Carla Suárez vuelve a jugar tras superar al cáncer y conmueve a todos en Roland Garros
La tenista española, tras siete meses de quimioterapia, cayó con honores ante Sloane Stephens, pero el resultado es lo de menos.
Un linfoma de Hodgkin, siete meses de tratamiento, un cáncer vencido. Así ha llegado a Roland Garros la tenista española Carla Suárez. Volver a jugar en lo más alto ha sido la mejor de las noticias. Que ha rozado la victoria, pero no la ha logrado, es lo de menos. Su retorno ha emocionado a todos los presentes en París y a los que pudieron verla desde todos los rincones del mundo. La victoria de la ciencia.
Las lágrimas que cayeron de sus ojos nada más acabar su partido de primera ronda de Roland Garros eran “de cansancio”, aseguró la jugadora, que confesó sentir “rabia” por lo cerca que tuvo la victoria y “tristeza”, porque vivía su último partido en su torneo favorito. La canaria regresó a los torneos tras 15 meses de parón por culpa del cáncer y, lejos de querer despedirse de las pistas desde la cama, decidió hacerlo desde las pistas.
Por eso retrasó un año su proyecto de despedida previsto para 2020, frustrado por la pandemia y por el cáncer y se lanzó de nuevo a competir, lo que siempre ha hecho con garra y talento.
De París se despidió en primera ronda frente a la estadounidense Sloane Stephens, 3-6, 7-6(4) y 6-4. Suárez, de 32 años, rozó la victoria en la segunda manga, cuando iba 5-4 arriba y también en el tie break, pero acabó por ceder ante la ganadora del Abierto de Estados Unidos en 2017 y finalista del Roland Garros en 2018.
La tenista mostró un gran nivel técnico, con su característico revés a una mano, y físico hasta el tercer set. El encuentro se alargó hasta las dos horas y 24 minutos. Suárez no jugaba un partido desde el 25 de febrero de 2020, una derrota en Catar ante la checa Petra Kvitova. Superó un linfoma de Hodgkin detectado el pasado verano al término de siete meses tratamiento que incluyeron ocho sesiones de quimioterapia y 15 de radioterapia.
“Sabía que físicamente no estaba mal, pero tres sets eran muchísimo para lo que yo venía. Siento un poco de rabia porque lo he tenido muy cerquita y no deja de ser un partido perdido, supongo que con el tiempo lo valoraré muchísimo más. Tenía muchas ganas de estar en Roland Garros por última vez”, aseguró.
La canaria reconoció que le frustró un poco que su adiós, en la flamante pista Simone Mathieu, no tuviera público, a causa del toque de queda. “No es el partido que había soñado, espero que la gente lo haya disfrutado por la tele”, señaló.
Para no volver
A la “rabia” se sumaba “la tristeza de que no vas a volver a este torneo que ha sido tan importante”. En su recuerdo quedarán muchas anécdotas y la edición de 2008, el de su debut, cuando alcanzó los cuartos de final.
“Me llevo la oportunidad de poder jugar aquí un año más y sobre todo muchos recuerdos, jugar en la Philippe Chatrier, en la Suzanne Lenglen muchos partidos. Al final es un Grand Slam y no es fácil”, dijo.
Su gira de despedida tiene otras citas, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos y, en medio, si el ránking se lo permite, los Juegos de Tokio. “Sé que será difícil, porque no tendré mucho ritmo de partidos, pero voy a poner toda la carne en el asador para tratar de hacerlo posible”, comentó.
Suárez, quien llegó a ser sexta del mundo, ya anunció que este sería su último Roland Garros, pues prevé retirarse este año. La jugadora iba a dejar la raqueta en 2020, pero la enfermedad postergó su decisión para este 2021, en el que también le gustaría disputar Wilmbledon, los Juegos Olímpicos y el Abierto de EEUU.
La canaria debutó en Roland Garros en 2008 y ha disputado once ediciones. Alcanzó los cuartos de final en 2008 y 2014.