampliar las leyes de supuestos a leyes de plazos, en todos los casos. Y es que los derechos de las mujeres no se negocian, no están dentro de ningún mercado, no están sujetos a interpretaciones. La mujer hace con su cuerpo lo que considera, lo que le parece más oportuno, sin dar explicaciones a ningún hombre, ni tampoco a ninguna otra mujer. Los estados deben limitarse a garantizar así la autonomía de las mujeres, garantizando su seguridad y sus Derechos Fundamentales.
Lamento decir a los grupos conservadores argentinos (y del resto del mundo) que el feto no es un ser humano, y por tanto no recaen sobre él los Derechos Humanos inherentes a cualquier persona. Animo a estos grupos conservadores a leerse el Artículo Primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice que: "todos los SERES HUMANOS NACEN libres en igualdad y derechos, y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros". Repito todos los seres humanos NACEN. Es decir, hasta que no se nace, no se es un ser humano y por tanto no hay derechos que recaigan sobre ese feto. Así de simple.
En el fragor del debate del Senado de Argentina estos días, escuché a una senadora preguntar que de qué especie era entonces un feto, dando así a entender que como ese feto era producto de la especie humana era ya un ser humano. Desde el respeto, porque presumo la ignorancia de esta senadora, cabe replicarle que todas sus células son de la especie humana, y que todos los días millones de células mueren en su cuerpo y, seguro que también, todos los días ella misma produce la muerte voluntaria de muchas de sus células, cuando se cepilla los dientes, se peina, se pone gel en su cuerpo o se ducha. Espero que esa senadora no piense que ella misma es una asesina en potencia.
Apelo a la razón de los senadores y senadoras de la nación argentina. En España nos costó mucho tener una ley IVE, una ley que respete los Derechos de las mujeres. En Latinoamérica tienen el ejemplo de Uruguay, con el aborto libre hasta las 12 semanas. Las mujeres no pueden esperar más a que sus derechos sean garantizados, a que su autonomía sea afianzada.
A mis queridos Eleonora Lamm y Gino, a todas las mujeres y hombres que tienen la oportunidad de hacer historia en Argentina, que tienen la obligación de hacer respetar los Derechos Fundamentales de todos sus ciudadanos, a los senadores y senadoras de Argentina: no dejen que los dogmas nublen su vista, no recorran el camino que les conduce seguro hacia el abismo, vayan por la senda de las Naciones Unidas. La mujer argentina hace tiempo que conquistó su mayoría de edad, respétenla.